Rakuten muestra el futuro del RAN, pero ¿pueden seguirle los operadores con redes de legado?

El despliegue nacional del RIC con IA impresiona, aunque pocos cuentan con la libertad arquitectónica para imitarlo.

El anuncio de Rakuten Mobile y su filial tecnológica Rakuten Symphony sobre el despliegue de una plataforma RAN Intelligent Controller (RIC) potenciada por inteligencia artificial (IA) a escala nacional en Japón ha captado la atención del sector. No se trata de una prueba de laboratorio ni de un piloto limitado ya que el comunicado lo califica como uno de los primeros despliegues comerciales a nivel nacional, marcando la disponibilidad de la plataforma RIC en su infraestructura 4G y 5G Open RAN, con promesas concretas de ahorro energético del 15 al 20 por ciento.

Más allá del titular, este movimiento debe leerse como la culminación de una estrategia coherente y radical ya que desde su lanzamiento, Rakuten ha desafiado las convenciones de la industria móvil con una red totalmente virtualizada, cloud-native y basada en principios de apertura. Ahora redobla la apuesta integrando IA directamente en la capa de control de la red de acceso, en lo que podría representar una transformación estructural de cómo se opera y monetiza la infraestructura móvil.

Pero ¿cuán replicable es esta hazaña para el resto del mundo?

El RIC es una pieza clave en la arquitectura Open RAN propuesta por la O-RAN Alliance. Se divide en dos componentes: el Non-Real-Time RIC, que opera en escalas de tiempo más largas y aloja las llamadas rApps, y el Near-Real-Time RIC, que ejecuta decisiones inmediatas a través de xApps. Juntos habilitan una red que puede autoajustarse, optimizar el uso del espectro, y –en el caso de Rakuten– ahorrar energía ajustando dinámicamente la actividad de las estaciones base en función de patrones de tráfico predichos por algoritmos de machine learning (ML).

Esta arquitectura no solo apunta a reducir costos operativos –un objetivo perenne en un sector marcado por el ARPU decreciente y la creciente demanda de tráfico de datos que presiona los márgenes– sino que también abre la puerta a nuevos modelos de negocio: desde slices especializados hasta mercados de aplicaciones de red. En palabras de Sharad Sriwastawa, co-CEO de Rakuten Mobile: “Al aprovechar la IA y Open RAN, no solo reducimos nuestra huella ambiental, sino que creamos una infraestructura más ágil y rentable que nos permitirá ofrecer servicios innovadores a nuestros clientes”.

Para muchos analistas, la hazaña de Rakuten es tan ambiciosa como difícil de emular. Su condición de operador greenfield le ha permitido diseñar una red desde cero, sin el peso del legado tecnológico ni la maraña de proveedores heredados que caracteriza a la mayoría de sus pares globales. Controla de forma integral su stack tecnológico, desde la arquitectura de red hasta el desarrollo de sus propias rApps, lo que le otorga una agilidad inusual para experimentar e implementar. Este grado de autonomía recuerda a apuestas similares como la de Dish Network en Estados Unidos, que también está construyendo una red 5G nativa en la nube con Open RAN. Sin embargo, el despliegue de Rakuten destaca no solo por su coherencia arquitectónica, sino por su escala nacional, según su anuncio, elevando el listón de lo que puede lograrse cuando el control, la visión estratégica y la ejecución técnica se alinean.

El contraste con el resto del sector es evidente. Deutsche Telekom (DT), por ejemplo, ha realizado pruebas de RIC en entornos controlados con múltiples socios, enfrentando desafíos de interoperabilidad y madurez de las aplicaciones. Vodafone, aunque ha logrado integrar xApps en su red activa, reconoce que se trata de pasos iniciales en un camino largo hacia una RAN verdaderamente programable. Verizon, por su parte, ha destacado mejoras energéticas en pruebas conjuntas con Samsung y Qualcomm, pero su implementación comercial se ha limitado a zonas específicas.

Uno de los aspectos más prometedores del RIC es su capacidad para mejorar la sostenibilidad de las redes móviles, que consumen hasta el 80 por ciento de su energía en la RAN. Si el ahorro del 20 por ciento anunciado por Rakuten se confirma de forma consistente, estaríamos ante una herramienta poderosa no solo para reducir OPEX, sino para cumplir con los objetivos ESG de muchas telcos.

Pero el potencial va más allá de la eficiencia. Al exponer APIs y permitir la integración de aplicaciones de terceros, el RIC convierte a la red en una plataforma. Esto debería abrir nuevas vías de monetización y experiencias optimizadas para videojuegos, AR/VR o IoT industrial, gestionadas desde xApps que garantizan rendimiento, latencia o fiabilidad a nivel de celda. La dudas quizás aun sean: ¿Cómo garantizarán los operadores la seguridad, la fiabilidad y el rendimiento de la red al integrar aplicaciones de terceros? ¿Están listos para el desafío de certificar, mantener y escalar un ecosistema de aplicaciones multi-proveedor? Y, fundamentalmente, ¿cómo definirán y gestionarán los límites del control que están dispuestos a delegar para maximizar el potencial de monetización sin comprometer su infraestructura crítica?”

El despliegue de RIC a gran escala enfrenta varios obstáculos. El primero es técnico: integrar componentes de múltiples proveedores en una arquitectura abierta aún joven supone retos de compatibilidad, latencia y coordinación. Los plugfests organizados por la O-RAN Alliance han sido útiles, pero están lejos de garantizar un ecosistema maduro.

El segundo es organizacional ya que para muchas telcos, el paso de arquitecturas cerradas y vendor-managed a un modelo basado en software abierto, APIs y automatización requiere una transformación cultural profunda. Como comentan algunos ejecutivos de los grandes operadores en diversos foros tener la arquitectura es un paso, tener la mentalidad para operarla, es otra historia.

Y el tercero es regulatorio porque en muchos países, los marcos normativos no están preparados para redes programables y automatizadas, especialmente si implican decisiones algorítmicas en tiempo real. La visibilidad y trazabilidad de las decisiones del RIC será un área crítica para evitar riesgos de seguridad, calidad de servicio o discriminación inadvertida entre usuarios.

Rakuten ha encendido una luz en el túnel del futuro móvil: redes sostenibles, abiertas, automatizadas e inteligentes. Pero como toda luz, también proyecta sombras. Su éxito no es garantía de replicabilidad, y su camino, aunque inspirador, puede ser impracticable para operadores con grandes legados tecnológicos y estructuras complejas.

Aun así, su despliegue de RIC marca un antes y un después. Obliga a la industria a tomarse en serio lo que hasta hace poco eran pruebas de laboratorio. Y plantea una disyuntiva estratégica: ¿esperar a que maduren las plataformas comerciales o arriesgarse a ser pioneros en la próxima fase de evolución del RAN?

Para los líderes del sector, la pregunta ya no es si el RIC es relevante, sino cuándo y cómo integrarlo en sus propias redes.

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Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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