El título tiene un optimismo quizás, desmesurado, pero es cierto que en 2019 el tráfico de roaming LTE se duplicó con respeto a 2018, año que también la cifra representaba el doble que al final del año anterior. La información proviene de la red global de BICS, que conecta 700 operadores y 500 proveedores de servicios digitales que representan en conjunto el 50 por ciento del tráfico global por servicios de itinerancia.
El crecimiento de 2018 se explicaba, en parte, por el fin de la tarifa adicional por servicios de roaming que se cobraba entre los países de la Unión Europea. Si bien los primeros estudios indicaban que la decisión no modificaba automáticamente el comportamiento de los usuarios, la realidad es que los operadores han visto un crecimiento en los servicios de itinerancia por la medida implementada por la Unión Europea.
El roaming a precio local permitió que en 2017 el tráfico global creciera en un 200 por ciento mientras que el tráfico en Europa Occidental se expandiera un 260 por ciento, de acuerdo con cifras de Juniper. Así, la industria mostraba buenos resultados que se traducirían en un aumento de los ingresos por la incorporación de usuarios que, antes de la implementación del roaming a precio local, no habrían estado en condiciones de pagar por el servicio.
La tendencia al fin de los cargos por servicios de roaming se fue extendiendo a otras regiones, aunque en otras partes del mundo parece imponerse no tanto desde una decisión regulatoria sino por el propio accionar de los operadores que eliminan los cargos o preparan ofertas tentadoras para que los clientes puedan expandir su conexión fuera de las fronteras de su red. En América Latina hubo muchas conversaciones entre países y organismos supranacionales para avanzar en proyectos para poner fin de los cargos por itinerancia, pero, hasta la fecha, estas reuniones no se tradujeron en implementaciones concretas.
De todas formas, la eliminación de los cargos adicionales por roaming no son la única razón para que crezca el tráfico. BICS también apunta que el incremento de los viajes entre fronteras, las tarjetas SIM para turismo y los dispositivos IoT son responsables de que la cantidad de datos en roaming se haya duplicado un año más.
Lejos de estar en el pico de la ola, el roaming podría seguir creciendo en términos de tráfico en los próximos años. El año pasado empezaron a desplegarse las primeras redes 5G y, con ellas, el servicio de roaming relacionado. En 2020 se espera un crecimiento de este tipo de tráfico, a medida que los operadores despliegan la nueva tecnología y más cantidad de dispositivos IoT se conectan a las redes.
El problema que tiene el roaming —y por eso decíamos que quizás el título de la nota era algo desmesurado— es que los ingresos no están acompañando el crecimiento del tráfico. Esto no debería sorprendernos porque la industria ya está alertada de una caída en los ingresos a medida que los servicios de conectividad se van comoditizando.
Si bien el fin de los cargos por itinerancia pueden significar un primer impulso a la facturación por añadir nuevos usuarios, la realidad es que lo que está ocurriendo es una depreciación del servicio, con el consecuente incremento del tráfico. El año pasado, Juniper ya alertaba que los ingresos por roaming internacional se mantendrían estables en los próximos tres años entorno a los 51.000 millones de dólares, el seis por ciento de los ingresos de las empresas. El tráfico internacional por roaming vive un boom pero la facturación parece no dar cuenta de ello. Si a esta situación le sumamos que al conectarse las redes en roaming se abre la puerta a riesgos de ciberseguridad, las noticias dejan de ser tan alentadoras.
