Todos los celulares denunciados como robados o perdidos en Argentina serán bloqueados y no podrán funcionar en ninguna red del país. La medida, que corre desde el 27 de agosto, forma parte de un plan integral que incluye inspecciones en galerías comerciales, recuperación de teléfonos sustraídos y hasta controles a aparatos celulares en la vía pública.
Cuando se pretenda cambiar la SIM, el sistema bloqueará el IMEI y evitará que el dispositivo pueda conectarse a una red móvil, explicaron expertos en la materia a La Nación. Se espera que se den de baja un total de dos millones de teléfonos a razón de 4.000 por día. En el país más de la mitad de la población, unos 23,3 millones de personas, cuenta con un smartphone.
“A partir de un decreto del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), tras gestiones con las prestadoras, si un teléfono es robado y su IMEI fue adulterado se lo dará de baja y no se podrá usar ni vender. Es una medida importante porque para nosotros todos los celulares robados están manchados de sangre ya que las circunstancias de la sustracción son, en general, violentas”, señaló el jefe de la división Cibercrimen, Carlos Gabriel Rojas.
Como parte de esta propuesta, en los últimos cuatro meses se detuvo en la Ciudad de Buenos Aires a 90 personas en inspecciones relacionadas con este tema. En los recientes operativos, las fuerzas policiales recuperaron un total de 460 dispositivos en zonas como Liniers, Once, Constitución, Pompeya y Retiro.
De acuerdo a GSMA se robaron unos 4.000 celulares por día en el país durante 2017. Otras mediciones indican que el promedio es de entre 5.000 y 6.000 pero se estima que la cifra podría duplicarse si se contemplaran los casos no denunciados.
La asociación cuenta con la base de datos más grande a escala mundial de dispositivos cuyos IMEI fueron denunciados. Aportan información a la base unas 122 empresas de 44 países, entre ellos Claro, Movistar y Personal en Argentina.