Antenas bajo escrutinio: los operadores quieren redes sin puntos ciegos

La iniciativa de NGMN busca traer claridad a un componente crítico que, hasta ahora, escapaba a la estandarización rigurosa que sí rige el resto de la red.

Entre algoritmos de inteligencia artificial (IA), arquitecturas nativas en la nube y redes de acceso abiertas, hay un componente que rara vez roba titulares pero sostiene todo el andamiaje digital: la antena. Es, por definición, el punto de contacto entre el espectro y el silicio. Y sin embargo, en plena era 5G y mientras se bosquejan las redes 6G, este eslabón crítico ha operado sin un marco estandarizado verdaderamente global. El nuevo documento de NGMN Alliance, BASTA Version 13.0, intenta cambiar eso.

Esta publicación es en realidad una fusión entre dos documentos previos. Uno dedicado a antenas pasivas (PAS, por sus siglas en inglés) y otro a sistemas de antena activa (AAS, por sus siglas en inglés). Al unificarlos, se crea una referencia integral que redefine cómo deben medirse, especificarse y describirse las antenas de estación base, incluyendo nuevas recomendaciones sobre formatos de intercambio de datos electrónicos, prácticas de validación y parámetros de fiabilidad medioambiental.

En otras palabras, se intenta que el mercado deje de tratar las antenas como cajas negras y comience a evaluarlas con el mismo rigor que cualquier otro componente estratégico de la red.

Pero la publicación no solo ofrece un catálogo técnico. Su trasfondo es una constatación incómoda de que aunque las antenas determinan cobertura, capacidad y calidad de servicio, no existe hasta ahora una normalización adoptada globalmente para su desempeño.

En este contexto, el documento de NGMN propone un marco de interpretación común y sistemático, adoptando un sistema de coordenadas esféricas (SPCS Polar) como base para la descripción de patrones de radiación, ángulos de downtilt eléctrico y eficiencia por región angular. Todo esto, con la vista puesta en garantizar interoperabilidad, eficiencia y cumplimiento regulatorio en entornos cada vez más densos y dinámicos.

Para los sistemas activos (AAS), que son los caballos de batalla del beamforming y el Space Division Multiplexing Access (SDMA), el informe va más allá de la teoría y establece estados de prueba recomendados, define mecanismos para monitoreo de emisiones electromagnéticas y propone contadores específicos para evaluar la potencia radiada en tiempo real por haz o región. En un momento donde las autoridades regulatorias empiezan a aplicar lupa sobre el cumplimiento de límites de exposición, estas especificaciones no son una curiosidad técnica, sino un salvavidas comercial.

Del lado pasivo, el documento afina la definición de sistemas híbridos y antenas con capacidad de beamforming pasivo, introduciendo parámetros como el cambio promedio de ganancia en configuraciones híbridas o la discriminación cruzada por haz. También sienta las bases para una evaluación más precisa del aislamiento entre clústeres, la pérdida de retorno (Return Loss) o la relación frontal-trasera en 3D. La intención no es crear una carrera por la “mejor antena”, sino estandarizar qué significa “buena antena” en un contexto técnico y comercial comparable.

Algunos podrían considerar este esfuerzo como tardío o incluso accesorio en una industria obsesionada con la automatización y el software. Pero la propia existencia de este informe demuestra lo contrario. Las redes móviles ya no se construyen únicamente con espectro y código. Cada dB de ganancia, cada grado de haz, cada milímetro de radomo impacta directamente en el rendimiento y el coste de las redes. Y en un entorno de CAPEX contenido, eficiencia energética crítica y exigencias ESG crecientes, incluso la forma en que una antena disipa calor o resiste el viento puede ser la diferencia entre el éxito técnico y el fracaso operativo.

BASTA 13.0 también intenta resolver un viejo problema de asimetría de información ya que los operadores muchas veces adquieren antenas sin tener acceso uniforme a los datos detallados que permiten comparar rendimiento, validar especificaciones o planificar redes de forma precisa. Por ello, el informe promueve el uso de hojas de datos en formato XML procesables por máquinas, y archivos 3D de patrones de radiación, estandarizados y validados, que permitan automatizar tareas de planificación y optimización.

Este no es un documento para adornar bibliotecas técnicas. Es un manual de interoperabilidad y transparencia. Y aunque no impone una certificación obligatoria, el hecho de que los operadores más relevantes del mundo respalden esta iniciativa convierte su adopción en una virtual necesidad comercial para fabricantes que no quieran quedar fuera del radar.

El informe de NGMN es un recordatorio estratégico de que la sofisticación de las redes móviles no debe construirse sobre cimientos opacos. Al igual que los estándares RAN, los de antenas deben ser explícitos, verificables y compartidos. Porque en telecomunicaciones, lo que no se mide, no se optimiza. Y lo que no se estandariza, quizás escale, pero de forma caótica.

Tu opinión es importante ¿Qué te ha parecido este contenido?

1 0
Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

Deje su comentario

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.