El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) presentó el reglamento de compartición de infraestructura, que entrará en vigencia en seis meses. Lo hizo, según sus propias palabras, tras un profundo estudio técnico y con el foco puesto en promover la competencia y favorecer el despliegue del servicio a zonas que antes eran menos atractivas para el mercado. A simple vista, la idea del regulador se emparenta con buenas prácticas internacionales pero la reacción del mercado da pistas que sus verdaderos resultados se verán en la cancha.
El regulador señaló en un comunicado que la medida fue adoptada luego de evaluar los recursos de reconsideración interpuestos por Claro, Altice y Viva. Las decisiones en torno a estas solicitudes quizás explican que desde la publicación para comentarios hasta la publicación del “Reglamento general de compartición de infraestructuras pasivas y facilidades conexas de telecomunicaciones” hayan pasado casi dos años. Los pedidos de los operadores fueron acogidos solo de forma parcial.
Claro fue el más efusivo en su descargo, situación que se explica observando que la filial de América Móvil lidera cada uno de los segmentos en el país y parece, sin mayor análisis, el más perjudicado en la obligación de compartir. La firma pidió expresamente “revocar en todas sus partes” la resolución dictada o, al menos, modificar varios de sus puntos. Bajo distintos argumentos pidió cambiar hasta el artículo primero, en el que se exponen definiciones.
Claro basó su pedido de revocación en la idea de que “si el mercado logra hacer sus ajustes por sí mismo y no se están desarrollando prácticas contrarias a la libre competencia o que vayan en detrimento del usuario, la intervención del regulador debe ser mínima, escasa, y tímida. Si el mercado es autosuficiente no hay que inyectarle regulaciones adicionales.” Indotel respondió a esto diciendo que la norma está bien fundamentada y autorizada bajo las reglas vigentes.
El reglamento tiene por finalidad cuatro metas: promover el uso eficiente de la red pública de telecomunicaciones y la infraestructura de soporte, disminuir barreras de entradas y promover la competencia, promover el despliegue conjunto de las operadoras y evitar la duplicidad innecesaria de infraestructura. Habla de parámetros de calidad y prohíbe prácticas anticompetitivas como solicitar información confidencial a la otra parte del trato o exigir condiciones técnicas irrazonables que se traduzcan en ineficiencia para la requirente.
Indotel será la entidad facultada para intervenir en el establecimiento de términos y condiciones de la compartición, así como la supervisión de disposiciones pertinentes siempre que resulte necesario. Resolverá las omisiones y desacuerdos que puedan surgir de la interpretación y el cumplimiento de las disposiciones del reglamento. Así lo señala la normativa que fue firmada por el presidente del consejo, Luis Henry Molina Peña, cuatro consejeros y el director Ejecutivo interino del regulador, César Lucas García.
Altice y Viva también hicieron sus pedidos, pero estuvieron más concentrados en cuestiones de forma que su competidor, más aún en el segundo caso. Considerando las idas y venidas, el reglamento parece una buena idea al menos desde los papeles. Sin embargo, su impacto se deberá evaluar recién cuando se implemente en un mercado en donde el fuego cruzado entre los operadores es recurrente. “La dinámica de compartición necesita buena voluntad de todos los actores de la industria”, señalaba Patricia Falconi Castillo en el Foro de Regulación de TeleSemana.com, casi como antesala del debate que ya se instaló en República Dominicana.
