Volver al pasado: el nuevo viejo imperio de Cable & Wireless

Corría el año 1985. La primera ministro británica, Margaret Thatcher, concretaba la tercera y última etapa de la privatización de Cable & Wireless, empresa nacionalizada en 1945 cuyos orígenes se remontan a 1866.

En su larga vida, la compañía encarnó el sueño imperialista del Reino Unido, llevando sus servicios a buena parte de las dependencias de la Corona en el extranjero. Sin embargo, el golpe asestado por la “Dama de Hierro” y los procesos independentistas en varios territorios de la Mancomunidad de Naciones condujeron a una apertura que redujo el área de influencia del operador.

Transcurren 29 años. Cable & Wireless Communications (CWC), firma escindida durante 2010 para brindar servicios exclusivamente en América Central y el Caribe, anuncia la compra de Columbus International por 1.850 millones de dólares.

Se trata de un joven operador con 700.000 clientes residenciales, que se hizo fuerte a través del tendido y la adquisición de vastas redes de cables submarinos y la oferta de cable digital, telefonía y banda ancha fija en un puñado de naciones caribeñas. Al cierre de 2013, registró ingresos de 505 millones de dólares, un Ebitda de 216 millones y una ganancia operativa de 104 millones.

Aunque la historia de la compañía británica en el Caribe comienza a finales del siglo 19, la aparición de Digicel en 2001 probó ser perjudicial para sus ambiciones. En un período de 13 años, el nuevo operador extendió rápidamente su presencia en buena parte de los países de la región, con énfasis en telefonía móvil, pero también sumando Wimax y televisión paga. Columbus podría ser la clave de CWC para nivelar el campo de juego a su favor.

De acuerdo a diversos reportes, el 67,5 por ciento de los 43,23 millones de los habitantes del Caribe, aproximadamente 29,19 millones de personas, son usuarios de telefonía móvil. Las suscripciones crecieron 42 por ciento entre 2008 y 2013 y la penetración del servicio alcanza el 68 por ciento de la población. Países como Trinidad y Tobago, Suriname, Barbados y Jamaica se destacaron con tasas de penetración del 159, 120, 106 y 95 por ciento, respectivamente.

Además, unas 15 millones de personas acceden a servicios de Internet y otras 4,56 millones tienen líneas de telefonía fija, cuatro por ciento debajo de los valores registrados en 2008.

Con la adquisición de Columbus, CWC parece haberse propuesto dos objetivos: recuperar este mercado estratégico y detener el avance de un rival que, para colmo de males, responde a un irlandés: Denis O’Brien.

Para ser honestos, CWC otorgó indicios de su renovada visión expansionista cuando reveló la existencia de Project Marlin, el programa de 1.050 millones de dólares destinado a incrementar su participación en telefonía, televisión paga y servicios corporativos.

De conseguir los avales regulatorios necesarios —escenario que presenta algunas dificultades— CWC detentará, tras la compra de Columbus, una posición casi monopólica en mercados donde su anterior encarnación dejó su impronta como operador incumbente.

En Barbados —sede central de Columbus— Granada, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y Trinidad y Tobago, la empresa tendrá una cuota cercana al 100 por ciento en los servicios de telefonía fija y banda ancha fija. De acuerdo a CWC, la adquisición permitirá desarrollar la convergencia entre servicios fijos y móviles con el objetivo de transformarse en un proveedor líder de servicios de cuádruple play.

La expansión regional de sus operaciones de televisión paga —que brindan en Barbados, Islas Caimán, Panamá y Santa Lucía— representaba otra preocupación para el operador. “Para seguir creciendo tenemos que tener una fuerte oferta de servicios de TV”, dijo Phil Bentley, CEO de CWC a Telesemana.com, en el mes de julio.

La fusión reforzaría la cuota en Barbados y garantizaría el ingreso a Curazao, Granada, Jamaica y Trinidad y Tobago —donde Columbus opera como Flow TV— y Antigua, Santa Lucía y San Vicente —donde opera como Karib Cable—. En total, sumará 380.000 nuevos clientes en este segmento.

Si a esto se suma los nuevos destinos a los que apunta CWC, se descubre que competirá en casi todos de los mercados donde Digicel brinda televisión —Anguila, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Turcos y Caicos e inclusive Trinidad y Tobago, donde la irlandesa acaba de solicitar una licencia— con excepción de Dominica y Montserrat. Una auténtica declaración de guerra.

CWC también tendrá control total de la red submarina de 42.000 kilómetros de extensión que operaba junto a la subsidiaria Columbus Networks y una red terrestre de 37.400 kilómetros de fibra y cable coaxial. Los tendidos recorren el Caribe, América Central y la región andina y permiten brindar conectividad backhaul, capacidad, servicios IT y de data center, entre otros, a 42 países del continente. Una movida casi “retro” para una firma cuyo nacimiento estuvo signado por el tendido de vastísimas redes de cables telegráficos.

Esto representó otro llamado de atención para Digicel, cuyas redes submarinas apenas superan los 3.100 kilómetros de extensión.

O’Brien presintió que la sombra proyectada por el nuevo emporio sobre sus operaciones auguraba un largo invierno financiero.  Por eso inició una agresiva campaña en los medios de comunicación caribeños para denunciar la posible conformación de un monopolio de CWC. En su opinión, la operación plantea una serie de  problemas regulatorios en lo referido a la equidad en la asignación de espectro, la desagregación del bucle local y el empaquetamiento de servicios y expresó el deseo de participar en el proceso de aprobación.

Desde CWC buscaron desactivar el alarmismo de su contrincante y anunciaron que organizarán reuniones con sus usuarios para conocer sus temores y expectativas ante la posible fusión.

Mientras tanto, Cable & Wireless continúa de compras y demuestra que, aunque pasaron casi 30 años de su privatización, su ímpetu colonialista sigue tan vigente como siempre.

Andrés Krom se graduó en la Tecnicatura de Periodismo de TEA (Buenos Aires). Durante su carrera trabajó en varios medios de comunicación online en el sector de tecnología y telecomunicaciones. Sus artículos han sido replicados por importantes medios gráficos en países como Argentina, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Venezuela y publicaciones regionales.

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