López Obrador peca de optimista y anuncia 50.000 kilómetros de fibra óptica para México

Desde que asumió Andrés Manuel López Obrador puso metas altas para su gestión en materia de telecomunicaciones. Primero apostó a conectar a los 50 millones de mexicanos que todavía no acceden a Internet y ahora anunció que, a través del proyecto de Red Troncal, se desplegarán 50.000 kilómetros de fibra óptica. El número parece optimista si se compara con otros casos en la región y hasta exagerado a juzgar por la extensión del territorio local.

La idea de poner en marcha una Red Troncal de fibra óptica en México se presentó durante la gestión de Enrique Peña Nieto. Al asumir, López Obrador decidió frenar el proceso y, un poco más tarde, dejar sin efecto las bases y condiciones previstas. Según ellas, el Estado buscaría un socio privado para, mediante la figura de asociación público-privada, adjudicar el diseño, financiamiento, despliegue, operación y comercialización de una red.

La propuesta inicial preveía el uso y acceso a dos pares de hilo de fibra óptica instalados en la red de alta y media tensión de la red de energía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que cubre 25.000 kilómetros. Todavía se desconoce cómo ese total se duplicará para dar paso a la propuesta presentada por el presidente. “Vamos a licitar 50.000 kilómetros de fibra para comunicar a todo el país. Esperamos tener las bases en 15 días”, dijo López Obrador en declaraciones tomadas por El Universal.

Otros tres casos desarrollados en Latinoamérica servirán para poner en contexto en el anuncio. Primero, Argentina. La Red Federal de Fibra Óptica (Refefo) pretendía llegar a 58.000 kilómetros extendidos por todo el país. Eso fue hace 10 años, pero con cambio de autoridades incluido, algunos años después la previsión se redujo y la red alcanza cerca de 32.000 kilómetros. No hay cifras más recientes pero Arsat indicó a mediados de 2017 que el 58 por ciento de ese total se encontraba iluminado.

Casi ocho años le llevó a Argentina desplegar 30.000 kilómetros e iluminar unos 22.500 kilómetros de fibra. México se propone más de doble de esa cantidad. Claro que el tiempo y la posibilidad de aplicar mejores estrategias podrían funcionar a favor de la propuesta de López Obrador pero la cifra es, al menos, ambiciosa. En otro orden, Argentina tiene el doble de superficie que México y tendrá, cuando concluya, una red 36 por ciento más pequeña en términos de extensión.

En Colombia, según el Ministerio de TIC, se desplegaron 19.000 kilómetros para 1,1 millones de kilómetros cuadrados, frente a los 1,9 millones de kilómetros cuadrados que tiene México. Ni hablar de Perú, que desplegó 13.000 kilómetros de fibra para su proyecto de Red Dorsal, que al momento no cumplió con las expectativas. Se encuentra subutilizada y el país en un conflicto con Azteca para ver qué acciones tomar tras los malos cálculos que hicieron de la iniciativa un elefante blanco.

Las experiencias internacionales deben servir a México para agarrar la calculadora y proyectar los riesgos de ser optimista. Convertir un buen proyecto en un problema es una película que ya se ha visto en esta parte del mundo y depende de la buena planificación para que no ocurra con la Red Troncal. El país tiene la ventaja de ejecutar su propuesta más tarde que muchos y el desafío de no repetir errores para lograr, en definitiva, los objetivos planteados en materia de conectividad.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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