Telefónica se sienta a esperar una puja por sus activos de centros de datos en venta

Telefónica se siente confiado, expectante. La estrategia de vender activos no estratégicos parece estar dando los resultados esperados. Es cierto que en México no parece encontrar comprador y, por eso, se conforma con vender parte de su operación —la de redes de fibra óptica— pero en los otros dos frentes parece tener todo controlado y las ofertas sobre la mesa.

Habíamos alertado que la operación centroamericana tendría dificultades para su venta y por eso la estrategia ahora es trocearla. Según el periódico Expansión, el operador español está cerca de cerrar un acuerdo con América Móvil para vender las operaciones de El Salvador y Guatemala mientras que Millicom se quedaría con Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Aunque, en realidad, todo está por verse. La posible adquisición de Millicom por parte de Liberty Global y un supuesto interés de AT&T por algunas operaciones centroamericanas parecen retrasar un acuerdo que los medios españoles dan por hecho.

La puja por los activos de Telefónica podría subir el precio de venta y, posiblemente, también el precio de las acciones de la española, que necesita buenas noticias que dar a sus inversores —aunque sean sólo como placebo—.

Lo que sí parece estar avanzado es la venta de su división de sus centros de datos. Se trata de una estrategia completamente opuesta a la de otros operadores de Latinoamérica. Mientras operadores como GTD en Chile inauguran nuevos centros de datos —esta semana se inauguró el datacenter “más austral” del continente—, Telefónica piensa cómo deshacerse de ellos.

A pesar de que es una tendencia que ya hemos visto en operadores como Verizon o AT&T, en Telefónica responde más a una necesidad de eliminar negocios no estratégicos para reducir su deuda que a una estrategia de negocio. En Latinoamérica, los operadores siguen abriendo sus propios centros de datos porque entienden que la demanda todavía no está satisfecha. Sin embargo, una vez que el mercado haya madurado, es posible que todos tomen el mismo camino que Telefónica debió tomar, apresurado por mostrar resultados económicos y financieros.

De acuerdo con el periódico español El Confidencial, la española recibió las primeras ofertas para vender su filial de datacenter, que tendría un valor de 600 millones de euros y que algunos aumentan hasta 1.000 millones de euros. Telefónica cuenta con tres centros de datos principales en Madrid (España), Miami (Estados Unidos) y San Pablo (Brasil) y otros 20 distribuidos entre España (siete), Colombia (tres), Ecuador (tres), Chile (dos), Argentina (dos), Perú (dos) y México (uno).

Los interesados son el grupo estadounidense Digital Reality, fondos de infraestructura como I-Squared y Brookfield —que recientemente cerró la adquisición de los centros de datos de AT&T— y otras firmas de inversión como KKR y Blackstone. En el caso de KKR, Telefónica ya tiene una relación, ya que es propietaria del 40 por ciento del paquete accionario de su división de redes, Telxius.

El Confidencial también señala que existe “apetito” por los centros de datos de Telefónica e incluso, afirma que se esperan más ofertas por el paquete accionario. El plan de Telefónica es hacer una preselección de los candidatos y elegir el ganador a finales de febrero, junto con la presentación de resultados de 2018.

Al menos para la operación que incluye a sus centros de datos, Telefónica se puede dar el lujo de vender al mejor precio y elegir el mejor postor. Esta última parte es clave, porque Telefónica no debería vender sus activos a cualquier precio. Los ingresos que le pueden suponer la venta de activos no son despreciables pero habrá que ver si son suficientes para calmar los ánimos de quienes se preocupan por una deuda de 42.000 millones de euros que la apremia. En realidad, lo que necesita Telefónica es mostrar buenas noticias a sus accionistas, con el objetivo de subir su valor en bolsa. Poder afirmar que sus activos revisten interés de grandes compañías es, seguramente, el primer paso para demostrar su valor. Los últimos resultados parecen permitirle no apurarse a vender y, en cambio, sentarse a esperar por la mejor oferta.

Qué quedará de Telefónica luego del proceso de desinversión es, posiblemente, una incógnita. Alvarez-Pallete parece buscar una compañía que se centre en tres focos: el residencial, que opere bajo el paraguas de Movistar y ofrezca servicios convergentes en los principales países de Europa y Latinoamérica; el corporativo, que operará bajo la marca Telefónica y concentrará todos los servicios avanzados de Internet de las Cosas (IoT) y Big Data y, por último, el de infraestructura, en manos de Telxius.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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