El aumento de robo de móviles es constante en casi cualquier país que se tome en la región. La situación se vuelve preocupante cuando se contempla la extrema violencia, que en algunos casos termina en serios daños físicos para los usuarios, y también por lo que viene después: mercado ilegal y delitos asociados. México no escapa a la realidad regional sino todo lo contrario: el robo de teléfonos creció seis veces en cinco años.En 2017 se robaron 936.000 teléfonos, lo equivalente a 2.564 por día o casi 107 por hora. El número dista mucho de los 156.000 registrados en 2012 y los delitos, además, son más sofisticados. Los datos fueron presentados por la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) y surgen de un estudio encabezado por GSMA, según el cual más de 1.000 de los celulares robados el año pasado se usaron para amenazas de secuestro o extorsión.El informe contempla solo a las personas “que se animan a denunciar, no quiere decir que sea el total de los robos”, indicó el director general de Anatel, Gabriel Székely, en declaraciones tomadas por Forbes. Agregó que los actos delictivos se realizan desde siete de los 400 penales que existen en México en los que se encontró que los bloqueadores de señal no funcionan.Este tema no es el único que preocupa en materia de seguridad, reconoció el ejecutivo, quien mencionó como otros puntos el robo de infraestructura como baterías y cables y la ciberseguridad, lo que afecta las inversiones a las empresas y la calidad de servicios a los usuarios.