Huawei se mueve rápido para lanzar un Android sin Google: ¿cuáles serán las consecuencias?

Llegó el día en el que Huawei tuvo que develar su estrategia para smartphones luego de la guerra con Estados Unidos. Fue hoy, 19 de septiembre, cuando presentó su buque insignia, el Mate 30 con Android, pero sin el soporte y los servicios de Google.

La compañía eligió aprovechar la versión de código abierto de Android (AOSP) en vez de salir al mercado con un sistema operativo propio. Eso no significa que el fabricante chino no esté trabajando en su propia solución a la suelta de manos que le hizo Estados Unidos: Huawei ya desarrolló un nuevo sistema operativo, Harmony OS, pero, todavía, no parece estar lo suficientemente avanzado como para llevarlo al mundo smartphones.

El nuevo Mate 30 es el primer teléfono que llega luego del bloqueo estadounidense y, por eso, se convierte en la mira de toda la prensa. El teléfono viene con conectividad 5G y muchas mejoras en hardware que se ven opacadas por la falta de uno de los grandes jugadores del sector: Google. Si bien la compañía china indicó que las aplicaciones serán compatibles y alertó que trabajará incansablemente para ir incorporando cada vez más cantidad de aplicaciones, lo cierto es que ya están circulando videos que muestran la dificulta de acceder a YouTube, por ejemplo, por no contar con soporte de los servicios de Google.

Para reemplazar esta falta, el nuevo teléfono de Huawei trae su capa de personalización propia, Emui 10, pero, además, tienda de aplicaciones propia, servicio de mapas, búsquedas y hasta un asistente propio de la compañía.

¿Puede esta situación empeorar la fragmentación de Android? Bueno, quizás no haya nada que pueda empeorar la fragmentación de un sistema operativo que, desde sus inicios ha estado claramente complicado por las diferentes capas de personalización que añaden los fabricantes y la incapacidad que esto representa para actualizar los dispositivos a la última versión. Por ejemplo, Android 10 fue lanzado hace poco, pero únicamente para sus dispositivos propios de Google, como el Pixel, y una pequeña cantidad de otros dispositivos. Para el resto de los teléfonos inteligentes, habrá que esperar un tiempo para tener la última versión del sistema operativo.

De acuerdo con el propio Android, la versión anterior a la 10, Android Pie, está disponible nada más que en el 10,4 por ciento de los dispositivos activos, mientras que la versión anterior, Oreo, está disponible en el 12,9 por ciento y 15,9 por ciento en sus versiones 8 y 8.1, respectivamente. Las últimas tres versiones del sistema operativo ocupan casi el 58 por ciento de los dispositivos Android activos, dejando a una buena parte del mercado con versiones 5.0 y 6.0 del sistema operativo de Google.

En el pasado algunos estudios indicaban que esto traía consigo problemas en el call center de los operadores, ya que debían responder por problemas que generaba la incompatibilidad de versiones de los dispositivos. Más allá de que este problema posiblemente siga existiendo, la realidad es que la fragmentación complica más a los desarrolladores, los departamentos de IT que deben gestionar los dispositivos y, especialmente, a la seguridad. Si los dispositivos son incapaces de acceder al a última actualización, quiere decir que también serán incapaces de responder rápido a los parches de seguridad, poniendo en juego la seguridad de todo el ecosistema.

El impacto de la fragmentación en la seguridad fue analizado recientemente por la consultora Counterpoint Research quien indicó que, a excepción de Nokia y Lenovo, la mayoría de los fabricantes ha sido lento para proveer actualizaciones de software y seguridad. Esto es particularmente importante en un escenario en donde la tasa de recambio de dispositivos móviles es cada vez más lenta.

Casi al cierre de 2018, cerca del 96 por ciento de los teléfonos inteligentes Nokia tenían la última versión del sistema operativo (Android Pie). Samsung se ubicaba en segundo lugar con el 89 por ciento, seguido de Xiomi con el 84 por ciento.

La consultora señala que muchos fabricantes están intentando reducir el tiempo que le toma actualizar sus dispositivos a la última versión, pero todavía queda mucho camino por recorrer. En la mayoría de los casos, aún cuando han pasado 12 meses del lanzamiento de la última versión, buena parte de los dispositivos de están corriendo sobre versiones anteriores del sistema operativo.

Todavía no queda claro si la elección de AOSP por parte de Huawei pueda poner todavía más presión a este problema de fragmentación de Android pero, sin duda, tampoco representa una solución. En la próxima actualización del sistema operativo, Huawei deberá atender no solo su capa de personalización sino también todas sus nuevas aplicaciones antes de poder ofrecer una actualización a sus usuarios. Quizás, igualmente, el hecho de que por ahora vayan por Android en vez de intentar con un sistema operativo propio sea una buena noticia. Si esto sucediera, Google perdería un jugador que actualmente tiene como el 20 por ciento del mercado de teléfonos móviles, y una buena parte del ecosistema de Android.

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Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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