El presidente de la estatal Arsat, Rodrigo De Loredo, dio detalles de la puesta en marcha del tercer satélite de comunicaciones, cuyo lanzamiento estaba previsto para 2019 pero que podría retrasarse. “Antes iba a operar el banda Ku y Ka con una capacidad de 7 GB. Ahora, el Invap está trabajando en el rediseño para que opere solo en banda Ka, con una capacidad de 40 GB”, señaló el ejecutivo en diálogo con iProfesional.
Arsat avanzará con la fabricación de un nuevo satélite junto con Invap, tal como sucedió con las misiones anteriores, y el Estado se ocupará de operarlo aunque en un esquema que lo llevará a compartir ganancias con un inversor privado. “Costará entre 230 y 250 millones de dólares y se busca una inversión de 100 millones de dólares. El resto provendrá de Arsat”, dijo De Loredo y agregó que uno de los principales clientes del satélite será el Estado.
La compañía mantiene vigente la negociación con Hughes, con quien firmó una carta de intención para avanzar con la financiación del satélite en un esquema 51 por ciento a 49 por ciento, con mayoría del privado, pero también mantiene conversaciones con otros proveedores. Ante el trascendido de que demoras en el inicio del proyecto podría hacer perder la posición orbital al país, De Loredo dijo que no hay riesgos de que eso suceda y recordó que algo similar ocurrió en 2014 y el gobierno en actividad pidió la prórroga.
El ejecutivo repasó otros objetivos de la estatal, entre los que destacó la implementación del Plan Federal de Internet para llevar conectividad a 1.300 localidades del país y el apagón analógico, tras las pruebas que se llevaron a cabo este año en Tierra del Fuego y La Quiaca (Jujuy).
Arsat cerró 2016 con superávit por 102 millones de pesos (31,5 millones de dólares) y se estima que esa cifra aumente a 290 millones de pesos (89,6 millones de dólares) al cierre de 2017 y 400 millones de pesos (123,6 millones de dólares) para 2018. Para alcanzar esas cifras fueron claves tres puntos, destacó de Loredo: la implementación de una estrategia de ahorro de costo, la venta del 90 por ciento de capacidad del Arsat 2 y cambios en los ingresos provenientes de la red de fibra óptica: el 60 por ciento de la facturación ahora la genera el sector privado.
