La noticia probablemente haya generado alguna que otra desilusión entre los operadores. La Corte Suprema de Justicia de Chile decidió rechazar el recurso de reclamación iniciado por los operadores por el cual se pedía revisar la decisión del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) que obligaba a devolver espectro, aún cuando la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) había iniciado una consulta para aumentar los topes de espectro en el país. Esto significa que los operadores deberán dar cumplimiento a la sentencia de la Corte Suprema en el caso de la banda de 700 MHz y presentar ante el regulador un plan de devolución de espectro que se acomode a lo decidido por el Máximo Tribunal.
La presentación de este plan de devolución será clave porque las condiciones en la que los operadores se dispongan a entregar el espectro podrían determinar el fin de las disputas o, por el contrario, una nueva ola de judicialidad, que ya alcanza no solo al caso que enfrenta a Conadecus con los operadores sino también a los propios operadores entre sí por el uso de la banda de 3,5 GHz. En el medio, el regulador parece tener pocas herramientas para resolver y evitar que se generen más trabas.
La situación pone en riesgo el desarrollo del mercado de telecomunicaciones y los objetivos que la propia Subtel había delineado para el país. Al momento de asumir su mandato, Pamela Gidi hablaba de un propósito de aumentar las inversiones y de un Chile que lideraría en el camino a la 5G en América Latina. Meses después y “con el diario del lunes”, el discurso inicial parece difícil de cumplir.
Aún entre quienes están en la vereda opuesta a la de los operadores se espera que la situación se destrabe con un “acuerdo de industria”. “El Tribunal no puede liderar, debe ser el regulador”, comentan en charlas informales. Y es que luego de años de freno en la entrega de la banda de 700 MHz por los tiempos de la justicia, Chile ahora se enfrenta a una nueva parálisis que le puede significar perder el tren de la innovación.
Mientras que el congelamiento de la banda de 3,5 GHz y los topes de espectro se dirimen en la justicia, Chile encuentra un mercado de telecomunicaciones paralizado y enfrentado. El regulador no es capaz de entregar nuevas porciones de espectro hasta que no se definan cuáles serán los límites de acumulación ni es capaz de decidir sobre un plan para 5G con una banda de 3,5 GHz que había sido congelada, luego descongelada y ahora llevada a la Justicia por parte de Movistar.
Frente a este escenario, sufren todo el mercado. Los operadores más pequeños, como Wom, esperan la oportunidad para adquirir más espectro y poder tener un abanico más amplio de recursos para competirle en condiciones similares a los más grandes. Con un argumento similar, Movistar espera que se congele la banda de 3,5GHz en posesión de Claro y Entel y se reparta en partes iguales para que sus competidores no se vean beneficiados de cara a un futuro despliegue de 5G. Entel y Claro tampoco pueden estar muy contentos con esta situación ya que pueden argumentar inseguridad jurídica. Sus argumentos se pueden resumir en la coincidencia entre Asiet y GSMA sobre el fallo de la Corte Suprema que obligó a desprenderse de espectro: “(la decisión) debilita la institucionalidad sectorial, perjudica a los usuarios y pone en riesgo las inversiones necesarias para la expansión de 4G y el despliegue 5G”.
Chile se enfrenta a un posible parate y una decisión de congelar inversiones hasta que no se destraben los múltiples focos de conflicto por el espectro. El regulador y la industria deberá reaccionar o perderá el tren y el mote de país avanzado, al menos en telecomunicaciones.
