A finales de abril, el operador móvil francés Orange anunciaba su intención de lanzar su propio banco con la idea de crecer sus ingresos mediante nuevos servicios. No es nuevo que los operadores se han ido acercando a los servicios bancarios, un acercamiento que desde el punto de vista de análisis de mercado parece tener el consenso de todos los analistas, y de los propios operadores que van maniobrando para entrar de algún modo, con mayor o menor profundidad, en este segmento.
Pero lanzar un banco, además de la dificultad propia de hacerlo, tiene requisitos regulatorios importantes, que Orange sortea en Francia gracias a su adquisición de Groupama Banque en 2016, obteniendo así la licencia para operar como banco. Además, Orange ya tenía cierta experiencia gracias a que en octubre de 2014 lanzó su servicio Orange Finanzas, un joint venture con mBank y su filial en Polonia.
A pesar de tener todo a favor, el operador anuncia esta semana que debe retrasar el lanzamiento de su banco, previsto para el 6 de julio, hasta octubre. Así lo anunció su CEO Stephane Richard en una entrevista con la revista Paris Match.
Hace tres meses, cuando se realizó el anuncio del nuevo servicio bancario, puramente móvil, el operador anunciaba que este servicio sería innovador en muchos aspectos, entre los que destaca la utilización de inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés)) a través de la plataforma Watson de IBM. Y justamente algunos medios, como LightReading, especulan que podría ser la inmadurez de este sistema de AI lo que podría haber causado el retraso, pues una de las grandes apuestas de Orange era su asistente virtual móvil.
Otros medios alertan de que las pruebas del servicio de banco con los propios empleados del operador no habrían sido satisfactorios y que se deberían realizar algunos ajustes para poder entrar en fase comercial.
