4G, término frágil; manipular con cuidado

Cuando la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), en aquel ya célebre comunicado de prensa del 6 de diciembre de 2010 sentenciaba que “(…) las IMT-Avanzadas se consideran la ‘4G’, aunque este término, aún por definir, también puede aplicarse a los antecesores de estas tecnologías: LTE y WiMAX, y otras tecnologías 3G evolucionadas, cuyo rendimiento y capacidades son sustancialmente superiores a los sistemas de tercera generación (3G) iniciales hoy implantados”, abría la puerta para algo que hoy es una realidad en toda América Latina: catalogar a HSPA+ como 4G.

Seguramente cuando el máximo organismo mundial del sector decidió adoptar esta modificación, habrá tenido sus razones. Pero tampoco caben dudas de que el tiempo ha demostrado que el cambio también podía mostrar su costado negativo.

Como era de esperar, los operadores que han lanzado HSPA+ no han demorado un segundo en promocionar sus servicios como de 4G. Y claro, han quemado con anticipación —se lo han quemado a sí mismos— el golpe de efecto que produciría esta sigla de cara a los próximos lanzamientos de LTE. No estamos seguros aún de cómo se las ingeniarán para concentrar en términos publicitarios los beneficios de esta tecnología, ya que no podrán utilizar —Dios no lo permita, al menos en los países hispanoparlantes— el término “5G”.

Porque desde el punto de vista del marketing, esta simplificación es perfecta. Tenías 3G, ahora tenés 4G. Que es mejor. Sencillamente, porque cuatro es más que tres.

Pero estas líneas no son únicamente para ponerse críticos con los métodos publicitarios desde un punto de vista conceptual. La decisión de UIT ha generado más de una confusión o controversia, y no sólo a los usuarios; la propia industria se ha visto enredada entre sus propias siglas.

Esta semana la Autoridad de Fiscalización y Regulación de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) de Bolivia informaba que fiscalizará a los operadores que promocionen 4G para verificar si el servicio es 4G o 3,75G. En el caso de la suspensión del servicio a Orange en República Dominicana, la definición difusa de 4G no es el aspecto central, pero posiblemente alimenta las desavenencias en lo que respecta a la información al usuario. También lo sufrió Claro en Colombia en su momento.

Tal vez sea momento de empezar a educar al usuario y transparentar la información sobre las velocidades de acceso ofrecidas en los servicios, usando éstas a fines publicitarios y evitando siglas imprecisas.

Lucas Ledesma es un periodista que cubre el sector de telecomunicaciones y tecnologías de la información desde 2004. Ha trabajado y colaborado en diversos medios digitales e impresos relacionados con estos sectores. En abril de 2007, se unió a Tele-Medios como editor de TeleSemana.com. Su formación académica incluye la licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina) y un posgrado en Gestión Estratégica de las Comunicaciones en la Universidad de Belgrano (Ciudad de Buenos Aires, Argentina).

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