COBERTURA ESPECIAL – El operador público de telecomunicaciones de Costa Rica, Racsa, perteneciente al Grupo ICE, no participó del llamado a la subasta de espectro 5G que acaba de concluirse con la firma de los contratos de concesión en el país, algo que inaugura una nueva era en materia de tecnología de comunicaciones y una nueva configuración de mercado.
Sucede que a la par que el país avanzaba con aquel proceso, Racsa lanzaba su servicio 5G de acceso fijo inalámbrico (FWA, por sus siglas en inglés) a través del espectro que ya poseía en la banda de 3.5 GHz, en sintonía con los pasos dados por los privados Claro y Liberty Costa Rica. E, inclusive, anunciaba que había elegido a Nokia como su proveedor de red. Sin embargo, en torno suyo, además de los desafíos del negocio y de la tecnológia, están los de la política.
Yandell Salazar es el director de Operaciones de Racsa y conversó con TeleSemana.com sobre este escenario, sobre las perspectivas de mercado y la asequibilidad, los desafíos y también sobre unicornios.
¿Cuál es el escenario de 5G en Costa Rica hoy para la empresa?
El escenario, definitivamente, empieza a cambiar para nosotros. Hace dos años, cuando arrancamos a publicar las primeras licitaciones, que como ente público tenemos que cumplir en materia de regulación para la contratación pública, empezamos a caminar por un sendero complicado, entre regulación, espectro, contratación pública, recursos, presupuesto y muchísimas otras cosas que empezamos a sortear de buena manera.
Lo hicimos bien y hace casi un año logramos lanzar la primera cantidad de sitios, alrededor de 50 sitios 5G, para salir a ofrecer de forma comercial un servicio de FWA.
El escenario para nosotros ha cambiado. En aquel momento, nuestra lucha era por lograr salir y lo logramos. Ahora nuestra lucha estará dada porque van a haber más operadores, más actores en el mercado. Esto es bueno para todos: siempre he dicho que aquí tenemos que empujar todos para que la promesa de 5G se haga una realidad. Hay que desarrollar todo un ecosistema y, entre más seamos los que estamos empujando y los que más seamos poniendo infraestructura a disposición de los desarrolladores de aplicaciones para que las empresas vean que hay una infraestructura disponible y que la pueden explotar, más atractivo va a ser para el tema. Todo el ecosistema se va a desarrollar mejor y va a ser mucho más sencillo, porque a nosotros, sinceramente, nos ha costado bastante.
Ser los primeros no necesariamente es bueno, significa ir derribando todas las barreras, ir superando obstáculos que, tal vez por inercia de un mercado con más hambre o más grande, podríamos haber superado más fácil. No ha sido fácil y no creemos que sea más fácil o más difícil por el hecho de que tengamos competencia, pero sí que toda la sinergia y dinámica que se tiene que dar en torno al desarrollo de 5G para poder recoger su promesa será positivo para todos. Entonces bienvenidos, enhorabuena.
Por el andar que tenemos de la contratación pública a nosotros nos toma tiempo y pudimos empezar un poco antes. Ahora, de alguna manera nos emparejamos y eso es bueno para el país, que seamos bastantes o por lo menos más de dos, tres, cuatro operadores que podamos tener esa oferta de 5G lista para que la empecemos a cosechar en los próximos años, como todos esperamos.
Recuerdo cuando comenzó todo el debate en torno a la letra de la subasta y demás, y se planteaba que la cancha estaba inclinada en favor del operador público porque ya tenían el recurso disponible. Hoy el foco está puesto en los operadores privados que finalmente acceden a ese espectro. Digamos que las condiciones ya se igualaron si esos términos estaban dados así. ¿Cómo impacta en el mercado la diversificación de la oferta?
Realmente tenemos mucha curiosidad por ver cómo va a pasar, porque es una apuesta bastante ambiciosa que hace acá la regulación. Y me gusta que suceda, me parece que el que haya entes locales que conozcan bien su mercado, que ya tienen su nicho de mercado, y que sean ellos los que provean los servicios en general, será bueno para los usuarios finales.
Para nosotros, obviamente, es más difícil llegar a esos mercados; ya de por sí era difícil. En el caso de Racsa, que hace una apuesta primeramente centrada en el área metropolitana para luego ir creciendo orgánicamente, no estaba nuestro plan inmediato llegar a esos mercados. Por eso, pensando en el país y responsablemente, pensando en todos, creo que está bien.
