El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) registró un crecimiento de 30 por ciento interanual en el número de antenas instaladas por los operadores para prestar servicios en Perú. El país termina el año con 20.989 de activos que permiten dar telefonía móvil en todo el territorio. El problema no es por lo que hay sino por lo que falta: requiere aumentar el número un 58 por ciento para cubrir la demanda.
“Se necesitan, por lo menos, 15.524 antenas”, reconoció la cartera en un comunicado en el que primero indica que ese es el número para suplir la demanda actual y luego pone como plazo máximo incorporarlas en cuatro años. “Hará falta una inversión aproximada de más de 3.000 millones de dólares para suplir la demanda”, añadió.
Lima, Arequipa y La Libertad concentran casi el 45 por ciento del total de antenas instaladas hasta el momento. Los tres sitios que lideran el ranking son justamente los que más líneas móviles concentran: 11,3 millones, 1,71 millones y 1,5 millones respectivamente. La capital del país concentra una de cada tres activos instalados a escala nacional. En el extremo contrario aparece Ucayali y Loreto, donde apenas tienen el 39 por ciento y 43 por ciento de antenas necesarias respectivamente.
El MTC indicó que estudia la implementación de un marco normativo que mejore la compartición de infraestructura entre operadores para lograr mayor eficiencia en las inversiones y una reducción de costos de instalación que se vea reflejado en mejores alternativas tarifarias. Se evalúa, añadió, la compartición de infraestructura activa y pasiva.
En paralelo, el ministerio emitió para comentarios un proyecto que, de aprobarse, establecerá la exigencia de utilizar la mimetización tipo árbol como única opción para el despliegue de antenas en parques y plazas. El objetivo es “privilegiar el entorno paisajístico a fin de minimizar el impacto visual”. También se proponen cambios en la distancia mínima de separación de infraestructura y cambios en el proceso de supervisión y fiscalización de estas estructuras.
Entre el déficit y la mimetización, los operadores locales tendrán la difícil misión de juntar las líneas de la oferta y la demanda, que hasta ahora permanecen paralelas a la hora de hablar de antenas. La situación de Perú no escapa una realidad regional que obligó a algunos países a avanzar en la simplificación de trámites para la instalación de infraestructura y el aprovechamiento de bienes públicos para una optimización en el tiempo de despliegue y costo. La compartición aparece como posible recurso en un mercado móvil que sufre su particular composición.
