Un total de 781.173 teléfonos móviles fueron reportados como robados, hurtados o extraviados entre 2010 y febrero de 2015, señaló el diario Página Siete en base a informes de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Transportes y Telecomunicaciones (ATT) de Bolivia.
Los códigos IMEI —Identidad Internacional de Equipo Móvil— de los terminales en cuestión fueron introducidos en la “lista negra” que comparten la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), Tigo (Millicom) y Viva (Nuevatel), con el objetivo de impedir que sean reactivados nuevamente.
Las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba fueron las que más robos concentraron, con 264.608, 199.928 y 122.132 equipos sustraídos, respectivamente. Solo en 2014, Tigo y Entel denunciaron la desaparición de 185.000 y 45.000 celulares.
La GSMA también promueve la creación de un registro de terminales robados que impida su activación en otros países, iniciativa suscrita por Brasil, Colombia, El Salvador y Nicaragua. Proyectos similares también fueron implementados en países como Costa Rica, Ecuador, Honduras y Uruguay.