El año pasado fue testigo de una nueva baja en el número de líneas móviles registradas en Brasil. La novedad no sorprende, pues es un resultado que se convirtió en habitual en los últimos tres años. Solo en diciembre, el total cayó en 2,6 millones para arrojar un total de 229,2 millones de líneas. Otra vez el crecimiento pospago no fue suficiente para frenar la caída.
Limpieza es lo que argumenta Claro para explicar por qué su base celular cayó más de un cuatro por ciento entre noviembre y diciembre de 2018, indicó el portal TeleSintese. Telefónica, que recientemente habló de “desconexión de accesos de bajo valor”, experimentó una baja del 0,6 por ciento mientras que TIM redujo su base un 0,2 por ciento. El resto, con excepción del operador regional Copel, mostró números positivos en el último mes del año. En la comparación anual, mostraron baja los seis operadores con más usuarios en el país, lo que arrojó una baja de tres por ciento en el número de líneas totales.
Quizás el contexto económico desfavorable que presentó el país en los últimos años también llevó a algunas desconexiones que no eran parte del plan de los operadores, aunque ellos no lo dicen. Tal vez las estrategias de retención de clientes funcionaron a medias y la baja es un poco más brusca que la esperada. Este conjunto de factores podrían alterar sus planes y hacer que la caída se mantenga por más tiempo del que imaginaban. La migración a pospago no resulta siempre algo positivo; la propia filial de América Móvil hizo notar que genera algunas derrotas inesperadas.
Hace algunos meses TeleSemana.com hizo algunas cuentas para intentar descifrar cuándo finalmente el mercado celular brasileño iba a encontrar su equilibrio después de meses de caída. Si el comportamiento se mantiene le llevará entre 12 y 18 meses. Para entonces, el crecimiento pospago podría agotarse y el prepago dejar de caer. También en ese momento se llegaría a una penetración móvil similar a la que presenta Latinoamérica, aún con la amplia brecha que tiene el país entre algunos estados.
Con la limpieza, el ARPU registrado por los tres principales operadores mejoró en los últimos tres años. En el tercer trimestre de 2018, Claro recibió 17 reales (cuatro euros) por cada usuario, fijo o móvil, frente a los 14 reales (3,3 euros) de igual período de 2015. La base móvil de TIM pasó en ese período de un gasto promedio de 16,3 reales (3,8 euros) a uno de 22,6 reales (5,3 euros) y la de Telefónica se incrementó de 5,7 euros a 6,4 euros. Sin embargo, de Vivo se debe indicar que su ARPU celular cayó en el último año, pues en septiembre de 2017 era de 7,8 euros.
La oferta prepago sigue dominando el mercado brasileño. En diciembre, según informó la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), representaba el 56,5 por ciento del total. El pospago, en tanto, siguió con flecha hacia arriba y ahora equivale al 43,5 por ciento restante. En tanto, 4G siguió escalando y ya representa el 56,6 por ciento del mercado. La penetración del servició es actualmente de 111,9 por ciento.
Las posiciones de los proveedores se mantienen, con Telefónica primero con casi el 32 por ciento de participación. El segundo puesto de Claro sigue corriendo peligro, pues apenas 494.000 usuarios lo separan de TIM. Las dos compañías perdieron cerca de 2,6 millones de líneas en los últimos 12 meses aunque destaca que la filial de América Móvil se deprendió de 2,4 millones en el último mes de 2018. En las cifras que presenta Brasil no parecen tantos, pero es el equivalente a un tercio de las líneas móviles que la empresa tiene en Chile o toda la base pospago con la que cuenta en Ecuador.
Se desconectaron casi 14 líneas celulares por minuto en 2018. ¿Se repetirá el patrón en 2019? Los registros permiten aventurar que se mantendrá la línea hacia abajo pero será menos pronunciada que años anteriores. Las cifras del regulador podrán confirmar o desmentir las previsiones en algunos meses.
