La semana pasada el Grupo Telefónica anunció una amplia reestructuración de sus filiales en América Latina, dando origen a tres divisiones que estarán encargadas de gerenciar las operaciones de la región. A través de la nueva estructura organizacional, la empresa española tendrá una unidad dedicada exclusivamente al mercado brasileño, una segunda unidad integrada por Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay y una tercera que reunirá a las operaciones de la compañía en México, Venezuela y América Central. Con la unidad que integra a las filiales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, que estará bajo la dirección de Eduardo Caride, Telefónica integra los países donde tiene operaciones en telefonía fija y móvil. Y con la nueva unidad que aglutina a México, Venezuela y Centroamérica, división que estará a cargo de Jaime Smith, lo que el Grupo hace es reunir a aquellos mercados donde sólo tiene operaciones en telefonía móvil.
En Argentina, uno de los principales mercados de la región para el grupo, la operación local estará liderada por Luis Blasco Bosqued, de amplia trayectoria en la compañía. Bosqued ya actuó en la empresa como director general corporativo de Filiales y Participadas de Telefónica SA, y consejero de Telefónica de Argentina, entre otras actividades.
El caso de Brasil es especial. El hecho de que sólo ese mercado sea una unidad no es más que el reflejo de la importancia que el país representa para el Grupo Telefónica. De acuerdo con la nueva estructura organizacional, Telefónica de Brasil, bajo el mando de Luis Miguel Gilpérez López, también pasará a ser una unidad dentro de Telefónica Latinoamérica. En la operación local, mientras tanto, Antônio Carlos Valente permanecerá como presidente.
Brasil es el mayor mercado que la empresa posee en América Latina, donde cuenta con 25 operaciones y con alrededor de 70 millones de clientes, entre sus negocios de telefonía móvil, telefonía fija, banda ancha y televisión por suscripción. Esta gigante base de usuarios hace de Brasil el segundo mayor proveedor de ingresos para el Grupo Telefónica a nivel mundial, sólo superado por España.
La nueva reestructuración de Telefónica a nivel regional supone una gran novedad para en el caso de Brasil, país que históricamente no presentó la misma sinergia con el Grupo que el resto de las operaciones latinoamericanas. Además de la barrera lógica del idioma que separa a Brasil del resto de los países de la región, la operación local mantuvo el nombre Vivo en el negocio de telefonía móvil, mientras que el resto de las filiales adoptaba la marca Movistar. Además, las particularidades y el tamaño del mercado brasileño dotaban a la operación local de cierta independencia frente a la estrategia global. Por otra parte, el hecho de que Vivo se trataba de un joint venture con Portugal Telecom restaba margen de acción a Telefónica, que ahora podrá hacer y deshacer a gusto.
Justamente hace algunos días Telefónica anunció la adquisición del 50 por ciento de las acciones de Brasilcel, que a su vez poseía el 60 por ciento del control de Vivo. El primer pago fue de 4.500 millones de euros. El saldo que resta para completar los 7.500 millones de euros del acuerdo original, será pagado en los siguientes plazos: 1.000 millones de euros el 30 de diciembre de 2010 y 2.000 millones de euros el 31 de octubre de 2011, aunque Portugal Telecom podrá solicitar que el pago sea anticipado para julio del próximo año, con una reducción de la cuota de 25 millones de euros. A partir de la semana pasada, con esta primera compra de acciones, Telefónica pasa a tener el control de Vivo y, por lo tanto, los contratos firmados en 2002 que dieron origen a Brasilcel ya no tienen más validez.
Pero América Latina no es la única región que sufrió cambios. Telefónica también modificó su centro corporativo, con el objetivo de potenciar el área financiera, dando más peso a Santiago Fernández Valbuena, un ejecutivo que tenía en sus manos una dirección general, la de Finanzas, y ahora también suma las de Estrategia y Desarrollo. Además la compañía anunció otros movimientos de ejecutivos en España, como por ejemplo colocar a Adrián García Nevado a la cabeza de Negocios, a José Rocillo en Coordinación Territorial y a Kim Faura en Relaciones Corporativas. Por cierto, César Alierta, presidente del Grupo Telefónica, ha sido elegido esta semana como el quinto ejecutivo más influyente del sector de telecomunicaciones global por la publicación especializada Global Telecom Business. Así, Alierta superó, entre otros, a Eric Schmidt, CEO de Google, y Steve Jobs, presidente de Apple.
