A causa del escenario de pandemia que se está viviendo a nivel mundial, y por el cual nos vemos obligados al desarrollo de gran parte de nuestras actividades de forma remota, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) resultan ser un aliado estratégico tanto para complementar o realizar trabajos a distancia, así como también a reducir el impacto que pueda generar dicha situación. Permiten que las personas permanezcan el mayor tiempo posible en cuarentena en sus hogares y se evita así una gran circulación de personas en la vía pública, sin que esto perjudique el quehacer diario en varias actividades.
En gran parte de Latinoamérica la penetración móvil se encuentra alrededor del 100 por ciento y más de 420 millones de personas a lo largo del continente están conectadas a Internet, lo que puede ser considerado un factor fundamental para sobrellevar esta pandemia, que en el mediano plazo podría provocar cambios en la estructura socioeconómica de nuestros países.
En nuestra región donde, a diferencia de los países de primer mundo, no estamos muy familiarizados en el uso de la tecnología para el quehacer cotidiano. Además, hoy el 40 por ciento de la población latinoamericana no tiene acceso a Internet, lo que impide que ese gran porcentaje de personas pueda acceder a oportunidades de estudios, teletrabajo y otras formas de desempeñar actividades ante la presente crisis.
Gran parte de las actividades que realizamos físicamente o de modo presencial, de forma repentina y obligatoria, pasaron a realizarse en forma virtual, online o a distancia. Esto ocurrió en lo que se refiere a salud y también en educación —tanto a nivel público como privado, con clases a distancia en los diferentes niveles educativos—, haciendo del modo virtual el medio principal, cuando anteriormente se lo veía tan solo como una alternativa y, en ciertos casos, hasta pasaba desapercibido.
A nivel comercial, se potenciaron las compras online, los pagos de servicios, y todas aquellas actividades que se pueden realizar vía web, potenciando incluso el uso de las redes sociales con una función mucho más comercial que social. El pago de servicios, impuestos y todo lo referido a banca móvil ha ganado una preponderancia superlativa. Así también existen gran variedad de soluciones digitales y aplicaciones móviles en todo el mundo, desde los correos electrónicos y el WhatsApp, hasta aplicaciones más complejas que han sido desarrolladas en estos últimos tiempos para usos en el sistema de salud, telemedicina o aplicaciones para monitorear a los individuos en cuarentena. También, gracias a las TICs, se ha avanzado en la utilización de drones o vehículos autónomos que llevan suministros médicos.
El acceso a la tecnología nos ayuda a paliar el efecto que produce este encierro obligatorio que restringe nuestra movilidad. Las plataformas de entretenimiento han visto incrementos a nivel mundial en el número de suscriptores, incluyendo compañías de distribución de contenidos audiovisuales en línea o servicios de VoD (video bajo demanda), películas, juegos, redes sociales, entre otros. Considerando este repentino salto exponencial de usuarios y el consiguiente uso excesivo de datos, varios entes reguladores de la región han instado a hacer un uso racional a Internet de manera a evitar la saturación de la red.
El buen manejo que se le pueda otorgar a todas estas herramientas, y los usos futuros que se le pueden dar a las diferentes aplicaciones, ayudarán a fortalecer la recuperación económica y social de nuestros países. Los escenarios que se crearán luego de la situación actual, definitivamente, serán distintos a los que hasta hoy día conocíamos.
La transformación de las empresas mediante el uso de las TICs es la que marcará la diferencia entre cual sobrevivirá y cual no. Un ejemplo concreto lo vemos en los restaurantes, que anteriormente funcionaban en forma exclusiva atendiendo a sus clientes en forma presencial y hoy han llegado a cambiar su modelo de negocio, apoyándose al 100 por ciento en las plataformas de pedidos on line para hacer llegar sus productos a la mesa de sus clientes, previa compra o pago mediante distintas aplicaciones.
En ese sentido, las aplicaciones para pagos de servicios y homebanking, entre otras, son las que han experimentado un gran crecimiento, ante la imposibilidad de aglomerarse en filas para realizar pagos, o simplemente evitar el contacto con las monedas o billetes. Estas aplicaciones han sido una de las más utilizadas en estos tiempos, haciendo que el papel moneda, paulatinamente, deje de utilizarse y así potenciar y acelerar aún más la utilización de giros bancarios, billeteras electrónicas o dinero electrónico.
La cuarentena, en definitiva, ha acelerado a pasos agigantados el uso de las TICs para casi todas las actividades diarias, obligando a los usuarios a utilizar dispositivos móviles inteligentes conectados a la red para efectuar cualquier labor cotidiana. Del mismo modo en que su uso ha acaparado prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas, su adecuado usufructo posibilitará posteriormente la reducción de los tiempos de recuperación económica para varios sectores.