La Superintendencia de Competencia de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) dio aprobación previa a la compra de Nextel por parte de Claro en Brasil. Ahora la operación, ya validada por accionistas de NII Holdings, será evaluada por la Procuraduría Federal Especializada del regulador y luego pasará a su consejo director. América Móvil espera completar la compra antes de que termine el año.
Entre las condiciones se otorga un plazo máximo de dos meses para que la resultante adecúe la cantidad de espectro con el que cuenta sobre la banda de 850 MHz para no superar el tope máximo. Nextel usaba esa banda para servicios móviles especializados (SME) y la fusión hará que Claro supere ampliamente, hasta 40 por ciento en algunas zonas, el límite permitido.
Las empresas ya habían sido notificadas de las consecuencias que la fusión traería en materia de espectro pero habían pedido 18 meses para adecuarse a los límites en la banda de 850 MHz. Sin embargo, las autoridades consideraron que no había justificación técnica para llegar a ese plazo, indicó el portal local Teletime. Sí se respetó ese plazo para que Claro cumpla con eliminar la duplicación de licencias para prestar algunos servicios.
La aprobación previa valdrá por 180 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión, pudiendo ser prorrogada por igual tiempo a pedido de las involucradas si se mantienen las mismas condiciones en el acuerdo de venta. Otra condición es que las empresas comprueben regularidad fiscal de Nextel y su subsidiaria Sunbird.
En la previa, TeleSemana.com analizó que Claro no debería tener mayores inconvenientes para hacerse de Nextel por 950 millones de dólares. Si logra luz verde se quedará con espectro en distintas bandas que le permitirán mejorar sus prestaciones principalmente en Río de Janeiro y San Pablo. También le aportará 3,4 millones de usuarios.
El Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) autorizó en abril a los competidores móviles brasileños a participar como terceros interesados en el análisis de la operación. Oi consideró que la fusión es un “movimiento lógico del mercado” mientras que TIM y Telefónica se mostraron preocupados por la “alta concentración” que produciría en materia de espectro, infraestructura de torres y market share.
