La cruzada contra los precios que cobran los operadores móviles por los servicios de roaming internacional sigue avanzando en el planeta después de que la Unión Europea iniciara el año pasado una agresiva campaña reguladora contra estos en su continente. Este acoso y derribo de los cargos de roaming se ha acentuado con la llegada de los servicios de roaming de datos y los ya conocidos “bill shocks”. Brasil, que cada vez más se erige como el líder en el sector de las telecomunicaciones en Latinoamérica, no sólo por el tamaño de su mercado y lo que esto significa, sino por las tomas de decisiones en cuanto a regulación, también quiere liderar la reducción de estos cargos antes de las dos citas deportivas que enfrentará durante esta década.
El Ministro de las Comunicaciones, Paulo Bernardo, declaraba esta semana, según publicaban medios locales, que se encuentra en conversaciones con Anatel para tratar cómo se pueden reducir las tarifas de roaming internacional, tanto para brasileños viajando al exterior como para los turistas cuando visitan Brasil, especialmente para los servicios de datos que el propio mandatario califica como “desorbitados”. Bernardo es consciente que hablar con Anatel no es suficiente para conseguir este objetivo, pues en esta jugada deben tener voz y voto tanto los operadores locales como los internacionales.
Es evidente que la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol y las Olimpiadas juegan un papel importante para que el Ministro empiece de forma pública a reclamar un cambio de rumbo, pues el uso de la telefonía móvil está tan extendido que la imagen de Brasil puede quedar tocada si los servicios de telecomunicaciones provocan infartos a los turistas que visitarán el país durante los mencionados eventos deportivos.
El Ministro asegura, además, que se ha llegado a un acuerdo con la FIFA para que los estadios estén habilitados con redes de alta capacidad con velocidades de 20 Gbps, que se necesitarán especialmente para la prensa y los propios organizadores del evento. Brasil se encuentra haciendo una auditoria de su infraestructura de telecomunicaciones con vistas a mejorarla para la primera gran cita deportiva y en caso de tener debilidades en algunas áreas Telebras tiene el compromiso de realizar las inversiones que sean necesarias, ya que contaría con un presupuesto de 123 millones de dólares para fortalecer la infraestructura de telecomunicaciones en las doce ciudades sede del Mundial.
