La promesa de “fibra en el cielo” se hace realidad: se esperan lanzamientos comerciales para 2020

La noticia llegó a modo de tuit. Elon Musk publicó su primer mensaje en la red social Twitter a través de una conexión provista por los satélites Starlink, el sistema de satélites de órbita baja (LEO) de SpaceX.

La puesta en marcha de la red se conoce la misma semana que SpaceX solicitara a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) autorización de espectro para lanzar 30.000 satélites adicionales a la flota de 12.000 satélites LEO previstos. Por ahora, no obstante, la compañía norteamericana solo ha lanzado 60. De ellos, algunos fallaron y fueron retirados de la órbita mientras que, los otros, son los que permitieron la conexión de la que tan orgulloso estaba Elon Musk.

“A medida que la demanda escala rápidamente, la necesidad de un Internet confiable alrededor del mundo, especialmente para aquellos dónde la conectividad no existe, es demasiado cara o no es fidedigna, SpaceX toma algunos pasos para escalar la capacidad de la red de Starlink para poder anticipar la demanda creciente de los usuarios”, señaló una persona de SpaceX al medio estadounidense The Verge. Bajo este argumento es que la compañía pretende ampliar de 12.000 satélites iniciales a 42.000. De aprobarse esta expansión, Starlink se convertiría en la constelación de satélites LEO más grande del mundo.

La compañía espera empezar a entregar servicios comerciales a través de Starlink en 2020, el mismo año que OneWeb planea su encendido —la empresa parece haber adelantado los tiempos porque, inicialmente, se esperaban servicios comerciales recién para 2021—. OneWeb tiene previsto desplegar cerca de 30 satélites a nivel mensual a partir de diciembre de 2019 hasta completar su constelación global inicial de 700 microsatélites.

A estas dos compañías se le suma Amazon, que planea una constelación de poco más de 3.000 satélites, LeoSat y Facebook, entre otros jugadores que parecen querer hacerse un lugar en un nuevo mercado que promete “fibra en el cielo”.

La mayoría de estos operadores han logrado firmar los primeros acuerdos con clientes, luego de demostrar la viabilidad del proyecto con los primeros lanzamientos. Sin embargo, los primeros servicios comerciales se esperan recién para 2020.

Las ventajas de los microsatélites de órbita baja son conocidas: mayor capacidad de ancho de banda, menor latencia y mayor cobertura ya que, a diferencia de los tradicionales aparatos geoestacionarios, los satélites LEO tienen capacidad de cubrir también las zonas polares.

Sin embargo, la enorme constelación de microsatélites que se planea para los próximos años —y recién estamos hablando de los primeros pasos— implica algunos desafíos todavía a resolver. Por un lado, está la necesidad de espectro para toda esta cantidad de microsatélites en bandas de frecuencias que, en algunos casos, se disputarán con otros servicios terrestres existentes o por existir. Por eso vemos que ya existen pedidos a la UIT como el de SpaceX y documentos para evaluar nuevas frecuencias de cara a la próxima Conferencia Mundial de Radio (CMR) que se espera para 2021.

Un tema no menor es el desafío en la gestión de estos satélites que son propensos a chocar entre sí. En uno de sus últimos comunicados de prensa, OneWeb señala la necesidad de atender cuestiones de administración del ambiente espacial (SEM, por sus siglas en inglés) como un elemento imprescindible para garantizar que estos vehículos gocen de buena salud y se eviten posible colisiones. Y, quizás tanto o más importante que estos temas, OneWeb llama a repensar la actualización de las reglas de basura espacial para garantizar operaciones sustentables a largo plazo. “No generar más basura, limpiar y no dejar abandonados objetos que ya se encuentran circulando alrededor del globo son elementos claves de la administración del ambiente espacial”, señala en un comunicado. Por eso, SpaceX en un intento de mostrarse sustentable —cabe recordar que la compañía fue la primera en reutilizar cohetes para lanzamientos— asegura que los satélites que fallaron fueron sacados de órbita y retirados del espacio.

La tecnología, al menos así lo indica Elon Musk, funciona y los desafíos para la convivencia espacial parecen soslayables en el ámbito de trabajo de los organismo internacionales. Ahora, el desafío está —como siempre— en crear el ecosistema de terminales para que el servicio sea realidad. La fecha prevista es 2020, el año en el que el cielo se inundará de microsatélites.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.