Racsa era un integrador de infocomunicaciones que se ha transformado tecnológicamente con el paso de los años. Tiene 103 años y es una empresa que sabe cambiar, adaptarse, crecer y evolucionar, tal como lo estamos haciendo ahora, explotando el espectro que tenemos disponible, con 5G.
La curva no es sencilla: esto es intensivo en capacitación, en recursos y en presupuesto. El tema de la regulación es bien compleja y tener una oferta que sea costo-efectiva que traiga a los clientes, también. Y estos nuevos actores del mercado también tienen que pasar por ahí.
A veces es complejo no ser un gigante del área, no ser un operador incumbente y empezar a fondear, a absorber esta curva de aprendizaje, porque son años sembrando para luego empezar a cosechar. Hay que ser bastante inteligente, muy hábil y saberse mover. Esto impacta de alguna manera y yo quisiera ver cómo va a impactar también a estos nuevos actores. Yo conozco bien el impacto que ha tenido para nosotros esta nueva empresa y estoy seguro que para ellos va a ser igual. Tenemos muchísimas personas con muchísima experiencia, que hemos estado en el mundo móvil por los últimos 20 y pico de años, y que sabemos guiar ese camino.
Hoy, el país merece darse la oportunidad y hacer esta apuesta. Nosotros incluso hemos barajado la posibilidad de hacer un acompañamiento o algo así con algunos de estos nuevos operadores, pero bueno, eso está por verse. Por un lado, si se va a poder alcanzar el objetivo que se persigue, pero por otro lado, también el plazo.
Porque lograr firmar el acuerdo o tener los recursos de espectro y demás es una parte, pero lograr implementar, lograr tener una oferta que sea atractiva, es complejo y nosotros los sabemos bien.
¿Cómo ven, en términos de mercados, la demanda de 5G, de productos y servicios como de redes privadas, de FWA o del masivo?
Nosotros apostamos al FWA que es la estrategia de monetización inmediata. En todo Costa Rica existe una oportunidad bastante buena para todos por la brecha digital, en temas de conectividad.
Y donde ya hay conectividad siempre está la necesidad de tener una redundancia inalámbrica, y obviamente, con las prestaciones que nos ofrece 5G, ahí hay una oportunidad que nosotros estamos intentando explotar.
Pero también existen zonas grandes del país adonde se puede llegar con soluciones bastante atractivas, con condiciones y prestaciones técnicas que no se han visto, como velocidades, confiabilidad, latencia, en fin. Sentimos que el mercado lo recibe bien, pero todavía hace falta muchísima educación.
A este reto lo tenemos todos los operadores en el mundo, todos queremos 5G pero no todos lo queremos pagar y no todos estamos claros de qué es lo que puede dar 5G, o cómo lo puede explotar. Y ahí hace falta ese caminar conjunto y esa educación, que la industria y los encadenamientos que se generen dentro del ecosistema, empiecen a empujar un poco a que los usuarios entiendan.
En Costa Rica hay una demanda bastante buena de enlaces fijos inalámbricos y de 5G. El país está deseoso de que llegue el 5G, y siento que la adopción no va a ser estratosférica pero sí orgánica. Nos va a permitir sobrevivir a la mayoría de los actores.
¿Y en relación a las condiciones de la subasta y los plazos?
Pensando en la forma en que se hizo la subasta de espectro, tengo mi curiosidad por ver cómo se va a ir desenvolviendo; sobre todo en materia de plazos. Si algunos van a entrar muy tarde o van a entrar muy temprano, y si van a morir o vamos a morir en el intento.
Hay un reto para los operadores ahora, para los tres grandes, porque hay que hacer inversiones onerosas para mantener vigencia, además de que las estrategias de monetización son un verdadero reto.
Y a este reto lo tenemos todos los operadores en el mundo. A nosotros nos ha tocado ser muy creativos, muy ligeros: mantener ese overhead bien bajo, ser muy inteligentes con las inversiones, estudiar bien la demanda, estudiar bien el mercado, saber a dónde llegar, porque no tenemos algo que nos respalde. No tenemos eso que llamamos “el colchón financiero” para hacer las inversiones y tener más tiempo para retornar. Tenemos más presión para retornar las inversiones, pero creemos que lo estamos haciendo bien y que tenemos una ruta bien trazada.
Hoy sólo nos resta que el trabajo empiece a rendir sus frutos en los años venideros.
¿Cómo los impactó el reglamento de ciberseguridad y qué opinión tienen?
