Los proveedores explican los modelos para el desarrollo de redes privadas 5G, ¿cuál es el rol del operador?

Las proyecciones estiman un mercado global de redes privadas móviles (LTE y 5G) que crecerá en un 20 por ciento, hasta 10.000 millones de dólares en 2025. Un crecimiento importante, pero menor al de 2019, cuando el mercado se expandió en un 30 por ciento, de acuerdo con datos de la consultora Mobile Experts.

Algunos estudios indicaban que existe un creciente interés de parte de las empresas por tener sus propias redes privadas móviles. Incluso, hay quienes aprovecharon la oportunidad para asegurar que 5G sustituirá a Wi-Fi —nada más alejado de la realidad porque la tendencia parece ser que, al menos para ciertos casos de uso, se complementarán—. Lo cierto es que mientras que la adopción de redes privadas LTE hoy estaba limitada a la seguridad pública, aplicaciones en servicios públicos y vías ferroviarias, con 5G y sus múltiples capacidades de red, la expectativa es que este mercado crezca exponencialmente.

Los fabricantes de equipamiento son los más interesados en que esto ocurra, porque se abre el abanico de posibles clientes. Para los operadores, en tanto, el modelo puede ser una amenaza, ya que podría dejarlos fuera de los negocios de la industria 4.0. Pero la realidad nunca es blanca o negra, siempre las cosas se mueven en una escala de grises.

Las condiciones para que se desarrolle el mercado de redes privadas 5G no son distintas a las de cualquier otro mercado, pero no por ello dejan de ser importantes. Marcos Scheffer, VP de Redes para Ericsson Latinoamérica Sur, apunta que, básicamente, se necesita “una demanda cierta de casos de uso, soluciones que cubran costo-efectivamente las necesidades de dichos casos de uso y un ecosistema de dispositivos, equipamiento de red, operadores e integradores, además de modelos de negocio que permitan la introducción y expansión a todos los jugadores”. A esta extensa lista, además, se debe mencionar espectro, porque las redes móviles —hasta ahora— necesitan de espectro licenciado para operar. Casi nada.

“La tecnología 5G permite el uso de un rango muy amplio de frecuencias. Las redes privadas se pueden proveer a través de frecuencias públicas con licencia o, en algunos casos, los reguladores de los países están asignando una parte de la frecuencia específicamente a las redes privadas”, explica Hélio Oyama, director de Gerenciamiento de Productos de Qualcomm para Latinoamérica. “Uno de los requerimientos fundamentales para desplegar una red privada es justamente el contar con espectro adecuado. Al funcionar en un espectro licenciado, la tecnología LTE y 5G asegura que cada usuario tiene recursos de tiempo y frecuencia asignados, sin importar cuántos usuarios estén en la red (mientras se respete la capacidad de la celda)”, agrega Enrique Ramírez, director de Tecnología de Nokia para América Latina. Por eso, LTE o 5G aparecen como opciones en casos de uso que requieran alta confiabilidad, donde Wi-Fi aparece como una tecnología deficiente bien por su baja cobertura o bien por su predisposición a interferencias.

Volviendo a la lista de requisitos, probablemente le de un respiro a muchos operadores preocupados por al expansión de las redes privadas 5G saber que muchas de las condiciones todavía no están dadas. En muchos países todavía no se ha asignado espectro para 5G y son pocos aquellos que han reservado algunas porciones para redes privadas. Además, el ecosistema no parece estar lo suficientemente maduro como para que las soluciones sean efectivas en costos —todavía mucho de las soluciones IoT se basan en redes de legado mientras que los dispositivos para NB-IoT y LTE-M recién están empezando a ser más económicos— y los modelos de negocio todavía no están desarrollados. La oportunidad puede ser infinita, pero todavía falta que todos esos engranajes se acomoden para que las redes privadas 5G se desarrollen y habiliten modelos de negocio para todos los jugadores involucrados, incluyendo los operadores móviles. Mientras tanto, probablemente haya casos de redes privadas, pero no lo suficientemente masivas para poner en alerta al operador.

Las redes privadas LTE existen, aunque siempre estuvieron en la sombra del negocio de las redes públicas, mucho más masivas e interesantes, tanto para operadores como fabricantes. Nokia, por ejemplo, asegura tener más de 120 redes privadas LTE comerciales desplegadas a nivel mundial. No obstante, el mapa de conectividad muestra que la mayoría de las redes empresariales hoy en día son cableadas o Wi-Fi.

