La brecha digital no es sólo precio y conectividad; también es calidad

La calidad importa. Ese es el mensaje del último reporte del A4AI, la coalición entre el sector público y privado que aboga por una Internet asequible a lo largo y ancho del globo. En sus cinco años de experiencia, A4AI ha logrado trabajar en ocho países de forma más o menos avanzada en el abaratamiento de Internet, entre los que se encuentran República Dominicana y Guatemala.

Pero ahora la alianza parece haberse dado cuenta que de nada sirve pedir y trabajar por reducir los precios de Internet si no se consigue que ese servicio que se brinda sea de calidad. La alianza entendió que las políticas públicas no deben velar únicamente por la conectividad o su precio, sino también por la calidad del servicio que se está ofreciendo.

Numerosos estudios demuestran cómo la banda ancha puede ayudar a empujar el producto bruto interno (PBI) de un país. Y no hace faltan estudios (aunque los hay) para entender que la falta de una buena conectividad es una barrera más para el desarrollo de las personas en términos de educación y hasta acceso a fuentes de trabajo.

Con el avance de los servicios sobre Internet, la industria ha entendido que el próximo paso debe ser velar por la experiencia del usuario porque de nada sirven políticas públicas de conectividad si no tienen en cuenta poder ofrecer una conexión de calidad.

Claro que aquí vamos a hacer un necesario paréntesis. Es obvio que para las escuelas desconectadas de la Argentina tener una conectividad satelital de 2 Mbps como brinda la estatal Arsat es mejor que no tener ninguna. Eso sí, en general, podríamos esperar que los gobiernos y empresas estén pensando más en una banda ancha más cercana a los 25 Mbps, tal como la acaba de definir Colombia, que a una de 1 Mbps.

El reporte de A4AI —que se enfoca únicamente en los servicios móviles— señala que las velocidades de bajada más lentas se encontraron en países africanos, con una media de 0,82 Mbps, seguidos de América Latina y el Caribe que tiene, en conjunto, una media de 1,16 Mbps. Esto muestra una brecha en comparación con Norteamerica (Estados Unidos y Canadá) y Europa, dónde las velocidades medias se sitúan en 4,76 Mbps y 7,06 Mbps.

Algo similar ocurre cuando se mide en términos de latencia. El informe demuestra que los usuarios de Internet móvil en África y Asia experimentan la mayor cantidad de delays, particularmente cuando se comparan las cifras con Europa.

Lo interesante del reporte es que A4AI parece haber encontrado una correlación estadística entre los niveles de QoS y los índices que miden la asequibilidad de la banda ancha.

Datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) indicaban que para finales de este año, por primera vez en la historia, el número de personas conectadas superaría a los desconectados, alcanzando un 51,2 por ciento. Esta relación es mucho mayor en países subdesarrollados, en dónde también se ven brechas de calidad y asequibilidad.

A4AI señalaba que, a pesar de las cifras positivas de UIT, a nivel global se está experimentando un decrecimiento en el ritmo de crecimiento de los accesos a Internet y su uso. Ya lo decía también GSMA, entre las razones por las que las personas no acceden a Internet están la falta de habilidades, asequibilidad y percepción de inseguridad a la hora de usar los servicios, lo que tiene consecuencias en el acceso pero también en el uso de la herramienta.

Y en los países menos desarrollados parece darse un combo explosivo. Además de ser los países con más cantidad de desconectados, también son los que tienen un Internet más caro y de menor calidad.

A4AI indica que, por ejemplo, las conexiones de 1 GB suelen ser impagables para las personas que viven con un ingreso medio en aquellos lugares donde ya están disponibles. Esto es porque, de acuerdo con el último informe de asequibilidad, 1 GB de datos móviles cuesta cerca del 5,5 por ciento del ingreso mensual. Y esto lleva a que sólo 24 de 61 países analizados por la alianza pueden ser considerados como mercados dónde Internet es asequible.

Las cifras de A4AI toman todavía mayor relevancia cuando se recuerda que el precio promedio de los servicios de banda ancha fija es mucho mayor al de banda ancha móvil. Según datos de UIT al 2017, la banda ancha móvil alcanza un precio promedio de 28,6 dólares, mientras que la banda ancha fija se ubica en 53 dólares. En países desarrollados la brecha entre el precio de un servicio y otro se acorta mientras que en los países menos desarrollados se expande y llega hasta los 66 dólares.

Las cifras de conectividad, precios y calidad de servicio muestran que los países menos desarrollados corren con desventajas frente a los países desarrollados. Esto puede explicarse por cierta inmadurez de los mercados, ya que incluso en los países maduros pasaron por algún momento en el que se experimentaron precios altos, baja conectividad y una calidad de servicio deficiente. La diferencia es que estar en esta situación unos 15 o 20 años atrás no es igual a estarlo hoy en día, cuando Internet se ha vuelto una herramienta tan vital a la hora de comunicarse, tener acceso a la educación o al trabajo.

El informe de A4AI demuestra la dificultad que implica intentar subirse hoy a la ola de la conectividad: no se trata únicamente de conectar más personas o tener precios más bajos, se trata de crear un ecosistema que permita tener un Internet de calidad para todos los ciudadanos. La industria, al menos en el discurso, parece haber empezado a entenderlo.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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