Nosotros tenemos que acatar. Todo el país, todo el entramado de telecomunicaciones del país tenemos que acatar el reglamento. El reglamento es algo que, mientras esté, que está vigente, es algo que es de acatamiento obligatorio para todos, y lo que tenemos que hacer es acomodar las estrategias para hacerlo.
Dichosamente, hicimos la primera contratación y los primeros despliegues pocos meses antes de que el reglamento fuese publicado. Entonces, no nos impactó. En se momento seleccionamos al fabricante Nokia, que no era impactado por el reglamento, entonces, tampoco tuvimos temas de transiciones, ni nada por el estilo. Nosotros no podemos decir si es bueno o es malo, básicamente es la regla con la que tenemos que jugar, es parte de las variables con las que tenemos que aprender a seguir y, dichosamente, lo hemos hecho bien.
Sí, obviamente, hemos tenido que tomar medidas, ajustar estrategias y un montón de cosas más. Sí sabemos que para algunos de los operadores, ha sido más complicado y lo entendemos, pero, bueno, ahí van sorteando los obstáculos también a medida que lo van teniendo.
¿Cuáles son los principales desafíos en los que están trabajando, de negocio o regulatorios; o en lo que necesitan enfocarse?
En el caso de la regulación, igual. Si queremos estar en el mercado, tenemos que cumplir con la regulación. Nuestro ente regulador es bastante accesible; podemos tener conversaciones, jornadas técnicas y demás.
Sentimos que lo que falta, tal vez acá en Costa Rica, es que haya más sinergia, que haya más empuje, porque nos ha tocado a nosotros, por ejemplo, que el CPE no está homologado. Bueno, ¿y cómo se homologa? Bueno, que hay que ir a una página pero en la página no hay nada para 5G, y que hay que ponerlo, etcétera.
Ser el primero es llegar a esperar que las cosas se empiecen a hacer, porque hay cosas que no existen porque nadie las había pedido. Se sabía que venía 5G pero nadie esperaba que uno llamara a la puerta.
Entonces, temas desde homologación de terminales o tener disponibilidad de terminales acá en el país, son las cosas que necesitamos que se muevan más rápido y que son los retos que estamos enfrentando.
Es parte de ser los primeros, que nos ha gustado y hemos acumulado experiencia, también hemos abierto caminos para otros. Alguien, antes también ha abierto caminos para nosotros. Es todo un reto, pero creo que lo hemos venido logrando. Y rescato mucho a los actores que tenemos acá en Costa Rica, al Ministerio de Telecomunicaciones, a través de su viceministerio; al órgano regulador, la Sutel; y a los operadores en general, que tenemos muchísima comunicación.
Inclusive, la semana pasada nos reunimos todos los operadores, justamente para ver cómo nos ponemos de acuerdo con el tema de sincronizar y 5G. Y eso es lo que tiene que pasar, es lo que se tiene que hacer, y creo que se está dando para el bien del país.
Cuando habla de crear ecosistemas, recuerdo que el tema también fue planteado en Brasil, cuando se realizó la subasta 5G que fue un poco el faro para muchas experiencias, como el caso de la costarricense. ¿Cómo se puede instrumentar y crear esa dinámica ecosistémica?
Creo que el problema lo tenemos todos, y que el tema en 5G viene específicamente de las redes empresariales. Las redes empresariales han vuelto casi un unicornio: todo el mundo habla de ellas, pero nadie las ha visto.
Que por allá hay un demo, pero que realmente las redes empresariales son bien complicadas y no es que sean difíciles de vender. Existe un caso de negocio, existe una oportunidad, un caso de uso para las redes empresariales que todos conocemos, pero de ahí a que sea algo que orgánicamente se pueda desarrollar como parte de un mercado, como parte de una demanda, es bien complejo.
Y tengo que decirlo, porque es la experiencia que hemos venido acumulando. Siempre que uno empieza a caminar, que uno empieza a avanzar en el desarrollo de temas de 5G, de casos de uso y demás, empieza a ver que hay un tema de timing.
Si las cámaras están empujando o estamos empujando para que haya compartición de infraestructura, para que los tiempos de despliegue de infraestructura sean más bajos, para que los costos de infraestructura sean más bajos, es porque tenemos una barrera en los costos de infraestructura.
Porque no es sólo cuánto me cuestan los equipos con el vendedor o con el fabricante, o cuánto me cuesta la implementación. Tengo temas con infraestructura.
¿Y los terminales?
