El plan de recuperación judicial en el que trabaja Oi en Brasil sigue su curso y encuentra cada rato un nuevo desafío. Ahora la compañía confirmó negociaciones con entidades bancarias para captar nuevos recursos que soporten sus objetivos en Brasil. En esta etapa podría obtener hasta 2.500 millones de reales (598 millones de dólares) adicionales.
La compañía señaló que trabaja en distintas alternativas para avanzar con su estrategia local y la negociación con bancos es una de las posibilidades analizadas, pero no la única. El anuncio llama la atención porque en julio la empresa había negado estar en tratativas con entidades financieras. Ahora solo se limitó a indicar que todas las opciones están previstas en el plan presentado, indicó el portal local Teletime.
En este contexto, Oi mantiene confianza respecto a lo que se viene. Sus autoridades reiteraron que la empresa mantiene “un desempeño operativo dentro de las expectativas y confía en sus esfuerzos de control de gastos y demás iniciativas para garantizar la ejecución de su plan de inversiones”. Los avances al momento van en línea con el cronograma planteado, agregaron.
En el segundo trimestre, la firma informó pérdidas por 1.559 millones de reales, unos 390 millones de dólares. La cifra es 24 por ciento mejor a lo registrado un año atrás. Su Ebitda, en tanto, se redujo 22 por ciento interanual hasta 1.218 millones de reales (304 millones de dólares). Su deuda creció por encima del 24 por ciento hasta alcanzar 12.573 millones de reales (3.145 millones de dólares) a junio.
Desde su inicio, el 2019 fue trabajoso para los encargados de la recuperación en la compañía. En enero, por ejemplo, la empresa completó con éxito un aumento de capital de 4.000 millones de dólares (1.061 millones de dólares) como consecuencia de la agregación de acciones ordinarias. El proceso se terminó tras un acuerdo con el accionista Pharol, que antes había intentado frenar la operación.
A fines de mayo, en tanto, el operador vendió las acciones que tenía en Cabo Verde Telecom a través de la subsidiaria PT Ventures. La enajenación se dio por algo más de 26 millones de dólares y en concordancia con las cláusulas 3.1.3 y 5.1 del plan de recuperación judicial. El objetivo de la operación fue, además del ingreso de recursos, la reducción de gastos por litigios y la posibilidad de concentrar esfuerzos en negocios más relevantes.
Oi pretende invertir en el negocio local unos 21.000 millones de reales (hoy 5.000 millones de dólares) en tres años. Sus metas son las mismas, o al menos muy similares desde el discurso, que la de sus competidores: robustecer su red móvil y avanzar con fibra óptica. Sin embargo, su situación financiera le deja menos márgenes para el error y por eso contrató a la consultora Oliver Wyman para manejar sus desembolsos.
La empresa tiene una alianza comercial con Huawei, con duración máxima de cinco años, para que el socio tecnológico lo acompañe en su objetivo de “acelerar la oferta a los consumidores”. En el mundo móvil busca fomentar la migración de 2G y 3G a LTE y en el fijo trabaja en un despliegue eficiente de fibra que le permita reducir costos en el despliegue de infraestructura. La compañía pretende terminar el año con 4,6 millones de hogares con FTTH.
Además de seis millones de clientes corporativos, Oi cuenta con 14 millones de unidades generadoras de ingresos: 7,7 millones de telefonía fija, 4,7 millones de banda ancha y 1,6 millones de televisión paga. Tiene, en tanto, 34,7 millones de líneas móviles que lo ubican con un 15 por ciento del mercado móvil local. En medio algunos rumores de venta y mientras analiza si ponerse o no involucrarse en 5G en su particular contexto, la compañía sigue trabajando en su recuperación.
