Ya quedan menos. Telefónica Hispam vendió la filial de Ecuador a Millicom por 380 millones de dólares. La operadora con sede en Luxemburgo vuelve, de este modo, a ampliar su pisada en América latina. La noticia fue dada a conocer a última hora de este viernes desde Madrid, una modalidad reiterada, tal como sucedió con los casos de Uruguay y Perú.
“Esta operación se enmarca en la estrategia de Telefónica de optimizar su portafolio y reducir progresivamente su exposición en Hispanoamérica, enfocándose en mercados clave y en la generación de valor sostenible”, dijo la operadora a través de un comunicado. En Ecuador, la compañía opera bajo la marca Movistar, que cuenta con un 28 por ciento de participación de mercado y unos 5 millones de clientes a marzo de 2025, hecho que la convierte en la segunda prestadora de servicios de telecomunicaciones de este país.
Con la venta de Ecuador, Telefónica ya se desprendió a lo largo de este año de Argentina, Perú y Uruguay, en ese orden, y aún queda pendiente la autorización de la oferta realizada por la subsidiaria colombiana, sobre la que además la compañía europea todavía no pagó un euro.
Con excepción de Perú y Argentina, el resto de las filiales de Telefónica fueron adquiridas por Millicom que comienza a robuster su presencia en la región, tal como lo expresó en su comunicado. “La adquisición refuerza la posición estratégica y la escala operativa de Millicom en Latinoamérica, fortaleciendo su plataforma para el crecimiento regional a largo plazo”, señaló.
Agregó que esta transacción mejora la diversificación geográfica de Millicom que, en el caso de Ecuador, cuenta con la ventaja de “una economía estable y dolarizada con una perspectiva macroeconómica favorable, lo que fortalece la resiliencia general del flujo de caja”.
Concesión en conversaciones
En su comunicado, Millicom mostró una perspectiva futura optimista, tanto por la adquisición de la filial ecuatoriana como por lo que significará la expansión de los servicios móviles y de banda ancha. En principio no tendrá que asumir las conversaciones en torno a la renegociación de los contratos de concesión, pendientes desde hace más de dos años, debido a que la transacción está sujeta a la aprobación de las autoridades regulatorias.
El pasado 15 de mayo, Telefónica Movistar prorrogó su contrato de concesión hasta el próximo 15 de julio, es decir dentro de poco más de un mes. La decisión de tomar una vía diferente a la de Claro -que lo extendió de modo indeterminado- respondió a la intención de lograr la mejor negociación a favor.
En su comunicado, la compradora señaló que Ecuador ofrece “un entorno regulatorio competitivo”, además de “una plataforma atractiva para que Millicom impulse la transformación digital”.
Marcelo Benítez, CEO de Millicom, expresó que “esta adquisición refleja nuestra confianza a largo plazo en Latinoamérica y nuestro compromiso con un crecimiento decidido y sostenible. Ecuador ofrece un mercado digital dinámico y en crecimiento dentro de una economía estable y dolarizada, lo que lo convierte en un complemento ideal para la estrategia de Millicom. Al expandir nuestra presencia en Sudamérica, fortalecemos nuestra plataforma para la innovación, la diversificación y la creación de valor a largo plazo”.
Con su marca Tigo, Millicom tiene presencia en la mayoría de los países de Centroamérica, además de Colombia, Bolivia y Paraguay. El mes pasado sumó a Uruguay y, ahora, a Ecuador. Esto le permitirá expandir su base de clientes en un 15 por ciento, aproximadamente, ya que sumará los 1,4 millones de suscriptores de Uruguay y los 5 millones de Ecuador. En su último balance, la operadora aseguró contar con unos 41 millones de clientes. ¿Será Chile su próximo movimiento habida cuenta que en las dos últimas adquisiciones destacó el buen ambiente regulatorio, de negocios y de previsibilidad de sus países? Es difícil saberlo. Las negociaciones se desarrollan con puntillosidad en España.
Los millones de Millicom
Entre estas dos compras concretadas en menos de un mes, Millicom terminará desembolsando unos 820 millones de dólares. En caso de cerrarse la de Movistar Colombia, esa cifra ascendería a algo más de 1.400 millones de dólares.
En paralelo, Telefónica ya embolsó algo más de 2.000 millones de dólares por los desprendimientos de estas filiales, además de las establecidas en Argentina y Perú: 1.245 millones de dólares por la primera, y apenas 1 millón de dólares por la segunda, aunque con una abultada deuda. Esta semana, la marca Telefónica dejó de existir en Perú para darle paso a Integratel.
Unsplash – robert-anasch
¿Qué queda de Telefónica por vender en América latina? Las subsidiarias de México, Chile y Venezuela. La primera, devenida en Operador Móvil Virtual (MVNO por sus siglas en inglés) hace unos tres años, no tiene espectro pero sí cuentas bastante saneadas, y una base de unos 22 millones de clientes, que asciende a 25 millones si se suma la banda ancha fija. En el caso de Chile, la filial de ese país se encuentra embarcada en una actualización de su red que demandará una inversión de 140 millones de dólares gracias a un crédito extendido por la casa matriz.
La de Venezuela es la operación más chica en término de negocio. Este año, la compañía accedió a espectro 4G y se encuentra en pleno despliegue de esa infraestructura.
Las ventas de las filiales de Argentina, Perú, Uruguay y Ecuador se cerraron en menos de cuatro meses. ¿Cuánto demorará en concretarse el desprendimiento de las que restan? Difícil saberlo. Pero todo indica que antes de que termine este año, Telefónica Hispam habrá pasado a la historia en estas tierras.
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