Perú se cansó de las demoras y analiza volver a licitar dos proyectos regionales de fibra óptica

El caso de la Red Dorsal de Perú tiene a cada rato un nuevo condimento. Llueve y hay burbujas en los charcos, lo que promete agua para rato. Esa parece la metáfora más atinada para un proyecto que se convirtió en problema para las autoridades, después de serias fallas en el contrato público-privado firmado con Azteca, que en la presentación de sus últimos resultados ya ni se refirió al tema.

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ya se había mostrado harto con el tema y prometió respuestas sobre qué ocurrirá con subutilizado tendido de fibra óptica en el tercer trimestre. Para entonces, se habrá analizado en detalle las opciones propuestas por el Banco Mundial y podrían estar listos los cambios en la ley de Banda Ancha, que incluye este asunto.

El despliegue de 13.500 kilómetros no funcionó como se esperaba porque cuando se formuló el proyecto no se tuvieron en cuenta aspectos como la competencia o la evolución tecnológica. Hubo errores de previsiones y el precio estipulado resulta más caro que el de otras empresas, que además presentan beneficios adicionales en sus propuestas. Por eso se intentó llegar a un acuerdo con el brazo privado de la iniciativa para modificar el acuerdo, pero no respondió como se esperaba.

De acuerdo al plan original, que todavía permanece vigente, deben añadirse a la red 21 tendidos regionales de fibra óptica. Todos ellos ya fueron adjudicados a distintas compañías en los últimos años, empresas que también se quejaron ante las autoridades por problemas para empalmar sus tendidos. También en ellos hubo constantes cambios de cronograma que generaron que el gobierno dijera en octubre pasado que “no permitiría más retrasos”.

En este contexto es que no sorprenden las palabras de la viceministra de Comunicaciones, Virginia Nakagawa, quien señaló que podrían volver a ser licitados los proyectos de Piura, Tumbes y Cajamarca. Esto como consecuencia de problemas de ejecución por parte de Redes Andinas de Comunicaciones, concesionario de los tendidos. “Se está analizando el caso y trabajamos en un plan B. Tenemos que salvaguardar los intereses del contrato y que las regiones no se vean perjudicadas”, señaló.

El proyecto Región Piura, que abarca los departamentos de Piura y Tumbes, contempla el despliegue de 2.287 kilómetros de fibra óptica en el noroeste del país. Beneficiará a 362.000 personas de 505 localidades. El de Cajamarca, en tanto, incluye 2.212 kilómetros de fibra para el beneficio de 381.000 habitantes de 811 localidades. Entre ambas se beneficiará, además, a 1.300 instituciones entre comisarias, centros de salud y escuelas.

Nakagawa destacó, en diálogo con el portal local El Comercio, que estarán operativas antes de mitad de año las redes de Ayacucho, Huancavelica, Apurimac y Lambayeque. Las tres primeras están a cargo de Gilat Networks y la última de Telefónica del Perú. Se espera incluir a la lista el tendido de Cusco, del que también se ocupa Gilat Networks, antes de fin de año. Los 21 proyectos sumados dan un total de 30.000 kilómetros de fibra que beneficiarán a 3,8 millones de peruanos.

Mientras el tema gana los debates del sector en Perú, Azteca evitó hablar de su futuro en ese país en la presentación de resultados del primer trimestre. A pesar de que al menos en los últimos tres informes refirió que estaba analizando su continuidad, en éste se limitó a decir que su operación local le generó ingresos por 96 millones de pesos mexicanos (4,9 millones de dólares) entre enero y marzo, dos por ciento menos que igual período anterior.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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