Otro. El tema de los terminales sigue siendo terrible. El parque de terminales (3G y 4G) que se pueden conectar directamente a 5G, andará por un 25 por ciento o 30 por ciento. Incluso cuando uno empieza a buscar un caso de uso bien sencillo, como cámaras que se conecten a 5G, no hay tantas, o no son tan buenas, o no hacen lo que necesito, o me cuesta un ojo de la cara, que es otro tema para nosotros.
Entonces, cuando uno empieza a avanzar y a ejecutar, cuando de verdad quiere implementar, se encuentra que de la teoría a la práctica no son tantos los dispositivos: o no son competitivos en temas de precio, o las funcionalidades son una promesa que vimos en Barcelona pero que no están disponibles aquí. Y cuando uno va a comprar es posible pero para dentro de un semestre.
¿A qué quiero llegar? En Costa Rica hay legislación que se tiene que dar, y las cámaras están dando una lucha para que se den legislaciones en temas de compartir infraestructuras y demás. La regulación tiene que avanzar. Hay temas de IA que el Micitt acaba de reglamentar acá en Costa Rica, pero aún hay muchísimas otras cosas que se tienen que dar (como la protección de datos), en fin.
Van a pasar muchísimas cosas con 5G: vamos a tener ojos, oídos, sensores en todas partes. Vamos a recolectar muchísimos datos, pero esos datos tienen que ser procesados, tienen que ser almacenados, tienen que ser tratados de manera segura.
Y me refiero a un tema de timing acá, porque sin entrar a pensar qué es primero, el huevo o la gallina, siempre pienso que cada quien, desde su rol, tiene que ir haciendo lo suyo. Nosotros estamos intentando hacer lo que es más lento, que es tener la autopista, la infraestructura disponible para que luego esas redes puedan ser explotadas.
Claro, es conjunto…
Los terminales nos tienen que acompañar, la legislación nos tiene que acompañar, los desarrolladores de sistemas y aplicaciones nos tienen que acompañar, los usuarios tienen que ir empezando a entender también cómo lo pueden explotar. Y en algún momento todo esto se tiene que conjugar. Yo no creo que la promesa de 5G, lo que conocemos como la promesa de 5G, esté a la vuelta de la esquina.
Si lo pensamos en el tiempo, son dos o tres años de la vuelta de la esquina. Pero si no nos preparamos, si no empezamos hoy, si no empezamos hoy a pensar en los retos que tenemos en legislación, en los retos que tenemos en el desarrollo de infraestructura, en cómo cerrar la brecha digital y cómo ir avanzando en temas de cobertura, en cómo hacer para que nuestras políticas de gobierno fomenten que haya una verdadera transformación digital.
Si no lo hacemos hoy, en dos, tres años, cuando ya nos acompañe que las redes han crecido lo suficiente, que los sistemas y las aplicaciones están ahí, que los usuarios cada vez estén más proclives a hacer uso de las nuevas formas de hacer las cosas, y que los terminales estén en cantidad y economía de escala…Porque a veces hablamos de que con 5G podemos conectar a miles de usuarios, pero ¿cuánto te cuesta tener 1.000 sensores, 1.000 cámaras, 1.000 dispositivos conectados?
Es mucha la inversión que hay que hacer, y aunque todos queremos tener 5G, nadie lo quiere pagar, Y eso es bien complejo. Ese es el reto que tenemos y es el reto que vislumbramos para los próximos dos, tres, cuatro años, para que eso sea una realidad.
Hace algunas semanas se planteó el tema del pedido de datos de Hacienda y eso abrió un profundo debate…
El tema de los datos es importante tenerlo claro y que sea una política. Tiene que ser de Estado y el gobierno, porque va a llegar el momento en que cada vez tengamos más cámaras conectadas en todo el país que van a captar información sensible, que tiene que ser anonimizada, que tiene que ser bien resguardada, que tiene que ser bien tratada, porque los usuarios tenemos derechos. Entonces, ¿hasta dónde puedo llegar? ¿Qué puedo hacer con la información que voy a captar?
Hablemos también de otro tipo de información, de RFID, de biométricos, va a haber muchísima información que va a viajar por las redes, que se va a colectar y tenemos que entender la forma en que se tiene que tratar esa información. Hay que evolucionar pero cómo se va a evolucionar y quién va a ir primero.
Siempre hablamos de que las regulaciones y las normas llegan después de la tecnología. Bueno, en fin, es parte del reto que tenemos. Nosotros participamos en las cámaras, en los foros, en todas las conversaciones, intentando dar nuestro punto de vista, pero es algo que no está completamente desarrollado y que tenemos que ver cómo se va a ir desarrollando acá en Costa Rica.