AT&T se desprende de lo que le pesa: ¿qué pasará con México?

El desprendimiento de activos es la forma que encuentra AT&T para mejorar su situación financiera. Si quedaba alguna duda de esto se despejó esta semana al conocerse su acuerdo para venderle a Liberty Latin America sus operaciones en Puerto Rico e Islas Vírgenes. Eso le sumará unos 1.950 millones de dólares al colchón que ha hecho con otras operaciones, como la salida del servicio de entretenimiento Hulu. Espera terminar el año con 11.000 millones de dólares más en el bolsillo frente a los 8.000 millones de dólares previstos. La pregunta, casi obligada, es qué hará entonces con su negocio en México.

Entre 2014 y 2015 la empresa estadounidense se hizo de tres firmas locales con las que hoy sostiene su operación. Primero anunció la compra de Iusacell por 2.500 millones de dólares y luego se quedó con Nextel por 1.875 millones de dólares. Las cosas no fueron como las preveía y a julio de este año, tres meses después del plazo previsto, señalaba que la estabilidad financiera local “está a punto de llegar”.

Hoy AT&T es la cuarta empresa de telecomunicaciones que más invierte en México, según costa en información oficial presentada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Se ubica detrás de Televisa, América Móvil y Altán, el consorcio formado como brazo ejecutor de la Red Compartida. En tanto, es el segundo en términos de ingresos, con una participación del 12 por ciento de la torta. El 63 por ciento está en manos de la compañía de Carlos Slim. El tercer puesto, en tanto, es para Grupo Televisa (11 por ciento).

El fantasma de, Grupo AT&T es, como el de otras, su deuda. A mitad de año ésta ascendía a 157.937 millones de dólares. El ítem es mejor que el anunciado algunos meses antes, en detalle cayó un cinco por ciento entre enero y julio de este año.

En este contexto financiero y con el hecho casi consumado —a la espera de confirmaciones regulatorias— de su salida de Puerto Rico e Islas Vírgenes es que toma fuerza una versión: la posibilidad de que AT&T salga también de México. Recientemente el Fondo Elliott Management, que tiene una pequeña participación accionaria en el operador, puso esa opción sobre la mesa. La propuesta incluye la operación inalámbrica y su negocio en Sky —tiene participación del 41 por ciento—, aclaró el portal local El Financiero.

Recientemente AT&T decidió renunciar a más de 20 concesiones de espectro para distintos tramos en la banda de 800 MHz en México, lo que a todas luces se analizó como una forma de hacer más eficiente la operación local. Los números locales, como ya se dijo, no acompañan las intenciones del operador, pues aunque sus ingresos aumentaron un cuatro por ciento interanual en el segundo trimestre, en ese período arrojó pérdidas por 207 millones de dólares.

En términos de usuarios la firma se sigue acercando a Telefónica gracias a la incorporación de casi 300.000 líneas en los últimos doce meses. Se ubica tercero entre los prestadores con algo más de 18 millones de suscriptores que equivalen a una cuota de mercado del 14,8 por ciento. Telcel acapara casi el 63 por ciento y Telefónica el 21 por ciento, entre otras firmas. En cuanto a ingresos móviles, un mejor ARPU ubican a AT&T con el doble de participación que Telefónica (18 por ciento contra nueve por ciento) pero todavía muy lejos del líder Telcel (71 por ciento).

La estadounidense ha avanzado a paso firme en México con una estrategia que hoy le permite estar a poco menos de ocho millones de clientes de Telefónica, en un mercado constituido por 118 millones de líneas. En el plano pospago tiene una participación incluso mayor que este competidor, pues alcanza en ese segmento una cuota superior al 27 por ciento. La compañía, en tanto, concentra más espectro para servicios móviles después de la obtención de porciones en la banda de 2,5 GHz.

Del otro lado es igual de cierto que las buenas intenciones de AT&T no han logrado hacerle ni sombra a Telcel. De hecho, el operador culpó a la ardua competencia entre los factores que más aportaron, a su criterio, a que la rentabilidad no haya llegado en el plazo previsto para su operación local. También se pronuncia a cada rato a favor de endurecer las medidas asimétricas que corren para la compañía de Slim como preponderante en el mercado de las telecomunicaciones.

Así las cosas, los responsables de la operación local de la compañía estadounidense tendrán la misión de decidir sobre su futuro en México. Como en un momento se habló de la posibilidad de que Telefónica salga del mercado local, idea que ganó fuerza en los últimos meses con la salida de la compañía de Centroamérica, AT&T también podría hacerlo con el ojo puesto en reducir su deuda. Deberá poner blanco sobre negro y determinar si hace en México lo que acaba de ejecutar a unos miles de kilómetros de distancia.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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