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Australia se suma al bloqueo de empresas chinas para garantizar la seguridad nacional
Las tensiones políticas entre oriente y occidente hoy se reflejan en el ámbito de las telecomunicaciones. Ya lo decía Huawei en su reporte de resultados de 2017: “tensiones entre regiones, guerras civiles, sanciones o disturbios locales podrían afectar las operaciones de Huawei y su desarrollo”.Desde 2012, las compañías chinas de equipamiento de telecomunicaciones están vetadas para el aprovisionamiento de tecnología para el gobierno estadounidense. En junio, las tensiones se intensificaron cuando los Estados Unidos decidió prohibir a ZTE que opere en el país por siete años, luego de que la compañía fuera acusada de comercializar ilegalmente con Irán y Corea del Norte. Finalmente, el veto no se concretó y ZTE solo fue condenada a pagar una millonaria suma – exactamente unos 1.000 millones de dólares – y obligada a crear un nuevo equipo para el cumplimiento de las obligaciones que integre expertos estadounidenses.Sin embargo, la posibilidad de que equipos de las firmas chinas puedan ser utilizados para hacer operaciones de espionaje sigue siendo una preocupación tanto para los Estados Unidos como para otros países a lo largo del globo. En los últimos meses, el Gobierno de Donald Trump intensificó algunas medidas prohibitivas y, recientemente, rechazó el uso de cualquier componente proveniente de compañías de comunicaciones chinas. La prohibición aplica al gobierno norteamericano y sus dependencias, así como a cualquier compañía que quiera trabajar en conjunto con el Gobierno de los Estados Unidos.El golpe para China viene ahora desde Australia, dónde Huawei y ZTE confirmaron haber sido vetados para comercializar equipos para las redes móviles de próxima generación.Una reciente decisión conjunta de los ministerios de Comunicaciones e Interior de Australia apuntó a que los proveedores de infraestructura, así como los operadores, deben proteger sus redes y edificios contra amenazas a la seguridad nacional, interferencias o acceso no autorizado. “El gobierno considera que los proveedores que pueden estar sujetos a direcciones extrajudiciales por parte de un gobierno extranjero en conflicto con la ley australiana puede ser un riesgo para que el operador pueda proteger adecuadamente su red 5G de un acceso no autorizado o interferencia”, indicaron en un comunicado. Si bien el documento no menciona ninguna compañía en particular, Huawei confirmó que se trata de un veto las operaciones de los dos principales proveedores chinos. La marca lleva cerca de 15 años trabajando en Australia en redes de telecomunicaciones.En otras latitudes, como Europa, los gobiernos no llegan a bloquear el uso de ciertas compañías, aunque sí tienen un mecanismo de control para evitar que los equipos que ingresen al país puedan tener una vía secundaria para transmitir información confidencial al gobierno comunista de China.Huawei tiene su mayor fuente de ingresos en el mercado chino, con un 50 por ciento de su facturación solo en su país de origen. El resto se divide entre Europa, Medio Oriente y África (27 por ciento), Asia Pacífico (12,3 por ciento) y América (6,5 por ciento). ZTE, en tanto, tiene un fraccionamiento de sus ingresos operacionales similar, con un 60 por ciento correspondiente a la República Popular de China, seguido de un grupo compuesto por Europa, América y Oceanía con poco menos del 27 por ciento, seguido de la región asiática y África. La pregunta que queda hacerse ahora si el camino iniciado por los Estados Unidos y Australia puede ser replicado por otros gobiernos nacionales. Por ahora y, mientras tanto, Huawei intenta fortalecerse en América Latina, dónde los gobiernos parecen tener menos tensiones políticas con China.