Un reporte de Ookla pone cifras a lo que ya se comentaba en los pasillos: el aislamiento social definido por buena parte de los países del mundo como consecuencia de la pandemia ha sobrecargado las redes de telecomunicaciones. Reguladores de distintas latitudes han demostrado con números un crecimiento en el tráfico pero pocos se detuvieron en que esto generó una reducción general en la velocidad de acceso.
Se exponen registros de la velocidad de acceso promedio tanto en el segmento fijo como en el móvil en 26 países más China, con una medición distinta, y se comparan las cifras al 15 de abril frente a los presentados 45 días atrás. En 23 de los 26 casos, cayó la velocidad promedio de Internet fijo y ocurrió lo mismo 18 veces en Internet móvil. En otras palabras, bajó la velocidad en el 88 por ciento y el 69 por ciento de los registros respectivamente.
En Argelia, por ejemplo, la variación fue negativa en 31 por ciento para el segmento fijo, lo que la ubicó como la peor de la lista. Ese mote quedó para Sudáfrica, con baja del 20 por ciento, en el apartado móvil. Brasil, Chile, Ecuador y México fueron parte de la partida en representación de Latinoamérica. Todas presentaron comportamiento a la baja en la velocidad de las conexiones fijas y cada una de ellas, excepto Brasil, mostraron crecimiento en la velocidad móvil.
En el ranking de velocidades, Uruguay es el mejor posicionado de la región dentro del apartado fijo. Presenta un promedio de 30,8 Mbps que lo ubica en el puesto 56, seis por debajo de lo que ostentaba un año atrás. El mejor ubicado de Latinoamérica en el ranking de acceso móvil es, en tanto, Chile, con un promedio de 91,3 Mbps. Esa cifra le alcanza para ubicarse en el puesto 33, tres por debajo de lo informado 12 meses atrás. El peor del bloque en ambos casos es Venezuela, con un promedio de 6 Mbps en el apartado fijo y de 2,8 Mbps en el móvil.
