Precios de espectro altos, un modelo incierto y la competencia presionan la burbuja 5G

Unos 3.300 millones de dólares en Corea del Sur, 1.100 millones de dólares en el Reino Unido, 438 millones de euros en España y un récord de 7.500 millones de dólares en Italia fue lo que desembolsaron los operadores en las primeras licitaciones de espectro para la próxima generación móvil: la 5G. Las cifras resultan impactantes para una industria que se dice en contracción y que, además, debe resguardar parte del presupuesto para desplegar las redes que permitan utilizar ese espectro por el cual han destinado miles de millones de dólares.

El precio del espectro, el principal activo para desarrollar la telefonía móvil, es un tema de discusión en la industria. Los reguladores se sienten entre la espada y la pared: por un lado, los operadores se quejan del precio del espectro y, por el otro, los responsables políticos buscan de las licitaciones la herramienta para incrementar las arcas del Estado. En el medio, los reguladores intentan crear unas bases que conformen a la industria. Y, en general, podríamos decir que lo logran. Los operadores siguen ofertando por el espectro, aún cuándo lo consideran muy caro. Eso sí, pierde el usuario: por cada dólar de más que se gasta en comprar espectro, se quita de futuras inversiones de red. Al menos, así lo dicen los operadores para justificar su accionar.

Cuando nos acercamos a la 5G, este problema se vuelve aún más complicado. Y es que si bien los primeros resultados muestran una leve caída en cuanto al precio del espectro por megahertz y población en relación a las licitaciones que se hicieron para 4G, la cantidad de espectro por operador que requerirá la nueva tecnología sube los montos iniciales de inversión.

Si se quieren lograr las velocidades que se muestran en laboratorio, por ejemplo, 5G requerirá unos 400 MHz por operador en bandas altas. Incluso si no se alcanzan estas cifras teóricas, los operadores deberán adquirir mucho más que los 20 o 40 MHz de espectro por banda con el que se conformaban para 4G. Y, además, ese espectro debe ser contínuo, ya que 5G utilizaría la modalidad TDD.

Esta situación eleva los precios que paga cada operador para la adquisición de frecuencias. Es por eso que, sabiendo que quizás no puedan ganar la batalla contra los gobiernos que buscan la recaudación, desde la GSMA se renueva la mirada buscando ampliar los plazos de concesión de licencia. Eso no significa bajar los brazos en la demanda por atender los altos precios que se imponen al espectro, pero sí buscar alternativas para que el retorno de inversión no se vuelva un hecho muy difícil de alcanzar.

En Italia, dónde la licitación de espectro fue ampliamente cuestionada por el precio de referencia que había fijado el operador, sólo Telecom Italia (TIM) desembolsó 2.400 millones de euros en espectro. Adquirió 20 MHz en la banda de 700 MHz, 80 MHz en 3,7 GHz y 200 MHz en la banda de 26 GHz a un precio de 0,65 dólares por MHz por población, 0,406 dólares por MHz por población y unos 0,003 dólares por MHz por población. Se trata de precios récords para una licitación de espectro, especialmente en bandas medias. Ningún operador, en Italia o en Corea del Sur, planea quedarse sin espectro para 5G, aunque eso requiera llevarse a su oficina central el Premio Guiness a la mayor cantidad de dinero pagado por espectro.

El operador italiano no perdió el tiempo para comentar lo que sentía luego de haber acordado pagar unos 2.400 millones de euros por aquellas porciones de espectro que le permitirán desplegar 5G ni bien la tecnología esté disponible: “La conectividad de alta velocidad no justificará el desembolso”, indicaba a Ligtht Reading Giuseppe Ferraris, director de Innovación en el Core, Transporte e IP de Telecom Italia. Y es que el ejecutivo vuelve con un problema que aqueja a la industria: el modelo de negocio de 5G todavía no parece claro y, si bien las oportunidades parecen infinitas, los operadores no saben muy bien cómo capitalizarlas.

“Si vamos a gastar 2.400 millones de euros por espectro, tenemos que generar nuevas fuentes de ingreso por 5G,” indicaba el ejecutivo de TIM. Pero aún cuándo no tienen claro cuáles son las nuevas fuentes de ingreso, los operadores se embarcan en comprar espectro. Espectro que, además, resulta inservible si no montan luego una infraestructura que permita aprovecharlo. Y eso requiere inversiones cuyo retorno parece difícil de estimar.

Nada de todo lo que hemos dicho en párrafos anteriores es desconocido para la industria. No sólo ha sido comentado en los medios de comunicación sino por los CEOs de operadoresy hasta fabricantes— en eventos del sector y, probablemente, más que una reunión de directorio. Aún así, los operadores siguen invirtiendo en espectro que califican como caro y en una tecnología que no saben bien cómo monetizar. Luego del lanzamiento de Verizon en los Estados Unidos y la promesa de parte de AT&T, esta semana se conocieron nuevas pruebas y proyectos piloto de 5G por parte de operadores como Telenor y Swisscomm.

Quizás los operadores se hayan creído el “cuento” de que, una vez que la 5G se ponga en marcha, las nuevas fuentes de ingreso llegarán, casi por arte de magia. Hay quienes creen que lanzando banda ancha móvil de alta velocidad se comienza a girar la rueda, y que, luego de este primer caso de uso — que poco ingreso significará para los operadores —, comenzarán a aparecer nuevos. Y esto podría ser cierto, aunque la historia nos demuestra que una vez que gira la rueda, los mayores beneficios los alcanzan aquellas compañías que entran después. Con 3G y 4G fueron los operadores los que pusieron en marcha la rueda pero las nuevas fuentes de ingreso fueron captadas por los OTTs, mucho más rápidos e innovadores.

Los fabricantes no saben como vender que 5G puede ser una tecnología monetizable y, los operadores, no han sabido, todavía, encontrar los modelos innovadores que permitan crecer, especialmente en el ámbito corporativo y de verticales, allí donde la 5G pareciera tener un mayor atractivo. Quizás los modelos de negocio que están empezando a formarse para Internet de las Cosas (IoT) sean el primer paso para entender cuál será el lugar de los operadores con 5G pero, hasta que eso no ocurra, se escudan, algunos, en una banda ancha móvil tan rápida y eficiente que será capaz de reemplazar a la fibra óptica. Mientras tanto, la rueda sigue girando y no parece haber nadie dispuesto a frenarla.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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