En un país donde la desconfianza en las instituciones financieras y las tasas de penetración móvil son altas, los operadores móviles en México están en una posición óptima para atender a millones de personas no bancarizadas en su país, trayendo la inclusión financiera a una población más amplia. Cuando los operadores también permiten que otras compañías accedan a la información a través de las interfaces de programación de aplicaciones (API), se abre la puerta a un conjunto de nuevos servicios digitales y financieros del que pueden beneficiarse todos los suscriptores, no sólo unos cuantos privilegiados.
Aunque la economía de México ahora se está recuperando de la desaceleración que sufrió como resultado de la crisis financiera mundial de 2008, menos de la mitad de su población tiene una cuenta bancaria. Sin una cuenta y, por tanto, sin historial crediticio, puede ser difícil que un ciudadano no bancarizado ponga el pie en la escalera crediticia. Pocos proveedores de servicios financieros le ofrecerán un préstamo a alguien cuyo riesgo no pueden calcular. Incluso si lo hacen, el nivel de interés en los repagos sería probablemente prohibitivo para los prestatarios potenciales.
En un intento por abordar este problema, el gobierno mexicano lanzó un ambicioso esquema a nivel nacional con el objetivo de ofrecer a todos los ciudadanos acceso a los sistemas financieros del país, uno de los elementos clave que además hace un mayor uso de la tecnología. En su lanzamiento en junio de 2016, el entonces presidente Enrique Peña Nieto describió la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) como “aprovechar las nuevas tecnologías, como los […] smartphones y los análisis de datos masivos, traer los servicios bancarios y los medios de pago más cerca a segmentos más amplios de la población”.
La referencia a los smartphones fue deliberada: la penetración móvil en México es muy alta. Con 89 millones de suscriptores móviles únicos, equivalentes al 69 por ciento de la población, México es el segundo mercado móvil de Latinoamérica. Y números tan grandes significan que los operadores tienen acceso a una valiosa fuente de datos; por tanto, hace de la tecnología móvil un medio ideal para abordar la inclusión financiera.
El comportamiento móvil ofrece una visión genuina del cliente
A fin de obtener información útil para el cálculo del riesgo financiero personal, ha habido un aumento en el uso de datos crediticios alternativos que usan como referencia pagos de servicios públicos (electricidad, agua, etc.) o el histórico de pagos en servicios móviles de los usuarios. Esto presenta a los operadores de México la oportunidad de convertirse en agentes de información crediticia de los consumidores, utilizando inteligencia artificial (AI) para analizar grandes volúmenes de datos históricos de uso.
Algunos operadores mexicanos ya usan AI para recoger datos de los clientes en tiempo real a fin de ofrecer microcréditos a los clientes calificados. Independientemente de si el cliente tiene una cuenta bancaria o no, pueden considerar la situación del cliente, el contexto y la capacidad de pago en base al uso de su línea celular y los datos de pagos para hacerle ofertas personalizadas de microcréditos. Cuando un cliente prepago se queda sin saldo, ir a un supermercado en plena noche para hacer una recarga podría no ser la opción más segura. Un microcrédito les da continuidad del servicio y los mantiene conectados.
Mediante la aplicación de inteligencia artificial y técnicas analíticas sobre los datos de uso de las líneas móviles, los operadores tienen una visión privilegiada sobre el riesgo y la capacidad financiera de sus clientes. Pueden usar una serie de algoritmos, reglas y condiciones para calcular, por ejemplo, su propensión a devolver un préstamo.
Inteligencia y visión que ofrece el “open Telco”
Entonces, ¿qué es un “open Telco”? El “open Telco” es el operador móvil del futuro, en el que este es capaz de ofrecer a bancos, proveedores de servicios financieros y otras compañías, un acceso seguro a la información de calificación crediticia de sus clientes a través de APIs dedicadas. Con todo ello, se desbloquearía el acceso a una serie de nuevos servicios digitales a los que cualquier persona podría acceder, incluso sin estar bancarizada. El acceso a esta inteligencia en tiempo real, por ejemplo, permitiría a los prestamistas tomar una decisión sobre la idoneidad de presentar una oferta de forma casi instantánea, ya sea en persona, en línea o, por supuesto, a través del celular.
Al analizar el volumen de información altamente valiosa que tienen sobre cada cliente y al compartirla de forma segura con otras compañías, los operadores móviles tienen la oportunidad de ofrecer a todos los mexicanos acceso a servicios financieros que, hasta ahora, estaban fuera de su alcance. Además, establecerse como intermediarios crediticios abrirá nuevos flujos de ingresos para los operadores, al igual que alentará el crecimiento de un ecosistema para aquellas compañías cuyos servicios están habilitando.
México ha reconocido la urgente necesidad de abordar las disparidades que existen en el seno de su sistema financiero y su expresidente expresó el deseo de “aprovechar las diferentes tecnologías, las diferentes plataformas […] para lograr una mayor inclusión financiera”. Los operadores móviles de México tienen la llave para brindar dicha inclusión y para ayudar al país en su camino hacia la recuperación económica. Esta es una estrategia que los operadores de todo el mundo pueden replicar y, así, ayudar a personas que han sido privadas de los servicios básicos ofrecidos por la banca tradicional, con el fin de poder acceder a un nuevo mundo de oportunidades.
