Brasil y Perú ponen en vigencia acuerdo de telecomunicaciones para zonas fronterizas

Se promulgó oficialmente el acuerdo para la integración fronteriza entre Brasil y Perú, que atañe exclusivamente al área de las telecomunicaciones. La alianza había sido firmada en 2013 pero dependía de la aprobación de distintas instancias en los países implicados. De hecho, todavía quedan a revisión algunos puntos considerados ajustes complementarios. El objetivo final es “atender las necesidades de poblaciones vulnerables” ubicadas de un lado y del otro de la frontera.

“El presente acuerdo tiene por objeto implementar sistemas de telecomunicaciones fronterizos”, iniciando con un proyecto piloto en las ciudades de Asis, municipios del estado brasileño de Acre, e Iñapari e Iberia, en el extremo este del Perú. Se busca la integración de la oferta de distintos servicios “permitiendo la libre circulación de información con confiabilidad, seguridad, bajo costo y elevada velocidad en la comunicación de datos”, señala el decreto 9.996 de 2019.

Quedará a compromiso de las partes avalar de forma conjunta los resultados alcanzados en las pruebas y acordar su expansión en otras áreas, atendiendo las necesidades específicas de cada caso. Además, deberán incentivar con distintas herramientas las inversiones del sector público y privado, nacionales o binacionales en los sitios fronterizos. El acuerdo también habla de que solo podrán prestar servicios empresas debidamente autorizadas por autoridades competentes.

Se establecen, además, condiciones para la prestación de los servicios de telecomunicaciones, entre ellas que serán tratada como servicio local las comunicaciones internacionales fijo a fijo, móvil a fijo, móvil a móvil o desde teléfonos públicos localizadas entre las ciudades de un país y del otro. En todos los casos, los operadores tendrán que trabajar en generar acuerdos para mantener las tarifas dentro del límite que caracteriza el tratamiento local, esto es tarifas próximas o iguales a las limitadas para llamadas locales.

Ambas partes se comprometen, además, a implementar medidas informativas para los usuarios que utilicen servicios móviles en zonas fronterizas. En este caso, se establece la obligación de dar información fácil de comprender de forma gratuita a los usuarios, en la que se detalle costo y atributos del servicio que se está prestando. Cada uno, además, tendrá que contar con un número de teléfono gratuito para resolver dudas o reclamos de los clientes de uno y otro país.

Queda, desde ahora, conformado un Comité de Coordinación Técnica que funcionará con un integrante de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), uno del Ministerio de Comunicaciones de Brasil (Mctic), uno del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú (MTC) y otro del Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), que se ocuparán de evaluar condiciones técnicas pertinentes y velar porque ninguna de las acciones tomadas en el marco de este acuerdo resulte contraria a las normativas locales.

La conformación de acuerdos binacionales resulta habitual en el mundo de las telecomunicaciones de Latinoamérica y se ha visto con más frecuencia en los últimos dos años como consecuencia de un objetivo general de trabajar para eliminar los cargos adicionales por  roaming internacional. Sin embargo, ya se ha dicho en ese caso, se han visto más avances concretos de los operadores que de parte de los gobiernos, quizás por impericia, por falta de instrumentos o por los cambios de administraciones que casi siempre atentan contra los planes a largo plazo.

En el caso de la alianza Brasil-Perú, entre el acuerdo y su publicación han pasado 2.117 días, lo que pone al tiempo como otra variante a considerar entre los desafíos de los planes que dependen de más de una parte para ponerse en marcha. La idea parece, a todas luces, un paso hacia adelante y sus objetivos una buena causa en una región con materias pendientes en conectividad. Resta ahora saber si su aplicación traería beneficios inmediatos o habrá que esperar otros cinco años, nueve meses y 18 días. Lo seguro es que se viene la etapa más compleja de todas: la materialización.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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