LTE en bandas sin licencia ¿Alternativa a Wi-Fi carrier grade?

[dropcap]D[/dropcap]urante el congreso de telefonía móvil (MWC2014), celebrado en Barcelona a finales de febrero, quedó claro que las bandas sin licencia, especialmente la banda de 5 GHz, van a jugar un papel importante para garantizar las posibilidades de conectividad, ya no sólo de los smartphones, sino de todos los dispositivos alternativos y las conexiones M2M. Según estimaciones de varias empresas, para el año 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos conectados. Con estas cifras de dispositivos conectados y el tráfico que provocarán en las redes, la necesidad de encontrar nuevo espectro donde acomodar más tráfico es fundamental.

Nada nuevo hasta aquí. Por el momento, el uso de bandas sin licencia se utilizarán para desplegar la tecnología Wi-Fi en su versión Carrier Grade, es decir donde el operador pueda tener control y garantizar una experiencia satisfactoria aún cuando estamos hablando de espectro libre.

Esta semana, tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como la Federal Communications Commission (FCC) han realizado anuncios y declaraciones en favor del uso del espectro en la banda de 5GHz para poder ser utilizado por los operadores de telecomunicaciones. Estas declaraciones no son nada nuevas teniendo en cuenta que en enero de 2013 ya se anunció la intención de liberar 195MHz en la banda de 5GHz en ese país. Y unos meses después, la Comisión Europea (CE) lanzaba un reporte con conclusiones similares sobre la necesidad de liberar más espectro en bandas sin licencia.

Como decíamos al inicio, la liberación de las bandas sin licencia se pensaba para ampliar la utilización de Wi-Fi. Sin embargo, el año pasado, algunos fabricantes —y diríamos que con Qualcomm a la cabeza—, iniciaron un llamado a la utilización de LTE en dichas bandas sin licencia (Unlicensed LTE o U-LTE) como método para mejorar la capacidad y cobertura de los operadores. De esta forma, los operadores podrían introducir en su topología de red small cells LTE que harían uso de las bandas sin licencia en lugar de instalar puntos de acceso Wi-Fi, con los ahorros de integración que supone la instalación de una nueva tecnología.

En datos divulgados por Qualcomm en noviembre del año pasado, no sólo se presentan las bondades técnicas de la solución, sino que incluso se presume de que la coexistencia entre LTE y Wi-Fi resulta en una mejor utilización del espectro que si sólo se utiliza Wi-Fi contra Wi-Fi —es decir, el operador A usa Wi-Fi y el B LTE se obtienen mejores resultados que si B también utiliza Wi-Fi—.

A partir de ese llamado, fabricantes como Ericsson, Huawei, NSN o Alcatel-Lucent también se han mostrado partidarios de explorar esta vía —evidentemente para estos fabricantes todo lo que sea mantenerse en estándares 3GPP les resulta más rentable— y en el MWC2014 se han visto ya mensajes apuntando en esta dirección. Estos fabricantes intentarán incluir en LTE Release 13, que debería estar finalizado para finales de 2015, la posibilidad de utilizar espectro sin licencia para el offload de tráfico. Es de suponer que los operadores no tendrán inconveniente en que se les ofrezca esta opción en el Release 13.

Es evidente que esta solución, sobre el papel, se presenta como ideal al ofrecer a los operadores la posibilidad de contar con una única tecnología para gestionar el tráfico y a sus usuarios. Por contra, cualquier infraestructura con la nueva tecnología sería más costosa que la utilización de puntos de acceso Wi-Fi, donde se incluyen accesos ya instalados que pueden ser actualizados con software de forma remota. Además, Wi-Fi está ya muy extendido en el parque de dispositivos facilitando la utilización de esta infraestructura, mientras que para U-LTE se debería producir un reemplazo con dispositivos con radios LTE en las bandas sin licencia.

Aún así, una reciente encuesta de Informa, realizada a miles de ejecutivos del sector en todo el mundo, asegura que más del 50 por ciento considera que el retorno sobre la inversión en redes Wi-Fi carrier grade es el mayor obstáculo que enfrenta la tecnología para ser desplegada. Si bien los puntos de acceso Wi-Fi son relativamente baratos, los operadores deben invertir para asegurar que tienen control sobre dichos puntos hasta el punto de poder determinar cuando un dispositivo debe conectarse a la red 3GPP o a la red Wi-Fi —deben poder controlar las políticas en la red Wi-Fi al igual que en la red macro—. Esta integración y la necesidad también de provocar un reemplazo de dispositivos para utilizar Hotspot 2.0, que permitiría el acceso y  cambio de red instantáneo desde el punto de vista del usuario, supone un obstáculo adicional.

Sin ánimo de encender viejos debates sobre que tecnología se utilizará, no puede pasar desapercibida esta posibilidad, que tiene ventajas y desventajas con respecto a Wi-Fi, por lo que los operadores, como parece ser la norma, deberán jugar con ambas según les haga sentido en ciertas zonas de su zona de cobertura para maximizar la experiencia del usuario y su inversión.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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