¿Sabrán Ericsson y Nokia aprovechar la coyuntura de Huawei para recuperar participación en el mercado móvil?

La próxima generación de telefonía móvil, la 5G, es la olla de oro al final del arcoiris de los operadores móviles y también de los fabricantes de infraestructura que esperan ver un crecimiento de su negocio en un mercado que tiende a la tecnología abierta y al reemplazo del hardware por el software.

En este escenario, los proveedores intentan acomodarse con la adquisición de otros, las sucesivas restructuraciones y la creación de soluciones que generen un valor para los operadores. En esta batalla, la 5G aparece como una oportunidad de destacarse entre sus competidores, como ya sucedió anteriormente con la 3G y la 4G. Y los tres proveedores principales luchan por ello, a pesar de las piedras que puedan encontrar en el camino.

“Hay un único proveedor de verdadero 5G y ese es Huawei. Los otros deberán ponerse al día”, señalaba el jefe de Arquitectura de BT, Neil McRae, a mediados de noviembre en Londres, de acuerdo con Light Reading. Y la cita no es casual en un contexto en que Huawei es, quizás, el proveedor de infraestructura en desventaja, al menos, en la lucha por ganar las principales cuentas a nivel mundial.

El proveedor chino supo ganarse el espacio entre los grandes jugadores en el terreno del RAN y, desde 2015, le ganó la pulseada a Ericsson que quedó en segundo lugar, de acuerdo con cifras de Dell’Oro Group. En tercer lugar en el podio se encuentra Nokia y, mucho más abajo, apenas pelean por menos del 10 por ciento de los ingresos del mercado de RAN, Samsung y ZTE.

Huawei se esforzó por conseguir un lugar entre los grandes con inversiones en I+D y fue así como acaparó gran parte del mercado con 3G y 4G. Este posicionamiento es el que esperaba consolidar con 5G. Pero la marca china ahora tiene ahora un desafío adicional: la desconfianza que genera a los políticos (y algunos directivos de empresas) por la preocupación de que sus equipos puedan ser utilizados para espionaje por parte del Gobierno Popular de China.. Esto puede, quizás, otorgarle un incentivo adicional para demostrar que su tecnología es tan válida como la de sus dos principales competidores.

Repasemos un poco la historia. En Estados Unidos existe una prohibición para que las compañías chinas provean equipamiento al gobierno estadounidense y a cualquier compañía que quiera hacer negocios con éste. Este año, la prohibición se intensificó, llevándola hasta los dispositivos y cualquier componente tecnológico.

A la batalla comercial entre China y Estados Unidos, se sumaron otras decisiones alrededor del globo que intentan ponerle un freno al gigante de telecomunicaciones chino. Australia, Japón y Nueva Zelanda se unieron a Estados Unidos en esta cruzada, a la que podría sumarse algunos países europeos como Alemania y el Reino Unido, dos países que ya tienen implementado mecanismos para controlar que los proveedores de equipamiento no tengan escondido ningún tipo de software o característica que pudiera ser utilizada para espionaje.

La semana pasada la noticia del arresto de la CFO de Huawei en Canadá por sus vínculos con Irán sonó como otra señal de alarma y los titulares sobre nuevas sanciones y bloqueos a Huawei se desparramaron por todo el planeta. La noticia se sumó a la decisión de la británica BT de evitar adquirir tecnología de Huawei para el core de su red e incluso, afirmó que quitará equipos de la compañía china de partes estratégicas de sus redes 4G. Sin embargo, la compañía parece seguir confiando en la china Huawei para su RAN 5G.

En este contexto dónde las jugadas políticas se conjugan con el negocio cabe preguntarse cómo impactará estas decisiones a los diferentes proveedores de equipamiento. Recién decíamos que quizás Huawei estaba haciendo un esfuerzo adicional para ofrecer “el verdadero 5G” —como lo llamó McRae— pero quizás lo interesante sea preguntarse cómo aprovecharán sus competidores esta ventaja que les ofrecen los políticos al eliminar de la competencia a un jugador —y no cualquiera, sino que el primero en términos de ingresos por equipamiento de radio—. Desde China aprovechan esta situación y señalan que Estados Unidos no podrá ganar la carrera de la 5G si no los aceptan a ellos como proveedor.

A pesar de los constantes palos en la rueda, Huawei anunció 22 contratos para 5G este año. Es difícil comparar esta cifra con el resto de los proveedores, que no siempre anuncian sus contratos. Ericsson, por ejemplo, solo afirma estar trabajando con 41 operadores alrededor del globo, pero se trata de acuerdos que van desde contratos para 5G, pruebas de tecnología hasta memorando de entendimiento.

La situación geopolítica podría poner una piedra más al camino —bastante sinuoso— de la 5G. Ericsson y Nokia tienen la oportunidad de aprovechar esta situación y ganar parte del terreno perdido mostrando capacidad de innovar y atender la demanda de los operadores. Incluso, reaccionando rápido frente a los problemas, como el reciente fallo de la sueca que dejó sin servicio a una buena parte de los operadores del mundo . Desde el fondo, Samsung intenta también hacerse un lugar y ya ganó contratos importantes como el de Verizon en los Estados Unidos. La pregunta que queda hacerse ahora es ¿podrán los proveedores reaccionar rápido para aprovechar esta ventaja?

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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