Las multas han tenido más contraindicaciones que propiedades curativas para los problemas que aquejan al sector. Uno de los obstáculos más recurrentes es el largo tiempo que transcurre entre el hecho y su condena, aspecto que en esta ocasión lleva a la oficina de AT&T en México una obligación de resarcimiento a usuarios de una empresa que adquirió hace cuatro años.
Esta historia comienza en 2013 cuando la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) promovió una acción colectiva contra Nextel por la realización de cobros indebidos de servicios no proporcionados, deficientes, diferentes al contratado o cancelados, sin aclaración, previo aviso ni aceptación expresa de los consumidores. Estos hechos ocurrieron entre 2012 y 2014, justo antes de que la empresa fuera comprada por AT&T, quien deberá ocuparse de cumplir la sanción.
Como parte del argumento en contra de la compañía, se tomó que en su página ofrecía servicios de cuarta generación comprobándose en juicio que la tecnología que utilizaba era inferior a la que aseguraba brindar. Por eso, también entraron cargos por publicidad abusiva y engañosa. La telefónica deberá pagar daños y perjuicios a afectados más 20 por ciento de indemnización y nueve por ciento de interés legal anual.
Al tratarse de una acción colectiva, se desconoce la cantidad exacta de usuarios afectados pero “esto podría beneficiar a 3.851.153 de usuarios” que son los que tenía Nextel en el plazo en el que se cometieron las infracciones. “Todo ese universo de personas podrían sumarse a los beneficios de la sentencia colectiva y no solamente quienes participaron en la presentación de la demanda original”, señaló la entidad.
Otro problema recurrente de las multas es la cantidad de veces que el acusado intenta evitarlas entorpeciendo, con argumentos jurídicos válidos, el proceso con recursos en contra. En este caso AT&T se defendió en primera y segunda instancia por medio de amparos que le fueron denegados. También intentó un recurso de revisión ante la Suprema Corte que resultó improcedente. No tiene más instancias, por lo que la decisión es definitiva.
Se verá de aquí un tiempo cuánto le costará a AT&T las aventuras de la extinta Nextel México. Seguramente la noticia no cayó bien en sus oficinas, desde las que ahora atiende a más de 15,6 millones de suscriptores móviles. El hecho, en paralelo, volverá a poner el foco sobre soluciones alternativas para corregir los errores en el que incurren las empresas que brindan servicios. En Brasil y en el propio México ya se trabajan en el tema, aún sin respuestas definitivas.
