Los últimos años fueron muy activos en el mercado de cables submarinos. Al lógico reemplazo de cables que han cumplido su ciclo, se sumó el trazado de nuevas rutas que permitirán una conexión más directa entre nuestra región, Europa y África. Pero también hubo otro movimiento que despertó el mercado: la inclusión de compañías “no tradicionales”, como Google y Facebook, que se suman con proyectos de cables submarinos para soportar su propio crecimiento del negocio.
Lejos de haber llegado a una meseta, el mercado no para de moverse en anuncios. Y esto lo demuestra el reciente anuncio de dos grandes compañías que se unen para un nuevo trazado que permitirá conectar Centroamérica con Sudamérica a través del Pacífico.
América Móvil y Telxius anunciaron el despliegue de un cable submarino de alta capacidad que conectará Puerto San José (Guatemala) con Valparaíso (Chile), con puntos de amarre adicionales en Salinas (Ecuador), Lurín (Perú) y Arica (Chile). El cable tendrá una capacidad inicial estimada en 108 Tbps y una mínima latencia entre ambos extremos.
Se trata de una infraestructura de 7300 kilómetros de cable submarino que tendrá como objetivo mejorar la provisión de servicios a los clientes de ambas compañías.
Las compañías alertan que desde 2001 no se anuncian rutas sobre el Pacífico, justo el año que Telefónica desplegó el South America 1, un cable submarino que cubre una ruta similar. Es cierto que en los últimos meses se conoció la puesta en marcha de Curie, un cable submarino de Google que también se instalará sobre el Pacífico, pero la ruta —que llega de los Estados Unidos a Chile, pasando únicamente por México— y el hecho de que sea propiedad de Google hacen creer que el cable se utilizará más con fines corporativos que de servicio mayorista —aunque no está descartado que esto pueda suceder—.
La realidad es que, haciéndole caso a las compañías, la mayor parte de los anuncios recientes se dieron del otro lado del continente: sobre el Atlántico.
Esta misma semana GlobeNet anuncia la misma semana que ha completado la inspección marina para el cable submarino que conectará las ciudades brasileñas de Río de Janeiro y Sao Paulo, en Brasil, con Buenos Aires, Argentina, y del que también participa Facebook. Con este hito, confirmó que la puesta en servicio del sistema será en 2020, mismo año que se espera el encendido del nuevo cable de América Móvil y Telefónica.
Apróximadamente para el mismo año se pondrá en servicio el tendido submarino que unirá Brasil con Europa, Ella Link. La iniciativa había comenzado como un joint-venture entre Telebras y la española EulaLink pero la estatal brasileña se retiró del negocio por falta de recursos. Ahora, la iniciativa continúa su camino con miras de tener los trabajos finalizados y el sistema en marcha para 2020/2021.
La nueva infraestructura que estará lista en 2020 se sumará a los sistemas ya operativos Brusa (Telxius), Marea (Telxius), Monet (Google, Antel, Algar Telecom y Angola Cables), SACS (Angola Cables) y Tannat (Antel y Google), entre otros, que se han desplegado en los últimos dos a cuatro años.
No es casual que haya tanto movimiento en el mercado. América Latina ha crecido en accesos a servicios de banda ancha y se espera una explosión con la nueva generación de telefonía móvil, la 5G, que para América Latina se espera cerca de 2021/22. Todas las proyecciones indican que la demanda de mercado se incrementará y la infraestructura deberá prepararse para el nuevo ecosistema.
Reforzar las rutas existentes es el camino, pero casi tan importante cómo ésta iniciativa es buscar nuevas rutas que permitan ampliar horizontes, disminuir los costos —especialmente en un mercado de bajo ARPU en casi todos los servicios— y garantizar resiliencia. Por eso, Chile está pensando en cómo cruzar el Pacífico y tener una vía directa con Asia, ese continente que queda siempre del otro lado del mapa.
