El plan de Telefónica sigue su curso: ahora va por la salida de empleados y movimientos con sus torres

Son dos los objetivos que Telefónica tiene entre ceja y ceja, y hará lo necesario para lograrlo: reducir su deuda y desprenderse de activos no estratégicos para ganar agilidad de cara a lo que viene. Algunos movimientos recientes pueden ser usados como argumentos válidos para ambos y lo mismo sucede con sus anuncios recientes; busca ahora “acelerar la monetización de su infraestructura móvil” y “evolucionar su plantilla de empleados”.

La compañía opera unos 130.000 sitios y es propietaria de 68.000 de ellos —18.000 en manos de Telxius y las 50.000 restantes en otras filiales— en Alemania, Reino Unido, España, Brasil, Argentina, Ecuador, Colombia, Uruguay, Chile, Perú, México y Venezuela. Más del 60 por ciento de los activos está concentrado en los primeros cuatro mercados.  En este contexto es que analizará “diferentes opciones para monetizar esta cartera en los próximos 12 meses”.

La firma aseguró, casi como para contrarrestar al que pueda poner en duda que se trate de una buena decisión,  que cuenta con “acuerdos con otros operadores para impulsar el ahorro de costos mediante el uso compartido de infraestructura”. La operación, cuyos pormenores todavía no están definidos, le permitirá entonces “crear valor para el accionista” al tiempo de lograr un “uso eficiente de su infraestructura”, el mismo argumento que dio para explicar recientemente por qué se desprendió de torres en Perú.

En 2016 la empresa creó a Telxius como gestor de la cartera de torres en Europa y Latinoamérica. Hoy, como ya se dijo, esta firma tiene 18.000 emplazamientos en seis países y opera, además, una red internacional de 87.000 kilómetros de cables submarinos. Por lo anterior, generó en 2018 ingresos por 792 millones de dólares, 8,4 por ciento más que un año atrás, y un Ebitda siete por ciento superior en la comparación interanual hasta 370 millones de euros.

El foco de la operación estará entonces en las torres que son propiedad de Telefónica por fuera de Telxius. “Esos 50.000 sites podrían generar unos 830 millones de euros en ingresos y 360 millones de euros en Ebitda”, señaló la compañía. Esas cifras son, igualmente, orientativas y puede diferir en función de las negociaciones en cláusulas de operación y términos de arrendamiento que se acuerden.  Cada vez que la empresa se desprendió de activos hasta ahora, y parece tener la misma idea a futuro, también firmó acuerdos para seguir usándolos.

Una de las variables que se maneja es la ampliación de Telxius mediante la incorporación de sitios adicionales de las filiales de Telefónica, según surgió de la reunión del Consejo de Administración que tuvo lugar en las últimas horas. También se evalúan otras alternativas, entre ellas vender las torres a un tercero y luego alquilarlas. En este segundo caso hipotético aparecen interesados en ser la contraparte de la operación, entre ellos Cellnex Telecom o American Tower, indicó el portal El Economista.

Por otra parte, Telefónica España va a proponer a los representantes de trabajo negociar “un plan para evolucionar su plantilla y adaptarla a los desafíos de los próximos años”. Fuera de los eufemismos, se lanzará un plan de bajas voluntarias para reducir la nómina de empleados. “El valor actual del gasto del plan se estima en 1.600 millones de euros y los ahorros anuales promedio serán de unos 220 millones de euros a partir de 2021”.

La empresa defiende que la novedad es parte de una idea de atraer a trabajadores jóvenes, por eso el proyecto apunta a empleados mayores de 53 años, y de generar perfiles más críticos en áreas claves como seguridad o analytics con programas de reskilling . Para ello, añadió, el presupuesto dirigido a formación se multiplicará por más de dos y las horas de formación por empleado crecerán hasta un 40 por ciento.

Con estas herramientas, ya conocidas en el mundo de las telecomunicaciones, Telefónica buscará mejorar su performance de deuda tal como lo viene haciendo hace tiempo. A junio su deuda es de 40.230 millones de euros. Para reducirla en los últimos meses también se desprendió de centros de datos en siete países, busca comprador de su edificio central en Chile y vendió filiales en Centroamérica a sus competidores, por citar algunos ejemplos. También hay rumores de que hará lo propio con su filial en Ecuador.

En el caso de la venta de torres, la operación también puede encontrar como argumento el desprendimiento de activos no estratégicos, un concepto del que se han hecho eco un sinfín de empresas del sector en el último tiempo. Esto porque los operadores buscan ganar músculo y perder peso, por decirlo de alguna forma, para enfrentar los desafíos que se vienen, quedándose solo con los recursos necesarios para hacerlo.

Quedará para después evaluar como exitosos o no los intentos de Telefónica por mejorar su performance en una realidad que lo obliga a hacerlo y un futuro que promete enfrentarlo a nuevos desafíos a cada rato. Los dos anuncios, el de infraestructura y el de su nómina de empleados, no son los primeros ni serán los últimos, solo pasos intermedios en un camino tan largo como complejo. Lo que sí está claro es que la compañía está dispuesto a intentarlo, a como sea.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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