La llegada de la 5G al mercado se ha acelerado en los últimos tiempos como consecuencia de una mayor demanda por parte de los usuarios de mayores velocidades de datos y capacidad. La llegada inicial de la tecnología estaba prevista para 2020 y desde el Mobile World Congress 2017 se estableció un calendario más ambicioso por el cual la tecnología llegaría al mercado en 2019.
A dos años de ver los primeros lanzamientos pre comerciales de la tecnología, es importante que los operadores entiendan bien las implicaciones de esta nueva tecnología que propone profundo cambios tecnológicos y organizativos dentro de los operadores. Entender el proceso evolutivo a esta nueva tecnología es ahora más importante que nunca para comprender los nuevos retos que se avecinan y que incluyen entre otros:
- Nuevas redes de acceso y tecnologías que formarán el concepto de 5G. Como ser más productivo en su implementación y mantenimiento es un factor clave pues el modelo de implementación 2G, 3G y 4G ha quedado obsoleto
- LTE seguirá siendo una tecnología vital para complementar la llegada de la 5G. Esto obliga a no perder de vista su propia evolución en paralelo con la llegada de la 5G, si la 5G es fundamental para el futuro de los operadores, LTE lo es para el desarrollo de la propia 5G
- Tendencias en el segmento móvil inalámbrico relacionadas con la 5G y la conectividad de las cosas IoT. El futuro ya no se trata de conectar a las personas, sino a todo con todo
- Y a pesar de las evoluciones tecnológicas, las barreras físicas son infranqueables y la 5G seguirá enfrentando el problema de a gestión de interferencias, un problema que sólo puede ir en aumento con la utilización de más frecuencias. Como optimizar su búsqueda y detección será pues un factor clave para garantizar el buen funcionamiento de las redes
