En la medianoche de hoy se abrió un nuevo capítulo en la polémica que enfrenta a Avantel con sus competidores por el pago del servicio de Roaming Automático Nacional (RAN) en Colombia. Tigo, el más efusivo en los reclamos, en octubre había dejado de prestarle el servicio de voz y ahora hizo lo propio con el de datos. La determinación se agrega a una serie de noticias que tiñen de pesimismo el futuro de Avantel en el mercado local.
El punto de discusión entre las partes es que Avantel se presentó en el mercado local hace algo más de cinco años y obtuvo el beneficio de un pago más bajo en concepto de tarifas de RAN por su condición de entrante. La firma usaba esa ventaja para usar redes de terceros en sitios en los que no tenía cobertura. Tigo dice que ese beneficio venció hace más de un año mientras que su competidor defiende que ese fallo todavía no está firme.
Claro dijo hace unos meses que el conflicto existe pero que trabajaría en agotar todas las instancias previas antes de proceder a la desconexión. La deuda de Avantel con ese operador, según el medio local La República, se calcula en unos 5.000 millones de pesos (1,4 millones de dólares), mientras que con Telefónica es de algo menos de 21.000 millones de pesos (6,1 millones de dólares) y con Tigo de unos 26.000 millones de pesos (7,6 millones de dólares). Todos los valores son a octubre de este año pero las cifras se mantienen en ascenso desde entonces.
Avantel ha cosechado unos 2,3 millones de usuarios móviles al segundo trimestre, que lo ubican como el quinto operador con más usuarios móviles del país, incluso por debajo del operador móvil virtual Virgin Mobile (2,8 millones). Convive con una delicada situación financiera y casi que a último momento ha decidido no ser parte de la puja por espectro que tendrá lugar en el país el 20 de diciembre. El cuarto que participará de la subasta es Partner, una firma del Grupo Novator, que en algún momento sonó como posible comprador de la compañía.
Así las cosas, Avantel parece haber sentido en carne propia las dificultades de los entrantes para lograr adaptarse y ser parte de mercados con competidores internacionales y robustos en Latinoamérica. Su interés inicial por la subasta de espectro parecía un indicio alentador a la hora de evaluar sus proyecciones en el plano local. Sin embargo, la decisión de no participar y los conflictos que lo enfrentan con el resto terminan por poner sombra a su futuro, justo cuando la matriz de WOM trabaja en pisar territorio colombiano. ¿Habrá nuevas negociaciones?