Con la llegada de la 5G esto podría llegar a cambiar porque se abrirán nuevos casos de uso que requieren características que sólo una red 5G puede ofrecer. “Consideramos que 4G seguirá siendo el punto de inicio para gran parte de los despliegues y 5G será el que permitirá completar la paleta de casos de uso”, remarca Scheffer. Ramírez coincide con esta visión: “Una empresa que identifique las necesidades de interconectividad eficiente con tecnología móvil puede invertir en una red privada LTE con miras a evolucionarla hacia 5G gradualmente”, apunta. La recomendación es lógica: LTE ya tiene un ecosistema desarrollado y, por lo tanto, el costo-beneficio de la tecnología es más atractivo a la hora de hacer la primera inversión.

La tecnología, además, ha ido evolucionando para que puedan crearse redes móviles privadas muy pequeñas —Nokia remarca que se puede empezar con cinco usuarios, es decir, cinco tarjetas SIM—, permitiendo crecer gradualmente según las necesidades del cliente. “Soluciones como el Compact Core, Small Cells, o Compact Network, pueden ser utilizadas para desplegar redes desde un sitio con un core compacto. Estas redes pequeñas, pueden crecer según se requiera”, detalla Ramírez.

Ericsson, en tanto, resalta que las redes privadas tendrán distintos modelos de despliegue, dependiendo de las necesidades de cada empresa. Y en estos distintos niveles es dónde el operador puede insertarse, encontrando un rol estratégico en el mundo de las redes privadas. No se trata de una batalla entre redes públicas y privadas, sino de encontrar el equilibrio y el rol que cada uno pueda ocupar en esos mercados.

Scheffer detalla tres modelos:

  • Un modelo sería cuando el sistema es enteramente desplegado dentro de las instalaciones de la empresa/industria, teniendo de esta forma un sistema totalmente dedicado a las necesidades del privado.
  • Un segundo modelo sería cuando parte de la red está dedicada y otra parte está contenida en un sistema central, utilizando la infraestructura existente de un operador móvil o de un posible System Integrator (SI) creado para tal fin.
  • También habría posibilidad que toda la red privada esté basada en el uso de la red existente del operador móvil o del SI, quien ofrecería un slice de dicha red al privado (network slicing)

Como se ve, solo en el primer caso el operador móvil —con su capacidad de ingeniería, su core 5G, su cobertura de red y sus capacidades de computación en la nube— estaría fuera del negocio. “La función de los operadores dependerá de la arquitectura de la red y también del modelo de negocio que se acuerde entre las partes. Las empresas en general no tienen la experiencia para operar una red celular y muchas de ellas no tienen interés en hacerlo, ya que no es su negocio principal. En este contexto, los operadores ciertamente tienen una excelente oportunidad para ofrecer servicios de optimización, operación, gestión, aprovisionamiento, que ya es tu día a día”, subraya Oyama. “Las empresas o entidades que requieren una red privada quieren contratar los servicios de un operador móvil, ya sea para el despliegue total, para la gestión o para renta de espectro”, añade Ramírez.

Las redes privadas 5G o LTE, entonces, no son, al menos por defecto, excluyentes del operador. No obstante, si demandan un ejercicio por parte del operador de red que quiera entrar en el negocio. “Quien facilite y maneje la red privada deberá ser capaz de cubrir las necesidades de los casos de uso que atienda con dicha red, desde el punto de vista tecnológico tendrá que observar temas de cobertura, capacidad, performance, seguridad, disponibilidad, confiabilidad, latencia, etc. así mismo esto deberá ser acompañado modelos de negocios que permitan y estimulen el crecimiento económico”, explica Scheffer. Quizás en esta conclusión está el mayor reto: el conocimiento de sus clientes empresariales es uno de los principales problemas que deben sortear los operadores que quieran tener un rol protagónico en el mercado.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

1 Comentario

  1. El Network Slicing parecería ser la única opción razonable justamente porque equivale a una virtualización de todos los recursos de red para brindar las funcionalidades y niveles de servicio específicos requeridos. Solo por cuestiones de seguridad extrema (militar), podría justificarse otro modelo

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