A tres meses de haber presentado su política nacional de Inteligencia Artificial (IA) y dos de haber anunciado que trabajaría en la letra de una regulación que contenga su desarrollo, el gobierno de Colombia presentó la letra con la que busca promover y encuadrar la innovación con criterios éticos y sostenibles.
La presentación se realizó de forma conjunta entre los ministerios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) y de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias), en una actividad en la que se plasmó la idea de que el país avanza en su posicionamiento estratégico y que también apuesta a que la IA esté “centrada en la vida, los derechos y el interés público”.
La expectativa oficial es que el tránsito por el Congreso sea “ágil” y que, en consonancia con las inversiones en infraestructura y en la formación de capacidades digitales poblacionales, se “permita seguir consolidando al país como uno de los líderes regionales en la materia”, tal como lo refleja el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), realizado por el Centro Nacional de IA de Chile.
La previsión global es que la IA contribuya con más de 12 billones de dólares a la economía mundial hacia fin de la década, y Colombia quiere ser tributaria de esos logros.
Foto de Raymond Teeuw en Unsplash
Ética y estratégica
Se trata de una normativa que está basada en los principios y en las directrices establecidas en la hoja de ruta local, en el que se brega por el desarrollo ético y sostenible de la IA, con control de riesgos (prohibidos, altos, limitados y bajos), en la que se abrevan los esfuerzos para lograr que su impacto sea positivo tanto en lo social, lo económico y lo ambiental; a la vez que fomenta la investigación y prevé tener impacto en sectores como la salud, la educación, la agricultura, el turismo, la seguridad y la justicia.
También se inscribe en la jurisprudencia internacional. “La Ley de IA de la Unión Europea (EU AI Act) ha servido como una referencia importante, proporcionando un marco detallado para la clasificación y regulación de los sistemas de IA según su nivel de riesgo. Los principios de la OCDE destacan la importancia de la transparencia, la seguridad y la responsabilidad en el desarrollo de la IA; mientras que las directrices de la UNESCO enfatizan la necesidad de un enfoque centrado en el ser humano, promoviendo la justicia social y la sostenibilidad ambiental”, dice en su introducción.
Además, va en línea con las propuestas de otros países latinoamericanos como Brasil y Chile; y abarca temas como la gobernanza, el fortalecimiento del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación, como también la formación y apropiación social del conocimiento para la IA, y la promoción de la innovación y transformación laboral en la era de esta tecnología.
Dos meses atrás, en España hse presentó una propuesta regulatoria con el mismo espíritu, en Perú se acaba de sancionar una forma de tipificación como agravante de delito, y en Uruguay se profundizó la estrategia adoptada al incluirla en los lineamientos del Plan Ceibal.
Inteligencia artificial – Crédito: Pixabay – Geralt
Al momento de detallar los alcances de la norma, Julián Molina, ministro TIC, destacó que “la IA no es sólo importante para el desarrollo económico y social, debe tener unos parámetros para la dignidad humana. Debe estar al servicio de la humanidad y ahí es donde se concentran todos los dispositivos de este proyecto de ley”.
Los detalles
En la propuesta normativa se precisa que “el proyecto de ley se estructura en varios capítulos que abordan aspectos esenciales del desarrollo y regulación de la IA, incentivos para la investigación y el desarrollo, medidas de transparencia y responsabilidad, clasificación de riesgos, capacitación laboral, y manejo de datos transfronterizos”. Se aclara, asimismo, que cada capítulo está diseñado para asegurar que la implementación de la IA en Colombia “no solo impulse la competitividad y la innovación, sino que también proteja los derechos fundamentales, promueva la equidad y contribuya a la sostenibilidad ambiental”.
Por ejemplo, la iniciativa incluye mecanismos para evitar sesgos algorítmicos, discriminación y violaciones a la privacidad, a la vez que establece responsabilidades penales y civiles por el uso indebido, que promueve la capacitación y mitiga el impacto de la automatización en el empleo. E, inclusive, ofrece referencias de los debates parlamentarios existentes en el mundo en la materia.
Pero no sólo eso. La propuesta prevé el uso de la innovación para dotar de agilidad y eficiencia a la administración pública, la gestión documental y la detección de errores procesales, con el afán de “mejorar la calidad de vida y reducción de desigualdades al garantizar el acceso equitativo a la IA”, dice el anuncio.
Se observa, además, que el objetivo general es el de “garantizar el desarrollo ético y responsable de la IA en Colombia” y los cinco puntos específicos pasan por:
- Proteger los derechos fundamentales y la seguridad de las personas.
- Fomentar la innovación y la competitividad.
- Asegurar la transparencia y la explicabilidad de los sistemas de IA.
- Promover la colaboración interdisciplinaria, interinstitucional e internacional.
- Garantizar la inclusión y accesibilidad de las tecnologías de IA.
Luego, a lo largo de 37 artículos, se establecen los detalles del caso, como que el MinCiencia será el responsable de la reglamentación, que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) podrá realizar controles, y hasta pondera cuestiones vinculadas a la ciberseguridad, la educación, y más.
AI Action Summit – Francia
También se precisan sanciones, previstas en el equivalente de 3.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes al momento de la imposición, y de la suspensión al cierre temporal o definitivo de la operación que involucre el sistema de IA, según sea la pena.
Para Yesenia Olaya, ministra de Ciencias, “este proyecto de ley es el resultado de un pacto nacional por el conocimiento, donde el saber académico, la acción estatal y la voz ciudadana se reconocen como pilares de nuestra democracia científica. En un mundo en donde la inteligencia artificial se convierte en motor de poder económico, control social y competencia geopolítica, el desarrollo tecnológico debe tener un centro: la dignidad humana”.
“Buscamos cuidar la innovación, que quienes hagan desarrollo de esta tecnología no limiten su creatividad, y que apalanque el desarrollo económico, así como la libertad digital, que se pueda desarrollar, pero con límites que regulen la protección del ser humano. El límite real es que está al servicio del ser humano”, concluyó Molina.
Con todo, la propuesta debe transitar su recorrido legislativo, pero se espera que logre rápidos consensos.
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