Redes comunitarias deben ser sustentables para cumplir su objetivo

Lacigf 18 – Los números fueron un recurso repetido por quienes protagonizaron la mañana de la segunda jornada de Lacifg 18, que se celebra esta semana en Buenos Aires. Al registro que indicó que la mitad de los latinoamericanos está desconectado se sumaron datos del mercado móvil: el 33 por ciento de los habitantes de la región está conectado a una red de banda ancha móvil. El 10 por ciento no está cubierto y el 57 por ciento no accede a pesar de contar con la infraestructura necesaria. Las razones de esta falta de acceso son diversas, entre las que se encuentra el precio del servicio.

Las cifras expuestas por GSMA sirvieron de contexto para que distintos actores de la industria debatan sobre redes comunitarias. Una idea que sobrevoló durante las casi dos horas en que se expusieron temas como que “cualquiera que está desconectado está postergado” y que llegar a ellos es un desafío a cumplir de manera urgente. La situación de los que no acceden es cada vez peor porque ya no solo se pierden los beneficios que trae la conectividad sino que están empezando a quedar afuera de cuestiones básicas, como la posibilidad de hacer trámites o comunicarse con entes gubernamentales utilizando canales online.

Así las cosas, las redes comunitarias pueden definirse de muchas maneras pero son, sobre todo, una oportunidad. “Son un bien común que pertenecen a una comunidad. Cada una tiene su propio modelo de gobernanza en donde las comunidades funcionan como agentes de la red. Esto no solo impacta en el acceso sino que también repercute en lo social, trayendo herramientas y soluciones específicas en cada caso”, dijo Lilian Chamorro, representante de Colnodo Colombia.

Este tipo de redes resuelven el problema de los que están en la peor situación, reflexionó Sebastián Bellagamba, de Internet Society (Isoc). El ejecutivo mencionó que este tipo de redes presentan tres desafíos centrales del que se desprenden algunos más. En primer lugar está la política regulatoria, que involucra espectro, licencias y financiamiento de proyectos; capacidades técnicas para encontrar las características adecuadas en cada caso y, por último, la formación de una comunidad regional con todos los actores involucrados en este tipo de proyectos.

Todas las iniciativas presentan el objetivo común de conectar, tienen características similares y, sobretodo, deben ser sustentables. “Ser sustentables” fue justamente un concepto que resaltó en la charla. “Lo primero es conectar pero no hay que temerle a la idea de modelo de negocio a la hora de hablar de redes comunitarias”, porque “o son sustentables o no podrán sostenerse”, consideró Ariel Graizer, de la Cámara Argentina de Internet (Cabase).

Oscar León, secretario de la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL), aprovechó su tiempo para hablar de las recomendaciones que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) hizo para conectar a los desconectados ubicados en sitios rurales o remotos, entre las que mencionó incluir como relevante la prestación TIC en esos sitios, avanzar en la formación técnica local, asegurar la fiabilidad y adaptabilidad de los equipos en esas zonas y evaluar todas las tecnologías disponibles.

Agustín Garzón, del Ente Nacional de las Comunicaciones (Enacom), añadió que en Argentina el 60 por ciento de las localidades con menos de 5.000 habitantes no tiene proveedor de Internet que le preste servicios. La premisa del regulador, dijo, el promover la competencia en grandes ciudades y acompañar con incentivos a los sitios más pequeños. “Trabajamos en un proyecto de redes comunitarias, que contempla licencias gratuitas y eximir a los interesados de pagos y gastos adicionales”, indicó.

El director Regional de Asiet, Andrés Sastre, quien participó del panel, dialogó con TeleSemana.com para ampliar la postura de la entidad sobre el tema. “Las redes comunitarias aparecen como una posible solución para actuar como complemento a los despliegues de los operadores, pero no para suplantarlas”, indicó.

La brecha digital está en torno al 10 por ciento, lo que quiere decir que cerca del 90 por ciento tiene algún tipo de conectividad. Entonces, destacó el ejecutivo, el problema no pasa por la infraestructura sino por la brecha económica. “Ahí debe aparecer la política pública, subsidiando la demanda o facilitando planes comerciales adaptados”. Donde sea imposible llegar aparecen las redes comunitarias como un complemento necesario.

“El problema radica en los sitios donde no esté tan claro si hay o no interés comercial, en los puntos grises. Si allí establecemos una red comunitaria con legislación privilegiada, al final lo que vamos a hacer es que una buena idea termine siendo un impedimento en términos de sostenibilidad, oferta y competencia para los usuarios”, concluyó.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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