El rol que están tomando los data centers en el escenario de irrupción y adopción de la inteligencia artificial (IA) copa gran parte de la agenda de la industria. Pero hay otro segmento, menos glamoroso, sobre el que habría que poner la lupa para ver no solo como se está reconfigurando sino, especialmente, cómo puede sumarse también al fenómeno que supone la IA. Se trata del mercado de torres, de torreras.
La noticia viene de China, y se conoció hace unos días durante el MWC de Asia. China Tower informó que está reconvirtiendo 2,1 millones de torres en nodos digitales e inteligentes para IA, Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), operaciones con drones y conectividad subterránea. Esto se suma a otros 5,6 millones de estaciones base que también se están actualizando con el mismo objetivo.
La compañía, surgida de la consolidación de las torres de China Mobile, China Unicom y China Telecom, está reinventando su infraestructura de telecomunicaciones porque quiere convertirla en una red troncal inteligente, segura y compartida. Consideró que se trata del camino a seguir para avanzar hacia lo que llamó la siguiente etapa de transformación digital en China.
Así lo hizo saber Chi-Yong Chang, presidente de China Tower, durante la apertura del MWC Shangai 2025. Ese rediseño de las estaciones base y de los sitios está dando como resultado que cada antena, que cada torre se esté convirtiendo en un centro inteligente para aplicaciones avanzadas que van desde edge computing hasta conectividad subterránea, pasando por servicios basados en IA y hasta en redes de drones de baja altitud. Casi casi que parece ciencia ficción pero es la pura realidad, ya casi presente.
Infraestructura digital multiuso
“Con 900.000 nuevas estaciones base construidas al año desde 2014, estamos habilitando una de las redes móviles de mayor calidad de la historia”, afirmó Chang, en declaraciones que tomó el medio especializado Lightreading. Explicó que la compañía logró reducir de manera significativa sus costos gracias a la infraestructura compartida y el diseño centrado en la eficiencia, al tiempo que también se lograron mejoras en términos de cobertura y de resiliencia de la red, otro de los términos que cada vez se escucha más entre las prestadoras de servicios.
El primer punto que destacó el ejecutivo chino fue que la reconversión apunta a que las torres sean una infraestructura digital multiuso. Ya no se trata sólo de pensar esa infraestructura como base de la conectividad móvil, sino que amplía su alcance al mundo de IoT y su impacto en las ciudades inteligentes, como también los drones e, inclusive, lo que venga hacia adelante en materia de conectividad satelital con las constelaciones LEO. En China, el 70 por ciento de las estaciones terrestres del Sistema de Navegación por Satélite BeiDou -el GPS chino- opera sobre la infraestructura de China Tower.
Imagen: Andrés Nieto Porras/Flickr
Del mismo modo que esta infraestructura mira a lo que podría ocurrir con la conectividad en el cielo, también lo hace con las comunicaciones terrestres y subterráneas. En Xiongnu, la compañía implementó navegación por satélite en interiores, específicamente en más de 1,5 millones de metros cuadrados de estacionamientos bajo tierra. Facilitar las operaciones en estos espacios no es poca cosa ya que se pueden aplicar a actividades de servicios o de producción industrial.
Y como si esta reinvención de la infraestructura de torres no fuera suficiente, China Tower tomó también la decisión de abastecerse de energías limpias. Cada estación base está equipada con paneles solares, almacenamiento en baterías y sistemas de alimentación de corriente continua, una combinación que permite reducir las emisiones y concretar los objetivos de emisiones cero de carbono. A este equipamiento se sumaron sistemas inteligentes de gestión energética que también contribuyen con esas metas.
Conectividad fluida
La resiliencia de esta infraestructura formó parte de las prioridades y fue puesta en el centro de este rediseño. La nueva red de torres está preparada para emergencias ya que incluye sistemas de alerta temprana, reservas de equipos y capacidades de recuperación rápida en telecomunicaciones ante diversas situaciones, como accidentes o catástrofes climáticas.
“Queremos que la conectividad sea tan fluida y esencial como el agua, el gas y el aire”, subrayó Chang. La afirmación no fue para cerrar su charla. Sino porque la compañía ya está pensando en los futuros servicios y prestaciones que surgirán de estas redes integradas entre el aire y la tierra. El transporte autónomo y las comunicaciones ultraseguras forman parte de lo que viene y la demanda de conectividad, ya no sólo porque tendrá que ser rápida para resolver asuntos en tiempo real, sino que tendrá que ser ultrafiable. Condiciones que sólo se podrán brindar con un ecosistema que colabore, además de compartir estándares, promover la innovación y desarrollar aplicaciones.
Foto creada con chatGPT
¿Puede ser este camino señalado por China Tower el que también estén pensando las operadoras de torres que actúan en la región? Hasta finales de 2024 se estimaba que habían unas 224.000 torres de telecomunicaciones en América latina, con una perspectiva de crecimientod e 310.733 torres hacia 2033, de acuerdo a un estudio de iMarc Group.
Esta expansión también estará acompañada del crecimiento de los negocios, ya que la facturación pasará de unos 28.500 millones a 33.700 millones en 2023. Todo indica que hay oportunidad concreta, más cuando en los últimos años se viene dando un profundo proceso de consolidación que, sin dudas, abrirá nuevas oportunidades.
Los países en donde se concentran los principales despliegues de 5G – como Brasil y Chile- son los que están liderando en este segmento del mercado. Es decir, serán los mejor preparados para todo lo que aún queda por hacer en materia de transformación digital, y de lo que hay que repensar en relación a la futura segunda ola de transformación que ya está tomando forma concreta en China.
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