Operadores y gobierno apuestan al desarrollo de Internet de las Cosas en Brasil

Dicen que el que persigue dos conejos solo logra que ambos escapen. En telecomunicaciones hay tantos conejos que la decisión no resulta sencilla y todos los actores que son parte del ecosistema luchan para mantener la mayor cantidad de negocios como parte de su operación. Hay un conejo que parece atraer más que otros y en el que tanto el gobierno como las empresas locales están trabajando incansablemente: Internet de las Cosas.

Futurecom de 2017 fue quizás el evento que terminó por consolidar a Internet de las Cosas como prioridad en Brasil. Ese concepto fue, sin dudas, la vedette del congreso en el que empezaron a conocerse los primeros pasos firmes del Plan Nacional IoT. Ese proyecto se convirtió en realidad recién a mediados de este año, tras cuatro años de debate, lo que deja a las claras que pasar del dicho al hecho no resulta sencillo tampoco cuando se trata de IoT.

Latinoamérica ha mostrado avances no del todo firmes en la materia pero sí hay coincidencia en el bloque regional en qué tres verticales serán más relevantes que otras en el mediano plazo: salud, campo y ciudad. Estos mismos tres frentes fueron los considerados por Brasil en su proyecto. Incluso como parte de la aprobación del plan nacional se establecieron cuatro cámaras: una de gobernanza que unificará al resto, otra con foco en el agronegocio, una más que se ocupará de los temas de salud y la última que se hará cargo de lo que ocurra en torno al concepto de las ciudades inteligentes.

Fuera de la esfera gubernamental están los operadores y en Brasil todos han presentado algún tipo de estrategia relacionada con Internet de las Cosas. El último en involucrarse de lleno fue Algar Telecom, que acaba de establecer una unidad de negocios con foco en el desarrollo y escalabilidad de soluciones IoT para el mercado B2B. El área tendrá la misión de cuidar ese negocio de punta a punta en cuestiones como presupuesto, instalación y acompañamiento de resultados, señaló la firma en declaraciones tomadas por el portal local TeleSintese.

Algar ya había dejado claro que sus próximos pasos estarían orientados a expandirse geográficamente y, principalmente, a una más robusta participación en el negocio B2B. Por esto, por ejemplo, adquirió la firma Smart Telecomunicaciones en una operación formalizada este año. También dentro de esto entra su nueva unidad IoT, que funcionará en sintonía con Brain, el centro de innovación que puso en marcha la compañía en 2017 para avanzar en los conceptos Cloud, Telco Cloud y Digital. Esta contará con equipos multidisciplinarios que responderán a las órdenes del vicepresidente de negocios de la empresa, Osvaldo Carrijo.

Casi en paralelo, Claro Brasil anunció la activación de su red LTE Cat-M para Internet de las Cosas sobre la banda de 700 MHz y 1,8 GHz. Alcanza con ella a unas 2.500 ciudades del país, entre ellas San Pablo, Río de Janeiro, Curitiba, Porto Alegre, Belo Horizonte, Distrito Federal y Salvador. El objetivo de la compañía es cubrir con redes de este tipo el 100 por ciento de las áreas en las que ya cuenta con 4G. Actualmente completó el 75 por ciento, según el mismo portal local.

Vivo, por su parte, robustece su presencia en el mundo IoT de la mano de alianzas. La compañía seleccionó seis startups para avanzar en soluciones de telemetría, rastreo de productos y equipos, prevención de incendios y monitoreo de maquinarias. La compañía es la que más ha mostrado su interés por el agronegocio del país. Esta visión se condice con los resultados de la encuesta local de TeleSemana.com, según la cual el 30 por ciento de los ejecutivos consultados creen que esa vertical es la de mayor potencial en el país.

Mientras que no se conoce a ciencia cierta cuáles son los planes de Oi en este nicho, TIM sí lo ha puesto como una de sus prioridades hace tiempo, pues en 2017 la empresa presentó su unidad de negocios de IoT. Luego la compañía puso, como sus rivales, el foco en el agronegocio con, por ejemplo, la iniciativa ConectarAgro a través de la cual pretende conectar a cinco millones de hectáreas con 4G para fin de año. Cuando presentó el plan, hace seis meses, contaba con 700.000 hectáreas cubiertas.

Se proyecta que la conectividad se quedará con apenas el cinco por ciento del negocio de Internet de las Cosas en el mundo para 2025 y el panorama para Latinoamérica es todavía peor. En este contexto, las empresas buscan en alianzas la forma de asegurar una porción que valga la pena dentro de un mercado que estará plagado de competidores del sector, y de fuera de él. Como contrapunto, se espera que se triplique hasta 1.000 millones el número de dispositivos IoT para 2023 en la región, lo que a todas luces parece una oportunidad para interesados.

Mientras los operadores buscan todavía un lugar que les resulte redituable en los próximos años, las autoridades locales avazan en un plan nacional que involucra a actores privados, públicos, investigadores y tantos actores como estén dispuestos a aportar al crecimiento del ecosistema. En este contexto, quedará para más tarde revisar si los objetivos se logran con beneficios para todos los involucrados. Los operadores mientras tanto, casi que obligados por las circunstancias, se muestran activos en un segmento que hasta ahora tiene más de expectativa que de realidad.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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