El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) aprobó cambios al reglamento de ley de Promoción de Banda Ancha, en el que asume problemas de conectividad y abre nuevas posibilidades sobre el futuro de la Red Dorsal de Fibra Óptica. La normativa se publicó justo después de que Azteca hizo públicos sus deseos de salirse del proyecto que lo une con el Estado desde mediados de 2014.
Se modifican cuatro artículos (3, 14, 22 y 23) y se agregan apartados que refieren a la implementación y ejecución de las redes regionales, otro punto que ha resultado conflictivo en el país por demoras de los adjudicatarios y problemas de enlace con el tendido troncal. En el tratamiento previo, las autoridades tomaron análisis de entidades externas como el Banco Mundial, que propuso algunos caminos para cambiar la realidad local.
Se incorpora que el operador dorsal “puede comercializar servicios portadores que permitan la conectividad desde y/o hacia enlaces internacionales de telecomunicaciones. Además puede brindar servicios de tránsito IP internacional en atención de las especificaciones técnicas y económicas que efectúe el MTC”. Las decisiones se tomarán previa opinión del Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel).
Se mantiene, en tanto, la determinación de que “empresas vinculadas al operador dorsal no puede prestar el servicio portador que preste el operador dorsal en los lugares en los que se despliega la Red Dorsal” y que el o los encargados del proyecto solo puedan prestar servicios a otros operadores de telecomunicaciones y no a usuarios finales. Además, el ejecutor “no está facultado para arrendar de forma parcial o total hilos de fibra, entendido como fibra oscura”.
La revisión del proyecto responde a varios motivos, entre ellos que es necesario mejorar la conectividad en hogares e instituciones públicas del país. “A 2018 se contaba con ocho conexiones de Internet cada 100 habitantes al tiempo que en Internet móvil había 76 por cada 100 personas”, se indica. También que, a diferencia de antes, hay tramos de la red dorsal en los que existe oferta de otros operadores y que la mayoría de competidores ha definido como prioridad invertir en satisfacer la demanda de banda ancha en el corto y mediano plazo.
A pesar de estas modificaciones, no está claro todavía qué pasará con el contrato que el Estado mantiene a la fecha con Azteca para la ejecución de la red Dorsal, que se extiende por más de 13.500 kilómetros. Una buena relación inicial se convirtió rápidamente en idas y vueltas por encontrar al responsable de la subutilización del tendido. Azteca pidió recientemente dejar de ser parte del proyecto pero su solicitud deberá ser revisada por el Estado por los compromisos asumidos.
