DTW Ignite 2025 concluyó su segundo día con una contundente exhibición de madurez tecnológica y realismo estratégico por parte del sector de las telecomunicaciones. Si el pasado reciente estuvo marcado por relatos de transformación más aspiracionales que concretos, hoy, el 18 de junio en Copenhague se disipó cualquier duda y el sector ha entrado en la fase de ejecución, con despliegues comerciales, automatización avanzada y una clara apuesta por modelos cloud-native y componibles como eje central de competitividad. El falso optimismo quedó fuera de la agenda; ahora solo se premia la transformación real y medible.
El tono lo marcó Nokia, que dejó atrás el “slideware” con el lanzamiento de Autonomous Network Fabric, una plataforma que unifica inteligencia artificial (IA), analítica y automatización end-to-end para redes multivendor y multi-cloud, apoyada en una colaboración estratégica con Google Cloud. La semana pasada este mismo jugador de la nube anunciaba un acuerdo importante con Ericsson.
Este tipo de propuesta ya no busca sólo reducir costes sino que redefine el concepto de control y adaptabilidad en la operación de red, acelerando la transición desde sistemas legados hacia verdaderas redes autónomas. Los operadores que adopten estas plataformas no sólo mejorarán su eficiencia, sino que se posicionarán en la vanguardia de la experiencia digital y la innovación, construyendo el futuro de la industria sobre bases de automatización radical.
El pragmatismo también se evidenció en el pacto entre Broadband Forum y Linux Foundation Broadband, que decidieron acabar con la fragmentación y tender un puente real entre el mundo open source y los estándares industriales. Esta alianza implica que la interoperabilidad, la certificación carrier-grade y la adopción de APIs abiertas pasan de ser aspiraciones a convertirse en condiciones mínimas de competitividad, acelerando el abandono de soluciones propietarias y asegurando que el software que impulsa la nube telco cumpla desde el inicio con los requisitos de robustez que exigen los operadores globales.
En la carrera por la automatización, el enfoque AI-first dejó de ser discurso para convertirse en activo estratégico. Comviva, apoyándose en AWS, mostró que la migración masiva de productos a modelos SaaS con IA generativa (GenAI) ya rinde frutos: menos tickets de soporte, ciclos de desarrollo acelerados y una automatización de procesos que apunta a la resolución autónoma de hasta el 90 por ciento de incidencias. Para los proveedores de soluciones, la conclusión es clara: la nube y la IA no son diferenciadores, sino la nueva regla de supervivencia en el mercado global.
Mientras tanto, la madurez del 5G se hizo palpable fuera de los laboratorios, con Ascom logrando la primera certificación mundial de un smartphone 5G para servicios de misión crítica. El Myco 4, orientado a salud, emergencias e industrias donde la fiabilidad es innegociable, simboliza la llegada de dispositivos que responden a los requisitos más exigentes del mercado profesional y regulatorio. Esta evolución de la infraestructura se complementa con avances tangibles en automatización, componibilidad y apertura, consolidando a 5G como habilitador de casos de uso verdaderamente críticos.
La jornada estuvo marcada también por los TM Forum Excellence Awards, que este año destacaron proyectos que representan la transformación digital en acción, no en discurso. Desde la adopción masiva de APIs abiertas y componibilidad en Jio Platforms, que logró onboarding de más de un millón de usuarios diarios, hasta la reducción drástica de personal en centros de operación autónomos en China Mobile, pasando por la monetización industrial del 5G en China Unicom, la gestión de energía basada en IA en Claro Argentina y la reinvención operativa de Swisscom junto a Netcracker, el patrón es inequívoco y la automatización, la IA y la apertura ya no son tendencia, sino palanca central de valor.
En este contexto de disrupción estratégica, el cierre del día sirvió para recordar que la innovación puede surgir desde los extremos menos esperados. El anuncio de Vodafone Idea (Vi) y AST SpaceMobile de lanzar una red de banda ancha satelital accesible directamente desde smartphones convencionales en las regiones más remotas de la India —sin necesidad de equipos modificados ni gateways intermedios—, subraya que la convergencia tecnológica sigue ampliando los límites de lo posible.
Si bien no es la primera vez que se prueba conectividad satelital directa a smartphones, la apuesta de Vi y AST SpaceMobile destaca por su foco en ofrecer banda ancha —4G y 5G— sin restricciones de hardware, diferenciándose de iniciativas previas como las de Starlink o Lynk Global, que hasta ahora han operado con servicios de mensajería, datos limitados o despliegues piloto.
Esta innovación, más que un simple titular, consolida la capacidad del ecosistema para ofrecer conectividad universal allí donde la infraestructura terrestre resulta inviable, y demuestra que el sector, tras años de fragmentación, está dispuesto a escalar soluciones pragmáticas para cerrar la brecha digital con modelos sostenibles y replicables.
Lo que queda tras este segundo día de DTW Ignite es la certeza de que el sector telco ha abandonado definitivamente la era de la experimentación para abrazar la transformación como única vía de supervivencia y liderazgo.
La agenda está marcada: IA, automatización avanzada, arquitecturas modulares, alianzas abiertas y la capacidad de llevar la conectividad y la experiencia digital a todos los rincones. La lección para América Latina y otros mercados emergentes es ineludible y el futuro ya no espera a nadie y los referentes están dejando de ser consultores para convertirse en operadores y proveedores que ejecutan, escalan y miden resultados.
Copenhague, esta vez, no fue un escaparate de tendencias sino el mapa del próximo salto de toda la industria.
