El destino de la banda de 2,3 en Brasil en un tema en discusión desde hace varios meses pero ganó fuerza cuando, en agosto, el presidente de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), Juarez Quadros, negó que se fuera a usar para 5G a pesar la propia agencia había anunciado horas atrás la apertura de una consulta pública “para adecuar el uso de 2,3 GHz para 5G”.
Desde entonces, la cuestión estuvo teñida de dudas y el regulador intentó disiparlas señalando que las frecuencias en esa banda serán utilizadas para el Servicio Limitado Privado (SLP) en carácter primario y sin exclusividad para el Servicio Móvil Personal, Servicio de Comunicación Multimedia y el Servicio Telefónica Fijo Conmutado. La que sí quedaría para 5G es la de 3,5 GHz, que se prevé licitar en conjunto con 2,3 GHz y el remanente de 700 MHz el año próximo.
La consulta se mantuvo abierta y los operadores locales ahora se mostraron en contra de las intenciones de Anatel. “El espectro entre 2,3 GHz y 2,4 GHz será fundamental para las nuevas tecnologías y servicios relacionados con 5G y IoT. Aunque todavía no es posible prever la variedad de aplicaciones que surgirán en este contexto la hipótesis de destinar la banda para servicios restringidos genera una reducción en la disponibilidad de espectro de interés colectivo”, reclamó SindiTelebrasil en diálogo con Teletime.
Telefónica se pronunció en el mismo sentido, señalando que está situación podría tener un impacto directo en la oferta de conectividad y aplicaciones. Agregó que esta banda tendrá mucha importancia para agregar capacidad para la demanda de 4G en los próximos años y también en el desarrollo y masificación de nuevas tecnologías. También se mostraron de acuerdo con esta postura Claro, TIM y GSMA, que advirtió que “la relevancia de las bandas de media capacidad está en el soporte de servicios de banda ancha móvil y 2,3 GHz puede ser un importante complemento de 3,5 GHz para 5G”.