Las redes 5G sólo representan el 5,2 por ciento de la infraestructura instalada en Colombia, frente al 94,5 por ciento de 4G; el 76 por ciento de 3G; y el 25 por ciento 2G. Estas cifras, que fueron exhibidas en el marco del último Data Flash de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) y que revelaron los indicadores al cierre de 2024 en materia de infraestructura y cobertura de redes de servicios móviles en el país, plantean un escenario de las telecomunicaciones como también buena parte de sus desafíos y tareas pendientes.
Los indicadores
El relevamiento exhibe que hay 29.820 sitios distribuidos en todo el territorio nacional donde la predominancia es de tecnología 4G, seguido por 2G y 3G; mientras que 5G es apenas un emergente no ocioso: su despliegue comenzó en febrero de 2024. En todos los casos, las coberturas más extensas están dadas por la mayor densidad poblacional y esto supone, además, el desafío de avanzar en zonas alejadas, rurales o vulnerables.
De la comparativa se extrae lo obvio: que Bogotá, Antioquía y Valle del Cauca concentran la mayor cantidad de sitios, frente a Guainía, Vaupés y Amazonas, por citar tres ejemplos. También, que 4G se destaca por su capilaridad en la región central frente a la tendida en la región sur, y que se verifica en el despliegue por operador. En el caso de Claro, por ejemplo, la cobertura pasa de 98,58 por ciento de sitios al 92,66 por ciento; en el caso de Tigo, del 92,77 por ciento al 66,2 por ciento. Le siguen WOM, con un 84,08 por ciento y un 62,7 por ciento; y Movistar, con un 79,77 por ciento, y 48,85 por ciento, respectivamente.
5G, por su parte, concentra 1.433 sitios activos desplegados en 43 ciudades y municipios. De ellos, el 92,2 por ciento es de Claro, seguido por Tigo y Movistar, con un 7,8 por ciento conjunto (cuya fusión empresaria aún no fue aprobada); y WOM, que al cierre de año aún no había reportado sitios desplegados. De esta manera, la cobertura nacional trepó hasta el 19 por ciento en las zonas urbanas, entre las que se destaca Bogotá, con una cobertura del 69,2 por ciento; seguida por Medellín (52,9 por ciento), Cali (52,6 por ciento), Barranquilla (32,9 por ciento) y Cartagena (17 por ciento), entre otras.
Sobre la filial colombiana de WOM, cabe recordar que a mediados de 2024 logró superar su crítica situación financiera, con un aporte importante del Gobierno nacional y el ingreso de nuevos capitales. Quizá, lo que estos datos de contexto exhiban es la urgencia por conocer con mayor detalle los planes de corto y mediano plazo del operador.
Los desafíos
Para Claudia Ximena Bustamante, comisionada y directora ejecutiva de la CRC, “la infraestructura de redes móviles y su cobertura continúan siendo elementos claves para el acceso a servicios de conectividad. Disponer de información clara sobre estos aspectos permite visualizar tanto los avances como los retos en el cierre de brechas digitales en Colombia”, dijo sobre un relevamiento que está disponible aqui.
Aunque la capilaridad de 4G sea masiva y ya se observen pasos hacia 5G, bien cabe preguntarse sobre cómo impacta este predominio en el despliegue hacia la innovación; pero también qué mecanismos se disponen para incentivar a los usuarios y a los operadores a multiplicar sus apuestas de reemplazo, sobre todo fuera de las grandes urbes. En materia de regulaciones que fomenten la competencia, por ejemplo, sólo basta recordar algunos de los pasos dados por la CRC hace un trimestre.
Con todo, la baja penetración de 5G y su alto nivel de desafíos, sumado al desequilibrio geográfico que ofrece el despliegue de infraestructura tanto de esta tecnología como de las generaciones pasadas -sin olvidar que se concentra en ciudades capitales y ralea hacia las ruralidades- subraya una desigualdad en el acceso a servicios móviles de calidad por fuera de las regiones centrales.
Hace un mes, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) y la Agencia Nacional de Espectro (ANE) lanzaron una consulta pública -cuyo llamado cierra este martes 1 de julio- tendiente a disponibilizar recursos en la banda de 900 MHz para llegar con conectividad a zonas desatendidas.
Pero no sólo eso, además de los desafíos vinculados a la brecha digital, que son muchos y cuya resolución está vinculada a los objetivos de gobierno, cabe preguntarse sobre el avance del desmantelado de las redes que, por sus características técnicas, son consideradas obsoletas: las 2G y las 3G. Sucede que esta vigencia impacta en la posibilidad de hacer un uso más eficiente del espectro radioeléctrico, como también en la ecuación de costos operativos.
En 2020, el MinTIC había presentado el Plan de Transición a Nuevas Tecnologías tendiente a reemplazar las infraestructuras 2G y 3G por 4G y 5G en el marco de la estrategia de transformación digital del país, la mejora de la conectividad y el achicamiento de la brecha digital. Y aquellos objetivos se reflejaron en las obligaciones de hacer previstas en la subasta 5G.
Ya en 2020, por ejemplo, Tigo se presentaba (aqui) como el primer operador en dar ese paso de apagado. Cuatro años después, y en el marco de una actividad oficial del MinTIC en la que se recordaba que el objetivo del país es conectar al 85 por ciento de su territorio – equivalente a unas 13 millones de personas- Fabián Hernández, presidente de Telefónica Movistar, recordó que “a partir de la subasta 5G, este año el país tiene el reto del desarrollo de esa inversión. Estamos haciendo todo lo que se deriva de esta obligación, por ejemplo, migrando las redes de 3G, donde cerca de 10.000 estaciones se están actualizando. Hay un desarrollo de inversión importante y debemos apagar el 2G, estamos trabajando fuertemente en estas inversiones. Este es un sector que es intenso en inversión y la migración tecnológica obliga que acompañemos la digitalización del país”.
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