Los operadores apuestan por la infraestructura de IA como modelo de monetización ¿Funcionará?

Un informe de TelecomTV revela cómo Telus, Telenor, SK Telecom y otros están construyendo fábricas de IA para no quedar fuera del negocio ¿podrán sacar rentabilidad de esta estrategia?

El último informe de TelecomTV, “Trends in Telco AI Infrastructure”, no es una lectura más sobre inteligencia artificial (IA). Es, en cambio, un aviso estratégico de que los operadores de telecomunicaciones se están posicionando –al fin– como actores relevantes en la carrera por la infraestructura crítica del futuro. Y lo están haciendo no por ambición, sino por necesidad.

Durante años, el sector telco ha transitado entre la irrelevancia digital y la sobreinversión sin retorno. Esta vez, según documenta el informe de TelecomTV, algo está cambiando. La explosión de la inteligencia artificial generativa (GenIA, por sus siglas en inglés) ha obligado a los operadores a repensar su papel en la cadena de valor. No se trata solo de usar IA para automatizar redes o reducir OPEX. Se trata de construir AI factories –infraestructura física con GPUs de alto rendimiento– que sirvan tanto a sus propias operaciones como a sus clientes empresariales y gubernamentales.

¿La clave? Esta vez los telcos no quieren limitarse a conectar. Quieren computar.

Nvidia, que domina más del 90 por ciento del mercado de GPUs en centros de datos ,según IoT Analytics, aparece en el centro de casi todas estas iniciativas. Desde Telus en Canadá hasta Telenor en Noruega, pasando por SoftBank, Swisscom, Iliad o KDDI, los grandes operadores están desplegando infraestructura de IA basada en tecnología de Nvidia. Dell, por su parte, contribuye con el músculo industrial para convertir estas estrategias en realidad. El informe deja claro que la era de la IA no solo está impulsando una nueva ola de datacenters, sino redefiniendo quién tiene derecho a ser parte del nuevo mapa de poder digital.

Pero más allá del despliegue tecnológico, el informe deja entrever una narrativa aún más profunda: la de la soberanía computacional. Telcos como Bell en Canadá, Orange en Francia o Deutsche Telekom (DT) en Alemania están posicionando sus inversiones como respuestas a una presión política e industrial por recuperar el control sobre datos, infraestructuras y talento. La Comisión Europea (CE), por ejemplo, ha puesto sobre la mesa 200.000 millones de euros a través de la iniciativa InvestAI para construir “gigafábricas” de IA en suelo europeo. No se trata solo de eficiencia, se trata de independencia.

En este contexto, los operadores de telecomunicaciones se vuelven útiles para los Estados. Nadie espera que compitan con OpenAI, pero todos necesitan que exista una infraestructura alternativa, segura y controlable, para sus modelos, sus datos y sus economías. Es una oportunidad estratégica rara para un sector que ha perdido casi todas las anteriores.

Ahora bien, como bien advierte el informe de TelecomTV, nada garantiza el éxito comercial de estas apuestas. La historia está llena de ejemplos donde los operadores construyeron infraestructura esperando demanda que nunca llegó. El riesgo de caer en la trampa del “build it and they will come” sigue presente. Por eso, modelos como el de Telenor –que invirtió inicialmente solo 10 millones de dólares y amplía su AI factory en función de la demanda real– podrían ser un ejemplo más sensato que los megaproyectos sin clientes a la vista.

Tampoco hay consenso sobre el futuro del llamado AI-RAN, una arquitectura que propone usar la misma infraestructura de cómputo para procesar tanto datos de red como tareas de inferencia de IA. Aunque Nvidia, Samsung, SoftBank y otros grandes actores lo están promoviendo con fuerza, el informe muestra que muchos operadores aún dudan de su viabilidad. Como lo resumió sin rodeos el CTO de Verizon, Yago Tenorio: “AI-RAN es la respuesta a una pregunta que nadie ha hecho”.

Donde sí hay un consenso emergente es en la necesidad de construir redes de conectividad más densas y preparadas para la era del cómputo distribuido. El informe dedica sus últimos capítulos a analizar cómo operadores como Lumen o Zayo están redefiniendo su identidad como backbone de la IA. Ambos están invirtiendo miles de millones de dólares en redes de fibra para conectar datacenters, impulsados por la demanda de los hyperscalers. Lo que antes era un negocio en decadencia, hoy es infraestructura estratégica.

Y esto no es exclusivo de Estados Unidos. Desde Arelion en Escandinavia hasta Neos en Reino Unido o HKT en Asia, los operadores están reconfigurando su propuesta de valor no en torno al consumo masivo, sino a las necesidades de cómputo extremo de empresas, gobiernos y ciencia.

¿Podrán los telcos convertir esta oportunidad en rentabilidad? ¿Evitarán repetir errores pasados? ¿Serán capaces de atraer talento, desarrollar servicios y competir con los hyperscalers desde su nueva posición como infraestructura crítica?

Nadie lo sabe. Pero lo que deja claro el informe de TelecomTV es que, esta vez, los operadores han decidido sentarse en la mesa de juego. Y aunque no tengan las mejores cartas, sí tienen algo que todos los demás necesitan: redes, presencia nacional y, por primera vez en mucho tiempo, una narrativa alineada con las preocupaciones geopolíticas y económicas del siglo XXI.

Esta vez, por lo menos, no están esperando a que los dejen en fuera de juego.

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Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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